Gaza: “El personal de Al-Shifa tiene dificultades para atender a los pacientes porque las necesidades son enormes” 

 

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La devastación en Gaza.
Un niño herido por un ataque aéreo en Gaza abraza a su padre después de recibir tratamiento en el hospital Al Shifa. ©MSF

En noviembre pasado, el hospital Al-Shifa, ubicado en la ciudad de Gaza, Palestina, quedó paralizado después de que el ejército israelí bombardeara masivamente el área alrededor de las instalaciones. El hospital fue alcanzado varias veces y luego rodeado antes de ser evacuado.   

Este hospital más grande de la Franja de Gaza, gradualmente se fue transformando en un campo para personas desplazadas y ahora alberga a unas 50,000. En el lugar, el equipo médico se esfuerza por mantener el acceso de la población a la asistencia médica con la reanudación parcial de sus actividades.  

Aurélie Godard, jefa de las actividades médicas de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, pudo visitar el hospital como parte de un convoy de suministros organizado por la Organización de la Naciones Unidas el 22 de enero. 

Es por eso que nos compartió un poco de lo que vio durante su visita. 

 


El objetivo principal del convoy en el que viajaba era entregar 19,000 litros de combustible a Al-Shifa. Este combustible es esencial porque se utiliza para hacer funcionar los generadores que suministran electricidad al hospital.  

Logramos pasar el puesto de control que separa el norte y el sur de Gaza a primera hora de la tarde.  Inmediatamente después, nuestros dos automóviles y el camión de combustible fueron rodeados por una multitud de personas bastante jóvenes que exigían agua y comida.  

Estaban realmente decepcionados de que sólo llevamos combustible. Tuvimos muchas dificultades para atravesar esta multitud tan densa de personas hambrientas. 

 

Tres quirófanos, pocos recursos  

El hospital Al-Shifa sigue en pie, pero está muy dañado y apenas funciona. En los pasillos, los falsos techos han sido arrancados y hemos visto bolsas de suero [para suministrar medicamentos a los pacientes por vía intravenosa] colgadas directamente de las paredes del hospital, a falta de algo mejor.   

Los equipos médicos presentes en el lugar lograron poner en marcha la sala de urgencias, pero está ocupada en gran parte por pacientes ingresados. El resto del hospital está lleno de personas desplazadas que buscan seguridad. 

El personal médico consigue recibir, clasificar y estabilizar a las personas heridas, pero luego se quedan un poco estancados, porque hay una gran escasez de camas de hospital. El personal médico cuenta con un espacio de reanimación, donde se puede tratar a personas en estado crítico y potencialmente mortales.   

Los pacientes aquí suelen tener enfermedades crónicas o, más a menudo, resultaron heridos por una bala o una explosión. Durante nuestra visita escuchamos periódicamente explosiones no muy lejanas al hospital. 

El equipo del hospital, formado por muchos voluntarios, entre ellos dos integrantes de MSF, logró habilitar tres quirófanos para cirugías urgentes. El personal médico quiere reabrir la unidad de cuidados intensivos. Ahora mismo, no tienen forma de realizar un monitoreo adecuado de los pacientes a los que consiguen operar. 

En urgencias atendimos a un paciente gravemente herido que había llegado el día anterior. Le habían hecho una traqueotomía, le pusieron un tubo torácico y también le practicaron una cirugía abdominal. Estaba rodeado por decenas de otros pacientes en una habitación sin electricidad, hubo un corte de energía eléctrica que impidió el monitoreo de sus funciones vitales , porque los dispositivos de monitoreo no funcionaban.  

El equipo nos dijo que recientemente habían perdido a un paciente porque no pudieron hacerle una transfusión de sangre. Su banco de sangre estaba vacío. Trabajan en condiciones terribles”. 

 

Un gran número de pacientes 

“El personal de Al-Shifa tiene dificultades para atender a los pacientes porque las necesidades son enormes. Hay mucha gente en el hospital y en los alrededores, principalmente personas desplazadas. Todavía hay muchas personas viviendo en el norte de Gaza, y muchas de ellas han sufrido traumas relacionados con las heridas de guerra, pero también por las malas condiciones de vida y las enfermedades invernales. 

“El número de pacientes es muy elevado y el personal médico informó de dificultades en muchos ámbitos, por ejemplo, con el suministro de oxígeno, electricidad, equipamiento médico o simplemente alimentos. Todo esto hace que brindar atención médica sea extremadamente difícil y tienen enormes dificultades operativas que superar. Los 19,000 litros de combustible del convoy abastecerán al hospital apenas durante una semana. Para que funcione se necesitan unos 3,000 litros diarios. 

“Mi visita fue muy corta, ya que el viaje desde el sur de la Franja de Gaza nos llevó mucho tiempo y no nos permitieron permanecer mucho tiempo. El convoy debía llegar al hospital cinco días antes, pero hasta entonces fue imposible por diversos motivos. Fue conmovedor ver la sorpresa de los pacientes, las familias desplazadas y el personal al ver gente nueva. Probablemente llevaban semanas encerrados en el hospital”. 

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