El poder del juego: Cinco formas en que el juego está cambiando la vida de niños y niñas en zonas de crisis

En todo el mundo, la mayoría de los pacientes de Médicos Sin Fronteras (MSF) son niños y niñas.

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Anyar tiene 5 años y recibió tratamiento por mordedura de serpiente. Su felicidad motiva a otros a unirse también.
Anyar tiene 5 años y recibió tratamiento por mordedura de serpiente. Su felicidad motiva a otros a unirse también. Diciembre de 2020. © Damaris Giuliana/MSF

El juego mejora la salud, promueve la recuperación y aumenta drásticamente la calidad de vida de cada niño o niña. No tiene efectos secundarios, no requiere almacenamiento especial y puede ser recetado de forma segura por cualquier persona, en cualquier lugar.

¿Qué es este medicamento milagroso? Hoy, Día Internacional del Juego, compartimos una sorprendente respuesta.

En todo el mundo, la mayoría de los pacientes de Médicos Sin Fronteras (MSF) son niños y niñas.

 

Mujeres, niñas y niños asisten a las sesiones sobre la promoción de la salud nutricional en el centro de alimentación para pacientes hospitalizados de la ciudad de Katsina, Nigeria.
Mujeres, niñas y niños asisten a las sesiones sobre la promoción de la salud nutricional en el centro de alimentación para pacientes hospitalizados de la ciudad de Katsina, Nigeria. © Zoe Bennell/MSF

 

Casi siempre son los más vulnerables ante brotes de enfermedades, desastres naturales y las duras condiciones de vida que suelen enfrentar quienes huyen de conflictos o de los impactos del cambio climático.

Si bien las respuestas humanitarias suelen centrarse en la alimentación, refugio y la atención médica, los niños tienen otra necesidad inherente que a menudo se pasa por alto: el juego.

Esta actividad estimula el desarrollo cerebral, creando conexiones neuronales, especialmente durante los primeros cinco años de vida. Jugar durante estos primeros años influye en la trayectoria vital de un menor, pero los niños de todas las edades necesitan jugar.

Esta es la razón por la que jugar es especialmente importante para niñas y niños que viven en medio de una crisis.

 

  1. Niñez en zonas de conflicto

Actualmente, se estima que 473 millones de niños y niñas viven en zonas afectadas por conflictos. Esto representa más de uno de cada seis niños en todo el mundo.

 

Rayan, de 7 años, es una de las miles de niños y niñas sudaneses que viven en el campo de tránsito de Adré. Posa orgullosa frente a las tazas y teteras que fabrica con barro que recoge después de la lluvia.
Rayan, de 7 años, es una de las miles de niños y niñas sudaneses que viven en el campo de tránsito de Adré. Posa orgullosa frente a las tazas y teteras que fabrica con barro que recoge después de la lluvia. Julio de 2024. © Thibault Fendler/MSF

 

El juego puede ayudar a los niños y niñas a procesar sentimientos complejos de miedo, dolor e incertidumbre. En zonas de conflicto, donde un niño ha perdido toda sensación de familiaridad y control, el juego puede ayudarle a aferrarse a su identidad, a reducir el impacto del estrés y a desarrollar resiliencia.

Si bien la comida, el refugio, la protección y la atención médica son esenciales, los niños también tienen una necesidad innata de jugar e intentarán hacerlo incluso en las condiciones más difíciles.

 

2. Niños hospitalizados

En 2023, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) ingresaron a más de medio millón de niños menores de cinco años para recibir atención hospitalaria urgente.

 

Hala, de cuatro años, juega con un globo justo un día después de que los cirujanos de la unidad de reconstrucción de extremidades de MSF en el hospital Al-Awda, en Gaza, la operaran en el pie.
Hala, de cuatro años, juega con un globo justo un día después de que los cirujanos de la unidad de reconstrucción de extremidades de MSF en el hospital Al-Awda, en Gaza, la operaran en el pie. Agosto de 2021. © Virginie Nguyen Hoang

 

Estos jóvenes pacientes están gravemente enfermos o presentan lesiones complejas. Pero también se encuentran en un entorno extraño, separados de sus familias y de lo que les resulta familiar y reconfortante.

El juego puede ayudar a regular las hormonas del estrés, como el cortisol, lo que reduce el dolor y la ansiedad. Esto no solo reduce el sufrimiento durante los procedimientos médicos, sino que también permite que los niños y niñas se recuperen más rápido.

 

3. Menores con desnutrición

La desnutrición no solo causa hambre, sino que tiene graves consecuencias para el crecimiento y el desarrollo de los menores. También puede causar atrofia muscular, hinchazón (edema) y fatiga, lo que hace que los niños se retraigan y tengan menos probabilidades de recibir la estimulación que necesitan para aprender y crecer.

 

Amaka Joseph, de 35 años, juega con sus hijos, John y Jerry, de 11 meses, en recuperación, en un centro de ITFC del Hospital Especializado de Sokoto, Nigeria, el viernes 22 de julio de 2022.
Amaka Joseph, de 35 años, juega con sus hijos, John y Jerry, de 11 meses, en recuperación, en un centro de ITFC del Hospital Especializado de Sokoto, Nigeria, el viernes 22 de julio de 2022. © KC NWAKALOR

 

El juego activa la mente, ejercita los músculos y fortalece las relaciones entre los niños y sus cuidadores. Junto con los medicamentos y alimentos terapéuticos adecuados, el juego puede ayudar a los niños y niñas con desnutrición a recuperarse cognitiva, emocional, social y físicamente.

 

4. Niñez en situaciones de emergencia

El juego es vital para la vida y la salud de un niño o niña. Sin embargo, en situaciones de emergencia, las personas adultas pueden verse obligadas a priorizar la alimentación, el refugio y los medicamentos, y los niños pueden verse obligados a trabajar prematuramente para ayudar a la familia, dejándoles poco tiempo para jugar. Mientras tanto, los padres y cuidadores pueden tener dificultades para responder a la necesidad de juego del niño mientras lidian con su propio sufrimiento y duelo.

 

Sesión grupal de salud mental para niños en un albergue de Ucrania.
Sesión grupal de salud mental para niños en un albergue de Ucrania. Junio de 2023 © MSF

 

La ayuda humanitaria, incluyendo la atención médica y de salud mental, puede ayudar a aliviar algunas de las mayores presiones que sufren las familias en zonas de crisis (aunque los recortes en los presupuestos de ayuda implican que estos servicios se ven amenazados en muchas zonas). Y dondequiera que se brinde la ayuda, ya sea en campos de personas refugiadas, hospitales o a través de equipos móviles, los juguetes y la decoración pueden crear entornos acogedores que ayudan a los niños y a las familias a sentirse seguros y a reconectar a través del juego.

La falta de juguetes no es una barrera. La posibilidad de jugar existe en todas partes, en cualquier momento. Un chiste, una canción o un baile divertido son formas de integrar el juego en la vida cotidiana de un niño. Un simple juego desarrolla las habilidades lingüísticas de los niños y les ayuda a establecer relaciones estables y enriquecedoras.

 

5. La promoción del juego en MSF

En todo el mundo, nuestros equipos trabajan en comunidades gravemente afectadas por crisis humanitarias. Para promover el juego como una forma de trabajar con niños y niñas, en MSF hemos desarrollado el kit de herramientas de terapia de juego (Play Therapy Toolkit). Ahora, con ‘MSF Innovación Inclusiva’ brindamos apoyo adicional a los equipos de MSF que desean desarrollar el uso del juego en los proyectos.

 

Niños y jóvenes migrantes juegan con un rompecabezas en la Casa del Migrante de Reynosa, Tamaulipas. México 2024.
Niños y jóvenes migrantes juegan con un rompecabezas en la Casa del Migrante de Reynosa, Tamaulipas. México 2024. © Sara de la Rubia/MSF

 

El kit de herramientas fue creado por la terapeuta de juego Katherine Haciomeroglu, quien pasó un año trabajando con pacientes y colegas de MSF en Sierra Leona.

Su objetivo es ayudar a los equipos de MSF a convertir el juego en una parte fundamental de la atención que ofrecen a los niños, especialmente a los menores de cinco años. Incluye consejos para crear espacios adaptados a las necesidades de los niños y niñas, orientación para elegir actividades adaptadas a sus etapas de desarrollo y cómo fabricar juguetes con materiales disponibles, como jeringas de plástico (¡sin aguja!) y guantes quirúrgicos. 

 El juego está consagrado en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y también es un elemento esencial en sus vidas y su cuidado, sin importar las circunstancias.
 

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