Sudáfrica: niveles alarmantes de violencia sexual en Rustenburg

El 25% de las mujeres en “el cinturón de platino sudafricano” ha sido violada.

Sólo 5 de cada 100 mujeres violadas recibe atención médica tras la agresión y, a pesar de que en Sudáfrica unos 6,2 millones de personas viven con el VIH, más de la mitad de las mujeres entrevistadas afirmaban desconocer los beneficios que tiene recibir tratamiento médico a tiempo. 
 
Johannesburgo, 23 de agosto de 2016 – Un informe presentado por Médicos Sin Fronteras (MSF) alerta sobre los altísimos niveles de violencia sexual que se dan Rustenburg una localidad de más de medio millón de habitantes situada en el llamado cinturón de platino, una zona minera del norte de Sudáfrica.
 
Según el estudio, el número de mujeres que acude a un centro médico de esta región después de haber sufrido una violación es extremadamente bajo; un hecho que contrasta con las numerosas barreras que tienen que sortear las víctimas para recibir tratamiento. Otro de los datos más llamativos del estudio es el que revela que muchas de las mujeres entrevistadas desconocen los beneficios que conlleva el recibir atención médica a tiempo tras sufrir un episodio de violencia sexual.
 
El informe, que desglosa los datos obtenidos a través de más de 800 entrevistas en profundidad a mujeres de entre 18 y 49 años, muestra que una de cada cuatro mujeres residentes en Rustenburg y en el cinturón de platino había sido violada a lo largo de su vida, y que los causantes de estos abusos, al menos en la mitad de los casos, habían sido sus propias parejas. 
 
Extrapolando las cifras obtenidas a la población total del municipio, se puede afirmar que, solamente en Rustenburg, alrededor de 11.000 mujeres son violadas cada año. Y sin embargo, el 95% de estas violaciones nunca llegan a conocerse, ya que en la mayoría de los casos las víctimas no acuden a recibir cuidados médicos ni denuncian la agresión. 
 
Otro dato llamativo es que tan sólo la mitad de las mujeres entrevistadas afirmaban conocer que es posible prevenir el VIH si se recibe la atención médica adecuada a tiempo. 
 
 
"El tratamiento médico a las víctimas de violación dentro de las 72 horas posteriores a la agresión puede prevenir la infección por el VIH y los embarazos no deseados, mientras que una atención psicosocial profesional y dispensada a tiempo ayudará a mitigar el sufrimiento psicológico a largo plazo", explica la epidemióloga de MSF Sarah-Jane Steele. "Sin embargo, la mayoría de las mujeres que entrevistamos ni siquiera sabe que existe ese tratamiento y muchos de los servicios médicos que existen en las inmediaciones de sus hogares carecen de los recursos necesarios. En los casos en los que sí que existen, éstos no resultan accesibles para la mayor parte de estas mujeres, ya que éstas no suelen tener independencia económica para costearlos”, concluye Steele. 
 
Para numerosas mujeres, “la violencia sexual se ha convertido en parte integrante de su vida cotidiana. La violencia, es su rutina", explica Rosina Palai, trabajadora social comunitaria de MSF. Muchas no acuden a los servicios médicos por la mencionada falta de información acerca de los servicios que pueden recibir, pero también por la vergüenza que les supone admitir que han sido víctimas de una violación y también porque les cuesta confiar en el personal médico. Además, aquellas que han sobrevivido a la violencia sexual, se enfrentan a varios obstáculos más para curarse, ya que el rechazo de la comunidad juega también un rol importante en las dificultades que tienen para una completa recuperación.
 
De acuerdo con el Departamento de Salud de la Provincia del noroeste, del total de 783 instalaciones de salud que hay en el distrito de Bojanala, al que pertenece la ciudad de Rustenburg, sólo 11 centros de salud pública – incluyendo el centro de salud gestionado por MSF en Boitekong, proporcionan la profilaxis post-exposición (PPE) para prevenir el VIH y realizan el examen forense para proveer de una herramienta a las víctimas de violación con la que poder denunciar y probar la agresión.
 
“Todo esto revela que, además del alto número de violaciones que se producen en la región, se están perdiendo muchas oportunidades para reducir las importantes consecuencias de salud que estas tienen”, afirma Steele.
 
Por todo ello, MSF quiere hacer un llamamiento al Gobierno sudafricano para que desarrolle urgentemente una serie de servicios que ofrezcan una adecuada respuesta médica y psicosocial a las víctimas de violencia sexual, incluyendo el acceso a un paquete de servicios básicos, y que eliminen las actuales barreras para el acceso a la atención médica tanto en el cinturón de platino como en el resto del país.
 
El informe completo “Untreated Violence: The Need for Patient-centred Care for Survivors of Sexual Violence in the Platinum Mining Belt” está disponible a través del siguiente enlace:
 
 
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