Intensificamos nuestra respuesta a una nueva ola de desplazamientos en el norte de Mozambique

Hemos reforzado nuestras actividades en tres campos para personas desplazadas en Mueda, donde gestionamos un proyecto médico desde 2021.

Issa Manzi Makaburi, promotor de MSF, apoyando a una mujer en el campo de personas desplazadas de Mueda
Issa Manzi Makaburi, promotor de MSF, apoyando a una mujer en el campo de personas desplazadas de Mueda © Sofia Minetto/MSF

Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos intensificado nuestras actividades en la ciudad y el distrito de Mueda tras una nueva ola de desplazamientos a raíz de repetidas incursiones violentas de un grupo armado no estatal en la ciudad de Mocímboa da Praia y otras zonas del norte de Mozambique. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 92,000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en Cabo Delgado y la vecina provincia de Nampula desde finales de septiembre, incluyendo unas 23,000 personas que han llegado a Mueda.

Los equipos de MSF han reforzado actividades en tres campos para personas desplazadas (Eduardo Mondlane, Nandimba y Lianda) en Mueda, donde gestionamos un proyecto médico desde 2021. También hemos iniciado actividades en Nanili, una comunidad cercana a la frontera entre los distritos de Mueda y Mocímboa da Praia, para abordar el aumento de las necesidades humanitarias tras las recientes llegadas. El equipo de promoción de la salud y los trabajadores de salud comunitarios de MSF están sensibilizando a las personas sobre la higiene y prevención de enfermedades, y garantizando que el sistema de derivación para atención médica siga funcionando.

Entre el 3 y el 15 de octubre, los equipos de MSF visitaron a 970 familias en los tres campos de Mueda y derivaron a 315 personas que necesitaban atención médica al Hospital del Distrito de Mueda o al centro de salud más cercano. Los equipos de MSF también realizaron más de 400 sesiones de sensibilización grupal, a las que asistieron unas 4,500 personas.

La mayoría de las personas que ahora llegan a Mueda se han visto obligadas a huir de sus hogares varias veces durante los ocho años de conflicto en Cabo Delgado, donde cientos de miles de personas siguen desplazadas. Varias de ellas habían vivido anteriormente en estos mismos campos. A menudo, las personas deciden huir porque ya no se sienten protegidas ni seguras en sus comunidades. Una familia de cinco integrantes contó a MSF que caminaron casi 100 kilómetros hacia el interior de la provincia desde la ciudad costera de Mocímboa da Praia tras escuchar rumores generalizados de un ataque inminente.

“No teníamos dinero, así que vinimos aquí a pie. Tardamos unos tres días. Esta es la segunda vez que venimos a [buscar refugio en] Mueda”, relata Saidia Albino, quien se ha establecido en el campo de personas desplazadas Eduardo Mondlane con su esposa y sus tres hijos. “La primera vez nos fuimos porque los combates se intensificaban en Mocímboa da Praia [en 2022], y ahora la guerra ha comenzado de nuevo. Todos se marchaban; no había razón para quedarse. Por ahora, si puedo encontrar trabajo, es mejor intentar construir una vida aquí”.

En respuesta al impacto psicológico del desplazamiento repetido y la inseguridad prolongada, MSF también realiza actividades de salud mental y apoyo psicosocial en Mueda, que complementan las intervenciones comunitarias en curso. La ansiedad, los síntomas psicosomáticos y postraumáticos son los trastornos más frecuentes. Hasta el momento, los equipos de MSF han realizado 65 sesiones grupales de salud mental con más de 600 participantes.

Las condiciones de vida en los campos de acogida también se están deteriorando, en particular debido al acceso limitado a agua potable y saneamiento. Se prevé que la situación empeore con la inminente llegada de la temporada de lluvias y el mayor riesgo de enfermedades transmitidas por el agua. “Aunque no estamos viendo muchas emergencias médicas agudas en este momento, las necesidades médicas persisten. El sistema de salud local no puede hacer frente a la continua llegada de personas en busca de seguridad, lo que ejerce presión sobre unos recursos ya de por sí limitados”, afirma Pedro Basílio, supervisor de actividades extramurales de MSF.

En los últimos meses, Cabo Delgado ha experimentado un repunte de la violencia, con ataques e incursiones armadas en varios distritos como Mocímboa da Praia, Balama, Montepuez y Chiúre, así como en las provincias vecinas de Nampula y Niassa.

A finales de septiembre, MSF se vio obligada a suspender temporalmente sus actividades en la ciudad de Mocímboa da Praia debido a la inseguridad. Además de en Mueda, los equipos de MSF continúan ejecutando proyectos médicos en Palma y Macomia, que no se han visto exentas de esta ola de violencia. Los equipos de MSF también están evaluando la situación en zonas de los distritos de Mueda y Mocímboa da Praia, donde recientemente han llegado importantes grupos de personas desplazadas.

 

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