RCA: Los desafíos de trabajar en un país donde las necesidades médicas son enormes

El anestesista australiano Michael Ward acaba de terminar su primera misión con Médicos Sin Fronteras. Hace poco regresó de una misión de 6 meses en la República Centroafricana, en donde trabajó como anestesiólogo en Bangui, la capital del país. Michael nos comparte las experiencias que vivió mientras trabajó en el terreno con Médicos Sin Fronteras. 
 
¿Cuáles eran tus responsabilidades principales principales en Bangui?
 
Yo era el jefe de anestesistas en el departamento de maternidad del Hospital Materno Castor, un hospital local apoyado por MSF en Bangui. Estaba a cargo de anestesiar a los pacientes, y apoyaba y entrenaba al personal nacional y a las enfermeras.
 
Realizábamos alrededor de 800 partos mensualmente. Sin embargo, con las crecientes dificultades causadas por la guerra civil, el número de partos disminuyó casi a cero ya que nadie podía desplazarse. La gente estaba literalmente encerrada. Al regresar la paz, el número de partos aumentó abruptamente y asistíamos alrededor de 550 partos al mes al momento de mi partida. 
 
¿Qué desafíos enfrenta MSF en RCA?
 
República Centroafricana es un país fallido. Un cuarto de la población está desplazada, las infraestructuras no funcionan adecuadamente y las necesidades médicas son enormes. Hasta donde sé, hay menos de 30 enfermeros anestesistas en todo el país.
 
Esa es una marcada escasez y actualmente no hay escuelas para anestesistas, así que nadie está siendo entrenado. Y además está el desafío logístico de conseguir suministros y equipo al hospital, pues los vuelos a Bangui sólo se realizan dos veces a la semana y existe una verdadera posibilidad de que los convoyes sean secuestrados a causa de la inestabilidad. No sé cómo hacen su trabajo los logistas, estoy verdaderamente impresionado. 
 
¿Cuáles eran los principales problemas médicos que atendían?
 
Teníamos muchos casos de sangrado post-operación y complicaciones post parto que llegaban a MSF referidas por parte de otros hospitales en el área. Terminamos realizando 13 cirugías abdominales mientras estuve ahí. Había un gran riesgo de que alguien se desangrara a muerte cada día a menos que los operáramos.
 
¿Puedes recordar una historia de algún paciente que destaque sobre las demás?
 
Tuvimos a una mujer que llegó a la sala de recuperación con una gran hemorragia post parto, ella necesitaba ser operada inmediatamente. Tuvimos que ser rápidos ¡terminamos operándola en la sala de recuperación! Salió bien de la operación. Tengo una foto de ella en la que sale sonriente un día después de la operación. Eso es lo que amé de trabajar en ese hospital: todos los días veíamos a gente y bebés que hubieran muerto si no estuviéramos trabando allí. 
 
¿Qué fue lo que te llevó a decidir hacer una misión con MSF?
 
Médicos Sin Fronteras es muy organizada y brinda verdadera atención en lugares difíciles que, de otra manera, no la recibirían. Tienes que asegurarte de que sabes el contexto al que irás, el impacto que tendrás en el contexto local, y lo que sucederá cuando te vayas. MSF entiende la importancia de todo esto y se prepara adecuadamente.
 
Los médicos son una minoría. Todos los demás están consiguiendo agua y medicamentos, gestionando al personal local…eso es una gran labor, sin ella no podría hacer mi trabajo.  Un anestesista es bueno sólo en relación al equipo del que dispone; y conseguir equipo básico es una labor monumental en el terreno. Si quieres ser eficaz en misiones de corto plazo, de verdad necesitas los servicios de apoyo que te llevan ahí. 
 
¿Qué te pareció tu primera misión con Médicos Sin Fronteras?
 
La asignación fue muy gratificante, y fue difícil, pero no tanto como pudo haber sido, ya que el trabajo en RCA está bien establecido. Hay una gran red de apoyo y es un gran proyecto. Nunca vas a estar listo para todos los aspectos de tu misión, pero no hay forma de que estés preparado para todo. Básicamente es una cuestión de regresar a tus inicios y realizar prácticas clínicas sencillas. En conclusión: sí, definitivamente valió la pena hacer la misión. 
 
 
Puedes leer la entrevista original en inglés en la página de MSF Australia.
 
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