Atendemos a la población de Kivu Sur tras el colapso del sistema de salud por el conflicto

Nuestra intervención se centró en la atención pediátrica para menores de 5 años, la desnutrición, la atención gineco-obstétrica compleja y el apoyo a sobrevivientes de violencia

Un enfermero del Ministerio de Salud atiende a un niño enfermo en una unidad pediátrica que apoyamos en el Hospital General de Referencia de Katana, en Kivu Sur.
Desde la intervención de emergencia, las consultas pediátricas se han disparado. © Sam Bradpiece/MSF

Durante una intervención de emergencia en Katana y Kalehe, en Kivu Sur, al este de la República Democrática del Congo (RDC), nuestro equipo brindó atención médica gratuita y entregó suministros vitales a centros de salud afectados por saqueos, daños y cierres masivos.

Médicos Sin Fronteras (MSF) lanzamos en mayo una intervención de emergencia de dos meses en Katana y Kalehe después de que el prolongado conflicto en Kivu Sur, en República Democrática del Congo, dejara el sistema de salud al borde del colapso. Brindamos atención médica gratuita y vital a más de 2,480 personas, y la donación de importantes cantidades de suministros médicos permitió que los centros de salud de estas zonas de Kivu Sur pudieran responder a las necesidades de la población.

 

Antes de la intervención, el hospital registraba solo unos cinco nuevos ingresos pediátricos por semana; en junio, esa cifra había aumentado a aproximadamente 60.
Antes de la intervención de emergencia, el hospital registraba solo unos cinco nuevos ingresos pediátricos por semana; en junio, tras el colapso del sistema de salud, esa cifra aumentó a aproximadamente 60. Kivu Sur, 2025. © Sam Bradpiece/MSF

 

Una evaluación que realizamos en marzo reveló la magnitud de la crisis tras los enfrentamientos violentos que se produjeron en la región a principios de año: de 24 estructuras de salud en Katana y Kalehe, 15 tuvieron que cerrar, 10 resultaron dañadas y 16 fueron saqueadas. En respuesta, apoyamos los hospitales generales de referencia de Katana y Kalehe, así como los centros de salud de Katana Nuru, Mabingu, Lushebere, Kalehe y Luzira.

Nuestra intervención se centró en la atención pediátrica para menores de 5 años, la desnutrición, la atención gineco-obstétrica compleja y el apoyo a sobrevivientes de violencia. Las dificultades económicas y la inseguridad antes de nuestra llegada habían hecho que muchas personas encontraran grandes obstáculos para acceder a la atención médica.

“El número de pacientes aumentó enormemente desde la llegada de MSF”, afirma el doctor Bahati Magadju, director general del Hospital General de Referencia de Katana. “Antes, ingresábamos apenas cinco nuevos casos pediátricos por semana. En junio, la cifra semanal rondaba los 60. La atención gratuita y el suministro de material médico por parte de MSF han ayudado a reducir las tasas de mortalidad”.

Los enfrentamientos entre grupos armados en la región han provocado un aumento del hambre, ya que muchas familias se han visto obligadas a huir de sus tierras y los precios de los alimentos han subido.

“Muchas familias han perdido sus medios de vida y no pueden permitirse comer lo suficiente”, explica Emmanuel Njikam, nuestro coordinador adjunto de proyecto. “Al proporcionar alimentos terapéuticos como Plumpy Nut, MSF ha salvado vidas y ayudado a que niñas y niños se recuperen de la desnutrición”.

Antes de concluir su intervención de emergencia, donamos un lote de suministros médicos para apoyar a los hospitales y centros de salud de la zona durante un mes adicional.

Si bien nuestra intervención ha permitido que los sistemas de salud de la zona se recuperen, el cierre de los aeropuertos de Bukavu y Goma sigue limitando el acceso humanitario.

“Todavía hay zonas en las que no podemos intervenir, aunque las necesidades sigan siendo enormes”, subraya Muriel Boursier, coordinadora general de MSF en Bukavu. “Es esencial que todos los actores garanticen un paso seguro para la ayuda humanitaria y que el Ministerio de Salud y sus socios aseguren un suministro regular de medicamentos y alimentos terapéuticos. Demasiados centros de salud siguen gravemente desabastecidos”.

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