Haití: si el financiamiento para la salud materna funcionaba ¿por qué ha sido recortado?

 

Paul Brockmann, Coordinador General de MSF en Haiti

Serene Princeton estuvo perdiendo líquido amniótico durante dos semanas. Visitó diferentes hospitales en Puerto Príncipe en busca de ayuda, incluyendo el Centro de Referencias para Urgencias Obstétricas (CRUO) gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF). Pero ante el aumento de la llegada de pacientes y al no reunir los criterios de admisión –la pérdida se había detenido-, MSF se vio forzado a darle prioridad a aquellas personas con riesgo inmediato de tener complicaciones en el parto. Y recientemente, los criterios de MSF tuvieron que ser ajustados. 

Serene se encaminó entonces hacia el hospital general pero estaba en huelga. Fue a otros hospitales, pero estos estaban aceptando únicamente a mujeres a punto de parir y ella no lo estaba. Serene comenzó a sangrar y tenía temor a fallecer junto a su bebé. Desesperada, regresó al CRUO por segunda vez, y allí explicó que se estaba muriendo. Su voz se había ido por el llanto. Para entonces su situación respondía a los criterios de MSF y fue admitida. Estuvo en trabajo de parto por tres días antes de que finalmente diera a luz por cesárea a un bebé prematuro. Dieudens, que se encuentra en buen estado de salud.

Dar a luz en Haití cuesta 8 dólares. Si es un parto complicado, cuesta más de 300 dólares. Más de la mitad de la población vive con sólo dos dólares al día. Si eres una mujer embarazada que ha sido diagnosticada con un parto potencialmente riesgoso, y por lo tanto, no eres de las pocas personas adineradas, una de tus únicas opciones será el CRUO de MSF, especializado en atención obstétrica compleja que ofrece asistencia gratuita.

La reconstrucción sanitaria en Haití que ha seguido al devastador terremoto hace casi seis años atrás se ha enfrentado a numerosos problemas. Hay muchos ejemplos de fondos que se han invertido en la construcción de hospitales pero con una planificación insuficiente en cómo proveerlos de personal, de suministros y en cómo gestionarlos. El resultado: edificios que son envoltorios vacíos y que ofrecen poca o ninguna atención médica.

El financiamiento para la atención materna había sido diferente. El programa de Canadá "Manman Ak Timoun una Sante" (MATS), dirigido específicamente a la salud materno-infantil, así como el financiamiento internacional para Organizaciones No Gubernamentales (ONG) médicas, había servido para llenar muchos vacíos en la provisión de asistencia sanitaria materna.

Pero ahora el programa MATS está cancelado y el financiamiento gubernamental internacional de las ONG en Haití han caído. Además, Haití planea gastar sólo el 5.4% de su presupuesto en atención sanitaria en 2015-2016. La vecina República Dominicana dedicará 11.5% de su presupuesto a atención sanitaria. En el CRUO de MSF, construido y gestionado de manera independiente sin este financiamiento gubernamental internacional y por lo tanto no afectado por esta reducción, ha resultado muy claro el preocupante impacto de esto.

En 2014, la unidad neonatal tuvo que admitir un 32% más de recién nacidos que el año anterior, ejerciendo una tensión insostenible en el departamento. El mismo año, la derivación de mujeres embarazadas al CRUO aumentó un 18%, poniendo en evidencia la disminución de la capacidad de otras instalaciones cercanas. En respuesta a esta situación, en 2015, MSF ha tenido que ajustar sus criterios de admisión para enfocarse sólo en aquellas mujeres y niños recién nacidos con mayores riesgos. Esto tiene serias implicaciones para el bienestar de muchas mujeres. Mujeres como Serene Princeton.

La historia de Serene destaca los elevados riesgos que ahora enfrentan las mujeres embarazadas y sus hijos recién nacidos en Haití debido a los recortes en el financiamiento de la asistencia sanitaria. La inversión de los donantes internacionales y el gobierno de Haití en la asistencia sanitaria han demostrado claros resultados. Estos recortes necesitan ser revertidos.

 

Compartir