Pakistán: Atención materna más allá del hospital

Amy Le Compte es una partera originaria de Nueva Zelanda que acaba de regresar de una misión de 6 meses en el Hospital de Mujeres de Peshawar, al norte de Pakistán.

Amy Le Compte es una partera originaria de Gisborne, Nueva Zelanda, que acaba de regresar de una misión de 6 meses en el Hospital de Mujeres de Peshawar, al norte de Pakistán.
 
Ahí, ella apoyó en la creación de un nuevo programa de alcance comunitario para asegurar el acceso a atención materno infantil de calidad para la población pobre y marginada. 
 

El objetivo: poblaciones marginadas

 
"Peshawar es una gran ciudad con una población total de unos 4 millones de habitantes. Hay varias instalaciones médicas en el lugar, pero el Hospital de Mujeres de MSF se enfoca en proporcionar atención a la población más marginada o pobre. Para facilitar más el acceso de esta población a nuestro hospital, tenemos un programa de alcance comunitario que recientemente se expandió para llegar a un área más grande de gente necesitada. La región en la que trabajamos está cerca de las Áreas Tribales bajo Administración Federal (FATA por sus siglas en inglés), en donde las instalaciones médicas se encuentran en mal estado debido al conflicto que se desarrolla en el país desde hace algunos años. 
 
Dentro de la ciudad de Peshawar y el distrito que la rodea, hay bastantes personas internamente desplazadas y muchos refugiados provenientes de Afganistán. La mayoría de ellos no tiene acceso a atención materna porque no pueden costearla, porque es difícil viajar para buscar atención, o porque simplemente no saben que existe tal servicio. 
 
Así que hemos estado viajando hacia las Unidades Básicas de Salud (BHU, por sus siglas en inglés) en los alrededores de Peshawar, para informar a la población sobre lo que estamos haciendo y decirles que nuestros servicios médicos son gratuitos. También cubrimos el costo del transporte para facilitar las referencias médicas de mujeres embarazadas de las BHU a nuestros servicios de maternidad. 
 
Durante los últimos tres meses y para el mismo programa, con el apoyo del equipo de MSF, también comencé a brindar entrenamiento al personal de las BHU en materia de manejo de casos de Obstetricia de Alto Riesgo y Atención Materna; pues la descentralización de atención de calidad a las comunidades es esencial para la salud de la madre y sus bebés. El personal de las BHU visita nuestro hospital una vez al mes para recibir un entrenamiento de tres días que es impartido por nuestro personal nacional con más experiencia y supervisado por el personal médico internacional.
 
El entrenamiento incluye clases en dos de los idiomas locales y en inglés, presentaciones de casos, sesiones en las que se habla sobre escenarios hipotéticos, y prácticas en el hospital. También tenemos sesiones educativas sobre la importancia de atención prenatal segura y apropiada para asegurar la salud de la madre y el bebé. 
 
 

Un trabajo intenso pero gratificante

 
Fue una misión muy intensa para mi, y también fue una experiencia extremadamente interesante porque me permitía combinar diferentes roles, ya que tenía que entrenar a personal, gestionar al equipo de nuestro hospital y proporcionar atención médica directamente. Todo eso fue muy gratificante. 
 
El personal paquistaní está haciendo un trabajo fantástico. También están muy bien capacitados y tienen excelentes habilidades médicas. La vida no siempre es fácil para ellos en este país, y tienen un carácter muy fuerte. Discutir los casos en ocasiones llega a ser todo un desafío. Como una partera joven, probablemente me tomó más tiempo ser aceptada totalmente, en comparación con las mujeres mayores o doctores hombres. Pero esta sólo es una de las numerosas diferencias culturales que tienes que aprender al trabajar en otro país. 
 
Somos un equipo de alrededor de 150 personas, desde el director hasta las personas de limpieza, incluyendo a 9 personas del personal internacional. Tenemos a cuatro ginecólogas de tiempo completo y cinco médicos. Al asistir aproximadamente 100 partos a la semana, frecuentemente estábamos cerca de ver excedida nuestra capacidad. Tenemos un quirófano en el que trabajan anestesistas y obstetras pakistanís, así que tenemos que atender a las mujeres que necesitan cesárea para asegurar un parto seguro.
 

Muertes prevenibles

 
Nos enfrentamos a muchos desafíos en Peshawar debido a que el uso de varios medicamentos peligrosos que pueden conseguirse sin prescripción médica es común entre las mujeres embarazadas. Esto provoca que haya muchos bebés prematuros, partos obstruidos y varios partos múltiples.  Una vez (y esta es mi peor experiencia) tuvimos un parto cuádruple y simplemente no pudimos salvar a los bebés. Tenían menos de 30 semanas de edad, y el parto fue inducido con un medicamento llamado oxitocina. Debido a que aquí el cuidado prenatal es irregular, no siempre sabemos la edad del feto, pero estos bebés eran demasiado pequeños como para sobrevivir.
 
 
En vez de tener la posibilidad de presenciar el nacimiento de cuatro bebés, la familia tuvo que soportar cuatro dolorosas, y probablemente prevenibles muertes. 
 
En estos países, debido a la situación sanitaria y social, las muertes y discapacidades son más comunes y, de alguna manera, son más aceptadas que en países con más riqueza económica. La mortalidad infantil es más alta y las mujeres tienen más hijos. 
 

Parto de trillizos

 
Afortunadamente estos casos se balancean con una gran cantidad de maravillosas historias. Un día, una mujer llegó de Hangu, en el área de FATA, después de viajar durante cuatro horas. Ella había sido referida por el hospital de MSF de la zona para atender su parto de 'gemelos'. Ella ya tenía cuatro hijos, y cuando llegó al hospital con su esposo y su suegra, ya estaba extremadamente cansada, deshidratada y casi en labor de parto.
 
Después de dos semanas, gracias al uso de un ultrasonido, medicamento especializado y las habilidades de nuestro personal, logramos planear un parto natural seguro y así fue que dio a luz a tres pequeños pero saludables bebés de 1.5 a 1.7 kg; dos niños y una niña. Ellos se quedaron en la unidad prenatal durante tres semanas antes de ir a casa.”
 

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