Mediterráneo: “Lamento profundamente no haber podido resucitarte”

Sarah Giles es una doctora que trabaja a bordo del MV Aquarius, un barco de búsqueda y rescate en el mar Mediterráneo gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en colaboración con SOS Méditerranée.

Sarah Giles es una doctora que trabaja a bordo del MV Aquarius, un barco de búsqueda y rescate en el mar Mediterráneo gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en colaboración con SOS Méditerranée.
 
"Hay algo de intimidad en el hecho de vivir en el barco con la gente que rescataste, una intimidad que no está presente en otros proyectos o trabajos. Vivimos, comemos, atendemos y convivimos con nuestros huéspedes y pacientes. Cuando sucede algo terrible, duele aún más.
 
Como doctora de urgencias, la muerte me visita frecuentemente. No tengo ningún problema con la muerte. Algunas muertes son oportunas y hermosas, pero otras son trágicas. Acepto el hecho de que veré estos dos tipos de muertes en la sala de urgencias. Cuando trabajo con MSF, sé que veré a la muerte en su forma más atroz porque MSF va a lugares a donde otros se niegan, o no pueden, ir.
 
Durante mi trabajo en el MV Aquarius con Médicos Sin Fronteras, logré evitar encontrarme con la muerte durante nueve semanas, un largo tiempo en este tipo de trabajo. Después de todo, cuando tantas personas arriesgan sus vidas en endebles botes de goma, sólo es cuestión de tiempo antes de que suceda algo terrible.
 

 
Tal vez es la cercanía que compartimos con nuestros huéspedes la que hizo que la muerte de este paciente fuera tan perturbadora. Como casi todos nuestros huéspedes rescatados, estoy segura de que sobrevivió a una terrible estancia en Libia.
 
Sobrevivió 21 horas en un bote sin agua ni alimento. Lo tuvimos a bordo del Aquarius, en donde parecía saludable hasta que despertó en medio de la noche y su corazón se detuvo.
 
Viajaba a bordo de un bote en aguas internacionales. Estaba muy cerca de llegar a Europa y de terminar esta horrible parte de su viaje, pero murió. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, murió.
 

 
La muerte de este paciente en realidad no fue única. La diferencia fue que yo la presencié. Ha habido aproximadamente 3,000 muertes registradas en el Mediterráneo central este año y probablemente haya cientos de muertes más sin registrar.
 
¿En qué momento nosotros, como individuos y como grupo, decimos: “SUFICIENTE, ¡esto es una locura!”? ¿En qué momento hacemos algo más además de gritar? ¿Por qué estamos obligando a personas desesperadas a huir usando rutas peligrosas cuando puede haber alternativas más seguras? ¿Por qué permitimos que los funcionarios electos construyan muros en el mar y fortifiquen a los países en contra de la gente que más necesita ayuda? ¿Por qué el concepto de las vías seguras es aborrecible para tantas personas que disfrutan de los lujos que suponen la paz, la seguridad y la esperanza?
 
En el fondo del Mediterráneo yace el potencial de una generación. El MV Aquarius actualmente carga con el cuerpo de un hombre que soñaba con una vida mejor.
 
Al joven que murió: lamento profundamente no haber podido resucitarte. Hicimos todo lo que pudimos para ayudarte a sobrevivir y que pudieras cumplir tus sueños. Cuando moriste estabas rodeado de personas que se preocupaban por ti y por otras personas como tú que nunca llegarás a conocer. Mañana seguiremos buscando personas que se vieron empujadas a emprender el viaje en mar buscando una mejor vida lejos de la guerra, la persecución, la pobreza y la discriminación sistemática. Mañana continuaremos nuestra lucha para pedir vías seguras. Desearía profundamente que tú también tuvieras un mañana.
 

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