Chad: la crisis del agua en Adré pone en peligro la vida de los refugiados

MSF responde a la crisis de agua en Chad
Mujeres refugiadas recogen agua en los centros de distribución establecidos por MSF en el campo de Adré para evitar que las mujeres y niñas tengan que caminar kilómetros hasta las fuentes tradicionales de agua ("wadi") para ir a buscarla. © MSF/Nisma Leboul

Por Christophe Chauliac, coordinador de proyectos de Mëdicos Sin Fronteras en Adré, Chad.

El acceso al agua potable en los campos de Adré, ciudad fronteriza del este de Chad, sigue estando muy por debajo de los niveles aceptables, lo que supone una grave amenaza para la salud y el bienestar de unas 200,000 personas refugiadas sudanesas. 

Según estimaciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, la media de acceso al agua en todos los campos del este de Chad es inferior a seis litros por persona y día, muy por debajo del estándar de emergencia recomendado de 20 litros por persona y día.

Médicos Sin Fronteras hemos instalado 15 puntos de abastecimiento de agua y excavado cinco pozos alrededor de los campos para perdonas refugiadas, pero estas instalaciones siguen sin suministrar agua suficiente.

MSF responde a la crisis de agua en Chad
Mujeres refugiadas recogen agua en los centros de distribución establecidos por MSF en el campo de Adré para evitar que las mujeres y niñas tengan que caminar kilómetros hasta las fuentes tradicionales de agua (“wadi”) para ir a buscarla. © MSF/Nisma Leboul

 

La situación sanitaria de la población refugiada en Adré es precaria, con altas tasas de malaria y diarrea aguda. En un campo tan densamente poblado y falto de apoyo, las epidemias a gran escala tendrían consecuencias catastróficas. Las instalaciones médicas que MSF y otras organizaciones gestionamos ya funcionan a pleno rendimiento, y las posibilidades de derivar pacientes a hospitales son muy limitadas.

Es probable que la afluencia de nuevos refugiados al final de la temporada de lluvias agrave la escasez de agua en los campos de Adré. De aquí a finales de año, se espera la llegada de 600,000 personas refugiadas más procedentes de Sudán, lo que ejercerá aún más presión sobre los recursos hídricos disponibles.

MSF responde a la crisis de agua en Chad
Donal Ngandji, responsable de agua y saneamiento de MSF en el campo de Adré. © MSF/Nisma Leboul

 

“En los campos para personas refugiadas de Adré, en el este de Chad, unas 200,000 personas solo reciben entre cinco y seis litros de agua al día, muy por debajo de la norma de emergencia recomendada de 20 litros diarios. Médicos Sin Fronteras somos el principal proveedor de agua en los campos, distribuyendo unos 600,000 litros diarios, que cubren más del 80% del suministro de agua de las personas refugiadas. A pesar de estos esfuerzos, esta cantidad es insuficiente, sobre todo en las horas más calurosas del día. La falta de agua impide cubrir necesidades básicas como lavarse y cocinar, obligando a la gente a recurrir a fuentes inseguras. Esto aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea y el cólera. Las organizaciones no gubernamentales internacionales y los donantes deben actuar con rapidez para hacer frente a esta crisis humanitaria urgente, garantizando que las personas que viven en los campos tengan acceso sostenible a agua potable”.

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