Iniciamos una respuesta de emergencia tras la huida de 100,000 personas de la violencia en el norte de Mozambique

  • ESTÁS AQUÍ
  • Actualidad
  • Iniciamos una respuesta de emergencia tras la huida de 100,000 personas de la violencia en el norte de Mozambique
El equipo de MSF conversa con un grupo de personas desplazadas que esperan fuera de una clínica móvil de MSF en Alua Velha, provincia de Nampula, Mozambique.
El equipo de MSF conversa con un grupo de personas desplazadas que esperan fuera de una clínica móvil de MSF en Alua Velha, provincia de Nampula, Mozambique. © Sofia Minetto/MSF

Para responder a las necesidades de las más de 100,000 personas que se vieron obligadas a huir de sus hogares en el norte de Mozambique hace unas semanas, Médicos Sin Fronteras (MSF) iniciamos una intervención de emergencia en la provincia de Nampula. Desde el 4 de diciembre, los equipos de MSF hemos brindado atención médica y servicios esenciales en las zonas del distrito de Eráti con mayor concentración de familias desplazadas.

 

[/caption]

 

Durante noviembre, un grupo armado no estatal llevó a cabo múltiples ataques en la provincia de Nampula, lo que desencadenó la tercera y, hasta la fecha, la mayor ola de desplazamientos en el norte de Mozambique desde julio de 2025. Esta ola de desplazamientos forma parte de una crisis humanitaria más amplia causada por el conflicto de ocho años en Cabo Delgado, que se ha extendido periódicamente a las provincias vecinas, incluyendo Nampula. Más de 100,000 personas huyeron de sus hogares, según los últimos datos de la OIM.1 En total, más de 300,000 personas han sido desplazadas por la fuerza en el norte de Mozambique desde finales de julio.

Si bien algunas familias desplazadas han comenzado a regresar a sus lugares de origen, estos desplazamientos no siempre se deben a una verdadera seguridad o preparación. En ciertos casos, las personas toman la difícil decisión de regresar, influenciadas por la perspectiva de recibir asistencia.

“Explicaron que solo se brindaría apoyo allí, en las zonas de origen de las personas”, dice José Maurício Alige, desplazado de Mazua. “Pero la gente tiene miedo de regresar. Todavía llevan la pesadilla en el corazón”. 

Algunas personas se suben a vehículos que las llevan de regreso a sus aldeas para recibir ayuda, solo para regresar después a Alua Sede y Alua Velha. Otras prefieren permanecer en los campos de personas desplazadas a pesar de las pésimas condiciones de vida, alegando la persistente inseguridad, la destrucción de viviendas y la pérdida de medios de vida.

 

altazar Vicente Sassita, responsable clínico de MSF, atiende a una mujer en la clínica móvil de Alua Sede, distrito de Eráti, provincia de Nampula.
Baltazar Vicente Sassita, responsable clínico de MSF, atiende a una mujer en la clínica móvil de Alua Sede, como respuesta a la emergencia en la provincia de Nampula, Mozambique. © Sofia Minetto/MSF[/caption]

 

“Es mejor quedarse aquí y pasar hambre que regresar”, dice Carita Varine, quien huyó de los repetidos ataques en el distrito de Memba.

Este enfoque de distribución de ayuda deja a las personas sin asistencia en su punto de mayor vulnerabilidad, al tiempo que las expone a más daños y socava los principios de una respuesta humanitaria neutral y basada en las necesidades.

MSF brinda consultas médicas, servicios de maternidad, apoyo nutricional y asesoramiento psicosocial en Alua Velha, Alua Seda y Miliva. En cuanto a las afecciones de salud, la malaria sigue siendo la principal causa de consulta, seguida de las enfermedades diarreicas agudas, las infecciones respiratorias y las afecciones cutáneas. En colaboración con el Ministerio de Salud, MSF también apoya campañas de vacunación para proteger a las familias desplazadas de enfermedades prevenibles.

“Entre el 4 y el 15 de diciembre, realizamos más de 860 consultas médicas”, afirma Emerson Finiosse, médico de MSF. “Hay una alta prevalencia de malaria, con más del 30 % de casos positivos entre las personas que acuden a nosotros”.

“Además, muchas mujeres que acuden a nuestras clínicas móviles para consultas prenatales reciben este servicio por primera vez, lo que significa que nunca antes habían iniciado este importante proceso”, afirma Finiosse. “Este es un indicador preocupante del estado del sistema de salud, incluso antes de que se produzcan desplazamientos repentinos”.

La actual temporada de lluvias intensifica la preocupación por la salud pública, con un brote de cólera confirmado en los distritos de Eráti y Memba. En respuesta a las necesidades críticas de agua y saneamiento, MSF está construyendo letrinas y puntos de agua de emergencia. Además, MSF ha rehabilitado un pozo en desuso en Miliva, garantizando así agua potable a la comunidad. Se han instalado doce nuevos grifos de agua en Alua Sede, con capacidad para atender a 1,800 personas al día.

 

Un grupo de personas desplazadas espera fuera de una clínica móvil de MSF en Alua Velha, distrito de Eráti, provincia de Nampula.
Un grupo de personas desplazadas espera fuera de una clínica móvil de MSF en Alua Velha, distrito de Eráti, provincia de Nampula. © Sofia Minetto/MSF[/caption]

 

Las precarias condiciones de vida y saneamiento, tanto en albergues temporales como con familias de acogida, plantean problemas de salud y protección. La falta de alojamiento adecuado obliga a muchas personas desplazadas, la mayoría niños y niñas, a dormir al aire libre o en asentamientos informales, lo que las expone a las inclemencias del tiempo y a enfermedades. El acceso a los alimentos sigue siendo una de las necesidades más apremiantes.

Nuestros equipos son testigos de los desafíos que enfrentan las personas desplazadas y la creciente presión sobre las comunidades de acogida, lo que resalta la urgente necesidad de una asistencia humanitaria transparente, neutral y basada en las necesidades que se brinde donde se encuentran las personas.

MSF hemos iniciado una intervención de emergencia de tres meses en el distrito de Eráti, provincia de Nampula, para atender las crecientes necesidades humanitarias y médicas de la población. Seguimos brindando servicios de salud vitales a las comunidades de acogida y a las personas que se enfrentan a la violencia y el desplazamiento en el norte de Mozambique. En Cabo Delgado, MSF gestionamos proyectos en Mocímboa da Praia, Macomia y Palma, y ​​apoyamos la respuesta a un brote de cólera en Nanlia. Proporcionamos consultas externas generales, atención de urgencias, servicios de maternidad y pediatría, tratamiento para el VIH y la tuberculosis, y apoyo psicosocial y de salud mental.

En el primer semestre de 2025, realizamos cerca de 100,000 consultas ambulatorias y realizamos actividades grupales de salud mental para más de 35,000 personas. Gestionamos clínicas móviles y actividades de divulgación, derivamos pacientes a centros de salud y apoyamos a centros médicos y hospitales en colaboración con el Ministerio de Salud.  

Compartir