Abordamos las barreras de vacunación para la COVID-19 en áreas de difícil acceso en Eswatini

Con una cobertura de vacunación para la COVID-19 de alrededor del 28% en Eswatini, Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja para apoyar la campaña nacional del Ministerio de Salud para aumentar la cobertura, vacunando a las personas más vulnerables en las comunidades más remotas y rurales de la región de Shiselweni.

Con una cobertura de vacunación para la COVID-19 de alrededor del 28% en Eswatini, Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja para apoyar la campaña nacional del Ministerio de Salud para aumentar la cobertura, vacunando a las personas más vulnerables en las comunidades más remotas y rurales de la región de Shiselweni. 

La mayoría de las comunidades rurales no cuentan con instalaciones médicas o puntos de vacunación y las personas suelen viajar más de dos horas para acceder a la atención médica básica. La escaza disponibilidad de transporte público es otra barrera para llegar a estos servicios. Las personas que quieren vacunarse contra la COVID-19 enfrentan el mismo problema. 

“Después de ver el incremento en el número de personas que mueren por COVID-19, tomé la decisión de vacunar a toda mi familia. Hicimos aproximadamente una hora hasta nuestra clínica más cercana, pero cuando llegamos allí, nos rechazaron porque la clínica no tenía vacunas contra la COVID-19”, dijo Nonhlanhla Motsa, mientras espera para vacunarse en el puesto de vacunación móvil de MSF en el pueblo de Mhlwahlweni. 

En un país que lucha con una epidemia dual de VIH/TB, hay mucho miedo y estigma alrededor de la COVID-19 y muchas personas dudan en vacunarse. Como respuesta, nuestros equipos han puesto en marcha actividades de promoción de la salud para disipar los mitos sobre las vacunas y proporcionar información correcta. Equipos de motivadores sanitarios rurales van de puerta en puerta en la comunidad para compartir información sobre la COVID-19 y animar a la población a vacunarse en los puestos de vacunación móviles. 

“Algunas personas nos dicen que les preocupa que la vacuna afecte su salud mental y sexual, pero les aseguramos que la vacuna no ha interferido ni interferirá con ninguna de ellas”, dice Fikile Mabuza, promotor de salud de MSF en Shiselweni. 

“También vemos a personas preocupadas por mezclar diferentes vacunas. Antes la recomendación era no mezclarlas, pero ahora el Ministerio de Salud recomienda una vacuna diferente para el refuerzo”, dice Mabuza. “Se lo decimos a las y los pacientes, pero algunas personas deciden no recibir la vacuna de refuerzo si no es el mismo tipo de vacuna que tomaron antes”.

 

 

Después de dos semanas de vacunación en la zona, nuestros equipos móviles administraron un total de 7,025 dosis de vacunas COVID-19 en diferentes lugares. 

MSF ha brindado servicios de VIH/TB a comunidades rurales en la región de Shiselweni desde 2007. En respuesta a la primera ola de COVID-19 en 2020, comenzamos a brindar atención domiciliaria para pacientes que dieron positivo en las pruebas COVID-19. 

Para mejorar la capacidad de hospitalización del principal centro de salud de la región, ampliamos la sala COVID-19 en el centro de salud de Nhlangano y proporcionamos concentradores de oxígeno, lo que permitió a los equipos médicos ingresar y atender a más pacientes con COVID-19.

Además de la campaña de vacunación, nuestros equipos continúan brindando vacunación contra la COVID-19 como parte de nuestras actividades regulares de VIH/TB en la región. Los equipos de promoción de la salud también continúan brindando información importante sobre la COVID-19 y las vacunas. Se ha establecido una línea telefónica gratuita y una línea de WhatsApp para permitir que los miembros de la comunidad se comuniquen con nosotros y tengan una conversación más privada sobre sus inquietudes en relación con las vacunas y su salud.

Eswatini tiene la mayor prevalencia de VIH del mundo y altas tasas de tuberculosis. Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, hemos trabajado para adaptar nuestras actividades de VIH/TB a las necesidades particulares de las y los pacientes vulnerables, para garantizar el acceso continuo a los servicios sanitarios esenciales sin exponerlos a la COVID-19.

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