RCA: Sin posibilidades de regresar a casa en un futuro cercano

Mientras que la República Centroafricana (RCA) espera la ronda final de las elecciones presidenciales, la amenaza de violencia entre comunidades mantiene nerviosa a la población, pues muchos temen que la tensión estalle en cualquier momento.

Mientras que la República Centroafricana (RCA) espera la ronda final de las elecciones presidenciales, que se llevarán a cabo a principios de febrero, la amenaza de violencia entre comunidades mantiene nerviosa a la población, pues muchos temen que la tensión estalle en cualquier momento. 
 
El empeoramiento de la seguridad también ha destrozado las esperanzas de las 450,000 personas desplazadas -y de un número similar de refugiados que han huido a países vecinos- de regresar a su hogar en un futuro cercano.
 

Atención médica de calidad

En Bangui, la capital, unas 30,000 personas se han refugiado en campamentos improvisados hacinados y carentes de higiene, o en iglesias y escuelas de la ciudad. 
 
Para habilitar el acceso a atención médica gratuita de calidad para esta población vulnerable, Médicos Sin Fronteras está brindando atención médica y administra clínicas móviles en cinco campos alrededor de Bangui. 
 
MSF también gestiona un hospital y una clínica de maternidad en M’poko, y brinda atención médica una vez a la semana en la mezquita central del enclave musulmán de PK5.
 

Huyendo de la violencia

Muchas personas en los campos de desplazados han sido testigos de escenas violentas impactantes, y sus casas han sido saqueadas y robadas. Lucienne, una mujer en sus cuarentas, huyó de su hogar hace dos años cuando cuatro de sus vecinos fueron asesinados. Desde entonces, ella ha estado buscando un lugar seguro en M’poko junto a su familia. 

 
“La vida es muy difícil en el campo. Es inseguro, sucio y las moscas están por todos lados” nos dice, mientras ayuda a su hija enferma a hacer una cita en el hospital de MSF. 
 
Unas 2,000 personas han buscado refugio en el campo de Benzvi, localizado en una parte de Bangui pero que ha visto relativamente menos violencia.
 

Condiciones deplorables

Muchos han huido de sus hogares con pocas – o ninguna- pertenencias y están durmiendo en campamentos improvisados o al aire libre. Para poder tener algo que comer, muchos dependen de pequeñas parcelas de tierra o hacen sus propios cultivos.
 
MSF viene a Benvzi dos veces a la semana para brindar atención médica. En un día normal, MSF atiende a unos 150 pacientes, que en su mayoría buscan atención para tratar enfermedades como la malaria, infecciones respiratorias y diarrea, que en muchos casos son el resultado de las deplorables condiciones del campo.
 
Para poder asegurar que la gente en el campo tenga acceso a agua potable, MSF administra, en colaboración con otras organizaciones, una bomba de agua y una estación purificadora que entrega agua potable a Benzvi y otros campos. 
 

Atacados por grupos armados

Ethna y Nadège han estado viviendo en Benzvi desde que sus hogares en el distrito PK5 fueron atacados por grupos armados. 
 
Han sido amigas por años, y ambas son madres solteras con varios hijos que alimentar. Sus hijos se han enfermado de malaria varias veces desde que se mudaron a Benzvi, pero han recibido tratamiento gratuito en la clínica móvil de MSF. 
 
Para sobrevivir, hornean pasteles y los venden en la calle. “Sólo tenemos la comida suficiente para nosotras y para nuestros hijos para hacer una comida al día”, dice Ethna. 
 
 

Nadège, de 30 años, con su hijo Prosper y su hija Gabriella, en el campo Benzvi en Bangui, República Centroafricana. ©Luca Sola.

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Caos sin leyes

“Durante el día, muchas personas regresan al vecindario en donde vivían, pero tienen mucho miedo de quedarse ahí en la noche, por lo que vienen a dormir a los campos,” dice Reims Pali, que trabaja para MSF como asistente del coordinador de terreno.
 
Al ser centroafricano, ha sido testigo de cómo la situación en el país se ha deteriorado aún más hasta llegar al caos sin leyes durante los últimos dos años.
 
“En comparación con los abusos, asesinatos, robos y saqueos de los que la gente ha sido testigo en sus vecindarios, se sienten relativamente seguros aquí. Pero las condiciones de vivienda en estos lugares son muy difíciles. Ellos viven en tiendas de campaña construidas con lonas desechadas que están llenas de agujeros. Duermen en colchones en el suelo y están expuestos a mosquitos, que pueden contagiar la malaria. A menos que la situación de seguridad mejore, tendrán que quedarse en estos campos,” agrega.
 
Operando en RCA desde 1996, MSF ahora tiene más de 300 miembros internacionales y 2,000 centroafricanos como parte de su personal en todo el país. 
Además de Bangui, MSF tiene actividades en 15 localidades centroafricanas, y también brinda asistencia a los refugiados centroafricanos en los países vecinos de Chad, Camerún y República Democrática del Congo. 
 

 

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