El deseo de sobrevivir

Virginia, de 30 años, nos cuenta cómo ha sobrellevado el vivir con tuberculosis multi resistente y cómo ha sido el tratamiento que MSF y el Ministerio de Salud le han proporcionado.

Tengo 30 años, vivo en Epworth, un asentamiento que está a 12 kilómetros de Harare, Zimbawe. Soy madre soltera y tengo dos hijos, un niño de 15 años y una bebé de 18 neses. Tengo tuberculosis multi-resistente (MDR TB) y estoy tomando mi tratamiento gracias a Médicos Sin Fronteras (MSF).
 
Hasta el momento, completé las inyecciones contra la MDR TB que tomé durante 8 meses, del 2 de marzo de 2015 a finales de octubre del mismo año. Para completar mi tratamiento, ahora tomo tabletas, y debo hacerlo durante 18 meses. Tomo estas tabletas diariamente, de lunes a sábado. El domingo es mi día de descanso y no las tomo. 
 
Mi trayecto con la MDR TB comenzó cuando mi hijo me llevó al hospital después de que le dije que sufría de un dolor muy severo en una de mis piernas. 
 
Los doctores examinaron cada parte de mi cuerpo y llevaron a cabo muchos exámenes, después de esto me dijeron que tenía MDR TB y que la enfermedad que tengo podía contagiar a otras personas, así que me refirieron al hospital Nazareth en Harare, en donde me internaron durante dos semanas. Después de esto, regresé a Epworth, donde comencé a recibir mis inyecciones en la policlínica Epworth, donde MSF está apoyando, junto al Ministerio de Salud y Cuidados infantiles, el tratamiento para los pacientes con TB. 
 
En ese entonces, no podía caminar por mí misma. Mi hijo solía pedir una carretilla a los vecinos para poder llevarme en ella al hospital. Esto pasó sólo por dos días. Después de eso, MSF me preguntó en dónde me estaba alojando para que pudieran ir y tratarme desde mi casa. MSF usó su vehículo para traer los medicamentos hasta mi puerta. 
 
Las enfermeras venían a mi casa y me inyectaban, lo hicieron cada día durante los 8 meses que duraron las inyecciones. 
 
Ahora tomo 14 pastillas al día y MSF ha seguido trayéndolas hasta mi casa. Estoy muy agradecida con MSF porque ahora me siento mucho mejor que antes. No podía caminar por mí misma, pero MSF me trajo un andador para que pudiera aprender cómo caminar otra vez. 
 
Contrataron un fisioterapeuta que me enseñó a caminar y me ayudó a hacer unos ejercicios que me pondrían en forma. Los ejercicios los hacíamos al menos tres veces a la semana. Al principio, incluso con la ayuda de un bastón no podía caminar más de dos metros porque me cansaba mucho. Siempre tenía una silla cerca, para sentarme cuando me cansara. Ahora puedo caminar por mí misma. Puedo cargar a mi hija en mis espalda como hacen todas las otras madres. 
 
Hubo una época en la que ni siquiera podía sentarme por mi cuenta porque estaba muy débil. Cada vez que lo intentaba, me caía. Mi hijo me cargaba y me llevaba afuera de la casa y de regreso otra vez, para permitirme tomar algo de aire fresco, pero me caía cada que me dejaba sola. 
 
No podía ir al baño sola. No podía cocinar o lavar por mí misma, pero ahora puedo ir sola al baño, puedo lavar y cocinar y hacer otros cuantos quehaceres hogareños.
 
Hubo una época en la que mis parientes habían comenzado a hacer preparaciones para mi funeral, porque ellos pensaban que no lograría sobrevivir. Pensaron que iba a morir debido a la condición en la que me encontraba. Tampoco pensaron que yo iba a aguantar el medicamento. Se preguntaban si iba a tomar las inyecciones durante 8 meses.
 
Al principio, yo tampoco pensé que sería posible, pero lo logré gracias al apoyo y a la ayuda de MSF. 
 
Lo que me dio la fuerza suficiente fue mi deseo por sobrevivir y cuidar de mis hijos. Me di cuenta de que mi vida dependía de tomar el medicamento, así que lo tomé consistentemente a pesar del dolor y de los efectos secundarios que me provocaban. Por ejemplo, cada que tomo las pastillas vomito y me dan nauseas, pero sigo tomándolas porque mi vida depende de ellas. Las enfermeras y consejeros me han dicho que siga luchando y que, con suerte, dejaré de vomitar algún día. Cuando pienso en el pasado, me doy cuenta de que ya llevo un largo trayecto y que seguiré siendo valiente. 
 
Quiero alentar a todos a que no se rindan y sigan tomando sus medicamentos. Si tienes MDR TB o cualquier otro tipo de TB, tienes que aceptar tu condición y tomar tu medicamento constantemente.
 
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