Energía solar al servicio de la salud en República Centroafricana

Antes de la introducción de estos sistemas, la mayoría de los hospitales apoyados por MSF dependían de generadores diésel, y los centros de salud carecían por completo de electricidad.

Goumar Attama Abdoul Aziz, Gestor de Energía de MSF, inspecciona el campo de paneles solares en el Hospital Batangafo.
Goumar Attama Abdoul Aziz, Gestor de Energía de MSF, inspecciona el campo de paneles solares en el Hospital Batangafo. © MSF

En República Centroafricana (RCA), el acceso a la electricidad sigue siendo un gran desafío que dificulta el desarrollo y la calidad de los servicios esenciales, especialmente en el ámbito médico. Según el Banco Mundial, solo una de cada siete personas en la RCA tiene acceso a la electricidad, con marcadas disparidades entre la capital, Bangui (35%), y las zonas rurales (0,4%). En este contexto, los centros médicos, ya debilitados por años de conflicto y falta de financiación, tienen dificultades para brindar una atención adecuada.

 

Vista del sistema de paneles solares instalado por MSF, que produce el 75 % de la electricidad del hospital general de Bossangoa, en la República Centroafricana.
Vista del sistema de paneles solares instalado por MSF, que produce el 75 % de la electricidad del hospital general de Bossangoa, en la República Centroafricana. © Fuh Hanson Suh/MSF

 

Ante esta realidad, Médicos Sin Fronteras (MSF) llevamos varios años implementando un amplio programa para instalar sistemas híbridos de paneles solares en diversos centros de salud de todo el país donde opera la organización.

El objetivo: garantizar la autonomía energética sostenible, reducir la dependencia del costoso y contaminante diésel y mejorar la atención médica, incluso en las zonas más remotas.

 

Satisfaciendo una necesidad vital

Antes de la introducción de estos sistemas, la mayoría de los hospitales apoyados por MSF dependían exclusivamente de generadores diésel, mientras que los centros de salud carecían por completo de electricidad. En Batangafo, por ejemplo, el hospital consumía más de 3000 litros de combustible al mes, mientras que en Bossangoa el consumo alcanzaba los 5,500 litros mensuales, a un costo promedio de 2,000 francos CFA (unos 3 €) por litro.

Hoy en día, las instalaciones solares híbridas proporcionan a los hospitales energía estable, limpia y autónoma, a la vez que reducen drásticamente los costos de combustible y mantenimiento de los generadores. Esta transición también limita la dependencia del diésel, cuyo transporte a zonas remotas sigue siendo complejo y costoso. Más allá de las ventajas económicas y logísticas, ha supuesto una reducción significativa de la huella de carbono, contribuyendo a la protección del medio ambiente y a la sostenibilidad a largo plazo de las actividades médicas.

 

Energía solar para una atención segura y continua

“Desde que el sistema se puso en marcha hace seis meses, el hospital ya no necesita depender exclusivamente de generadores diésel: la electricidad está disponible de forma continua, día y noche”, afirma Clément Dakha, técnico de radiología del hospital de Batangafo.

 

Goumar Attama Abdoul Aziz, gestor de energía de MSF, en la sala de control del sistema solar fotovoltaico en Batangafo. El sistema genera suficiente electricidad para abastecer al hospital las 24 horas.
Goumar Attama Abdoul Aziz, gestor de energía de MSF, en la sala de control del sistema solar fotovoltaico en Batangafo. © MSF

 

El cambio es igualmente notable en el hospital de Bossangoa. “Actualmente, solo utilizamos unos 1,500 litros al mes”, explica Fuh Hanson, especialista en energía de MSF. Este cambio representa un ahorro anual de aproximadamente 48,000 litros de diésel y una reducción de más de 120 toneladas de emisiones de CO₂.

Más al sur, en Bangassou, la instalación de paneles solares ya cubre casi la mitad de las necesidades energéticas del hospital regional, y una ampliación en curso pronto aumentará esta cifra al 80%. Varios centros de salud apoyados por MSF en la región también se han equipado, lo que les permite mantener la cadena de frío para las vacunas y brindar servicios nocturnos de urgencia —como partos e intervenciones quirúrgicas— en condiciones fiables.

En la capital, en el Centro Hospitalario Universitario Comunitario (CHUC) de Bangui, MSF hemos instalado un sistema solar de 120 kWh destinado a los departamentos de ginecología y medicina interna. Esta instalación garantiza un suministro eléctrico permanente y fiable, esencial para el buen funcionamiento de la actividad médica en estos servicios de alta demanda.

 

Impacto humano, económico y ambiental

La introducción de estos sistemas de energía sostenible va mucho más allá de una mejora técnica. Transforma la vida diaria de los equipos médicos y los pacientes. La energía solar estabiliza el funcionamiento de quirófanos, laboratorios y cámaras frigoríficas. Además, mejora la seguridad del paciente al garantizar la iluminación nocturna y el funcionamiento continuo de equipos médicos vitales.

 

Vista de los paneles solares instalados por MSF en el hospital regional de Bangassou. La instalación de paneles solares ya cubre casi la mitad de las necesidades energéticas del hospital.
Vista de los paneles solares instalados por MSF en el hospital regional de Bangassou. La instalación de paneles solares ya cubre casi la mitad de las necesidades energéticas del hospital. © Vivien  Ngalangou/MSF

 

Desde el punto de vista económico, la reducción del consumo de combustible y de los costos de mantenimiento de los generadores permite destinar recursos financieros a la atención médica. Al mismo tiempo, la reducción de las emisiones de CO₂ contribuye a los objetivos climáticos globales de MSF.

 

Un enfoque humanitario sostenible

MSF se ha fijado el objetivo de reducir sus emisiones globales de carbono en un 50% para 2030 con respecto a los niveles de 2019. El despliegue de sistemas solares híbridos en la República Centroafricana se alinea plenamente con esta ambición. Estos proyectos demuestran que es posible combinar la acción humanitaria con la responsabilidad ambiental y la eficiencia operativa.

En un país donde las necesidades humanitarias siguen siendo inmensas, la energía solar representa mucho más que una solución técnica: impulsa la autonomía y la resiliencia de los centros sanitarios y ofrece esperanza a las comunidades locales. Mediante estas iniciativas, MSF colabora con las autoridades locales no solo para mejorar el acceso a la atención médica a largo plazo, sino también para contribuir a la protección del planeta. Al invertir en soluciones de energía limpia, la organización avanza hacia una acción humanitaria más ecológica, responsable y resiliente, al servicio de la salud y la vida.

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