La licencia entre Merck y el Fondo de Patentes de Medicamentos para la producción global del nuevo y prometedor fármaco molnupiravir para la COVID-19 decepciona por sus limitaciones de acceso

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La primera licencia voluntaria para el consorcio de patentes en la pandemia no va lo suficientemente lejos, ya que excluye a los países fabricantes clave y contiene una cláusula perjudicial que prolonga el statu quo.

La primera licencia voluntaria para el consorcio de patentes en la pandemia no va lo suficientemente lejos, ya que excluye a los países fabricantes clave y contiene una cláusula perjudicial que prolonga el statu quo.
 
El 27 de octubre de 2021, la empresa farmacéutica estadounidense Merck anunció un acuerdo de licencia voluntaria con el Fondo de Patentes de Medicamentos (MPP por sus siglas en inglés) respaldado por la ONU, que otorga permiso al MPP para conceder sublicencias del nuevo tratamiento oral para la COVID-19 molnupiravir*, a  fabricantes de varios países para que lo suministren en 105 países de ingresos bajos y medios.
 
Aunque se trata de la primera licencia voluntaria totalmente transparente que cubre una herramienta médica para la COVID-19, libre de regalías, Médicos Sin Fronteras (MSF) expresó su decepción con las limitaciones de esta licencia, ya que su territorio excluye a cerca de la mitad de la población mundial y a importantes países de ingresos medios y altos con una sólida capacidad de fabricación, como Brasil y China, y contiene una disposición perjudicial que socava el derecho de las empresas de genéricos que firman la licencia para impugnar las patentes para facilitar la producción de medicamentos genéricos.
 
Yuanqiong Hu, asesor jurídico y político de la Campaña de Acceso de MSF, declaró lo siguiente:
 
“Después de más de un año de mantener en secreto los acuerdos bilaterales de las empresas en medio de una pandemia, es bienvenido este paso al frente para tener la primera licencia voluntaria completamente publicada del MPP que cubre una herramienta médica para hacer frente a la COVID- 19. Sin embargo, un enfoque más cercano revela sus limitaciones para aumentar el acceso a uno de los primeros medicamentos antivirales prometedores para la COVID-19. Es decepcionante que la licencia excluya de su territorio a los países clave de ingresos medios y altos como Brasil y China, donde existe una capacidad sólida y establecida para producir y suministrar medicamentos antivirales. En los países de ingresos medios excluidos de la licencia, hubo 30 millones de contagios por COVID-19 en el primer semestre de 2021, el 50% de todos los contagios en los países de ingresos bajos y medios.
 
Además, la licencia contiene una cláusula inaceptable que socava los derechos de impugnación de patentes sobre el molnupiravir. Esta disposición, presentada por el titular original de la patente de molnupiravir, la Universidad de Emory, podría reprimir la producción y el suministro de molnupiravir genérico más asequible y disponible. La disposición podría considerarse ilegal en algunas jurisdicciones por sus efectos anticompetitivos. 
 
Esta cláusula es especialmente atroz dado el hecho de que el desarrollo del molnupiravir en la Universidad de Emory fue financiado en gran medida por el gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, los derechos del medicamento fueron para las compañías farmacéuticas Merck y Ridgeback Biotherapeutics. Este es otro terrible ejemplo de que la investigación y el desarrollo relacionados con la COVID-19 y financiados con fondos públicos, están siendo monopolizados de forma privada.
 
Desde el comienzo de la pandemia, hemos dicho que no podemos confiar en las limitadas medidas voluntarias de la industria farmacéutica. El molnupiravir es un buen ejemplo. Muestra la urgente necesidad de adoptar la exención de los ADPIC, que permitiría a los países superar rápidamente las principales barreras de propiedad intelectual, incluyendo las patentes para todos los medicamentos contra la COVID-19, así como vacunas y pruebas; y resalta la importancia de que los países puedan utilizar todas las opciones legales disponibles al mismo tiempo para abordar los problemas de acceso.
 
Esta nueva licencia voluntaria continúa el 'negocio habitual' de la industria farmacéutica. Llamamos a Merck a otorgar licencias globales al molnupiravir, sin restricciones territoriales, y a la Universidad de Emory a retirar sus reivindicaciones de patente a nivel mundial. Además, el MPP y todas las partes involucradas en esta negociación de licencia, particularmente la Universidad de Emory, deben eliminar la cláusula perjudicial que socava los derechos legales de impugnación de las patentes para aumentar el acceso de las personas al medicamento. ** Hacerlo ayudará en gran medida a cambiar el status quo mortal que aún se observa en esta pandemia".
 
 
* El molnupiravir es un tratamiento antiviral actualmente en revisión para obtener la autorización de uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Si se aprueba, sería el primer tratamiento oral para la COVID-19 y podría ser un gran avance en el tratamiento de pacientes con COVID-19 en entornos con recursos limitados, donde miles de millones de personas siguen sin vacunarse y son vulnerables a la enfermedad. Sin embargo, se perfilan múltiples obstáculos de acceso para este prometedor medicamento.
 
** El Grupo Asesor de Expertos de MPP y la Junta han criticado la inclusión de la cláusula de rescisión por impugnación presentada por el licenciador anterior de Merck, la Universidad de Emory. La resolución de la Junta del MPP sobre esta licencia recomienda que el MPP siga trabajando con las partes contratantes para eliminar esta cláusula perjudicial.  
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