J&J debe hacer que el medicamento para la tuberculosis esté disponible a menos de $1 dólar / día

MSF protesta en la reunión anual de accionistas de J&J para exigir una opinión sobre cómo se hará disponible, de forma asequible, la bedaquilina, el vital medicamento para la tuberculosis, que fue desarrollado con considerables esfuerzos conjuntos que incluyen fondos públicos e investigación operacional de MSF.

MSF protesta en la reunión anual de accionistas de J&J para exigir una opinión sobre cómo se hará disponible, de forma asequible, la bedaquilina, el vital medicamento para la tuberculosis, que fue desarrollado con considerables esfuerzos conjuntos que incluyen fondos públicos e investigación operacional de MSF.
 
 
En la reunión anual de accionistas de Johnson & Johnson, la organización médico humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) exigió que la corporación redujera el precio de la bedaquilina, un medicamento para la tuberculosis (TB), a $1 dólar estadounidense por día, para reflejar los esfuerzos de investigación realizados en conjunto, para lograr que este medicamento llegue a los pacientes. Aunque MSF reconoce los importantes esfuerzos de J&J para desarrollar este eficaz medicamento, la empresa debe tomar medidas urgentes para que sea asequible y accesible para todas las personas que lo necesitan.
 
La bedaquilina, que reemplaza los tratamientos más antiguos y tóxicos para la tuberculosis, fue desarrollada con un considerable apoyo de los contribuyentes y de organizaciones filantrópicas y sin fines de lucro. La investigación operacional realizada por MSF y otros actores fue una pieza clave para generar evidencia sobre la efectividad de la bedaquilina contra las formas de TB resistentes a los medicamentos. Se están llevando a cabo ensayos clínicos adicionales, realizados por MSF y otros colaboradores, que podrían arrojar más información sobre las opciones de tratamiento relacionadas con el medicamento. A pesar de estos esfuerzos conjuntos, J&J establece el precio de la bedaquilina a su propia discreción, decidiendo quién puede tener acceso al fármaco. Las personas que no pueden acceder al medicamento se ven obligadas a soportar tratamientos antiguos y tóxicos, que incluyen inyecciones diarias y dolorosas que pueden causar efectos secundarios devastadores, como sordera permanente y psicosis.
 
"J&J no desarrolló este importante medicamento solo, y quienes contribuyeron a su desarrollo deberían poder aportar suopinión sobre la bedaquilina y cómo se hará accesible a un precio asequible para las personas que la necesitan para mantenerse vivas y saludables", aseveró la Dra. Els Torreele, Directora Ejecutiva de la Campaña de Acceso de MSF. "Damos la bienvenida a las contribuciones de J&J en el desarrollo de este medicamento nuevo y efectivo, pero no podemos confiar en los programas de caridad de la compañía para conseguir los medicamentos que necesitamos para enfrentar pandemias mundiales. Durante el desarrollo de la bedaquilina, gran parte del trabajo crítico para demostrar su valor terapéutico fue realizado por la comunidad de investigadores, ministerios de salud y proveedores de tratamiento de TB, y financiado por el público. Estas contribuciones deben ser reconocidas".
 
J&J actualmente vende la bedaquilina por $400 dólares estadounidenses por un curso de tratamiento de seis meses a países elegibles para comprar el medicamento a través de Servicio Farmacéutico Mundial, un mecanismo de adquisición de herramientas de diagnóstico y medicamentos para la TB que forma parte de la Alianza Alto a la Tuberculosis (Stop TB Partnership, en inglés). J&J no ha revelado los precios del medicamento en otros países. 
 
 
La bedaquilina es solo uno de cuatro -o más- medicamentos necesarios para componer un régimen de tratamiento para la TB resistente a los medicamentos (DR-TB), y la mayoría de las personas requieren el medicamento por más tiempo que la duración comercializada de seis meses. Desde noviembre de 2018, solo 28,700 personas han recibido la bedaquilina en todo el mundo a pesar de que se aprobó su uso en 2012, es decir, menos del 20% de las personas que podrían haberse beneficiado de este fármaco. En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió directrices recomendando la bedaquilina como un medicamento fundamental en el tratamiento de la TB multirresistente, triplicando así el número de personas que la necesitan cada año.
 
Una coalición de grupos, entre los que se incluye MSF, ha estado en discusiones con J&J sobre el elevado precio de la bedaquilina desde principios de 2014; y el año pasado exigió en la Conferencia de la Unión de TB en los Países Bajos que J&J redujera el precio del medicamento a $1 dólar por día. Un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool calculó que la bedaquilina podría producirse y venderse – y aún así tener una ganancia–  por mucho menos, llegando a un precio de incluso 25 centavos de dólar por día si se venden al menos 108,000 cursos de tratamiento por año. A $1 dólar por día, el precio sería de $600 dólares por persona por los 20 meses de tratamiento que requieren muchos pacientes con DR-TB.
 
La bedaquilina fue el primer medicamento para la DR-TB en desarrollarse en más de 40 años, y se benefició de una considerable inversión pública. La evidencia sobre el potencial del medicamento para mejorar las tasas de curación con menos efectos secundarios también fue el resultado de los esfuerzos conjuntos de la comunidad mundial de proveedores de tratamiento e investigación sobre TB. Por lo tanto, es inaceptable que solo J&J decida quién puede tener acceso al medicamento y a qué precio. Las contribuciones que construyeron la base de evidencia sobre el valor terapéutico de la bedaquilina provienen de los contribuyentes estadounidenses, a través de agencias como los Institutos Nacionales de la Salud, ministerios de salud en países con alta carga de tuberculosis, el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales como MSF, y una gran cantidad de donantes filantrópicos.
 
"No es complicado: los medicamentos como la bedaquilina, que se crean y desarrollan junto con la comunidad mundial enfocada a la TB y con el uso de fondos públicos, deben estar disponibles para las personas que los necesitan al precio más bajo posible", explica Sharonann Lynch, asesora de políticas sobre VIH y TB para la Campaña de Acceso de MSF. “Teniendo en cuenta el importante monto de dinero público utilizado para crear este medicamento contra la tuberculosis, J&J debe acordar venderlo por no más de $1 dólar por día. El público ya ha pagado por este medicamento; y es hora de que el público tenga acceso a él ".
 
Después de repetidos llamados públicos a J&J para que reconociera este esfuerzo conjunto y pusiera un precio más asequible a este medicamento, MSF envió una carta a la corporación en septiembre de 2018 para discutir el caso, pero aún no ha recibido una respuesta.
 
La OMS recientemente recomendó la bedaquilina como eje central de un régimen de tratamiento totalmente oral para la TB-DR, y los medicamentos que deben inyectarse y causan efectos secundarios graves fueron relegados como opciones de último recurso. La implementación de las recomendaciones de la OMS aumentará dramáticamente la cantidad de personas que deberían recibir la bedaquilina, pero la rápida aceptación de este tratamiento, más fácil de tolerar, será una realidad sólo si J&J lo hace ampliamente disponible de manera asequible, y permite que otros fabricantes de medicamentos contra la TB produzcan versiones genéricas. 
 
J&J afirma que su precio no es una barrera para el acceso, pero la corporación está trabajando incansablemente para retener y extender el monopolio que actualmente tiene sobre el medicamento, y para mantener el control sobre el precio que puede cobrar en cada país. J&J está tratando de "perennizar"(evergreening) su monopolio en países como la India al presentar patentes adicionales, a menudo cuestionables; una táctica comúnmente utilizada por las corporaciones para extender los monopolios de sus medicamentos más allá del estándar de 20 años. De esta forma, J&J tiene como objetivo retrasar aún más la disponibilidad de fuentes alternativas de este vital medicamento en países con una alta carga de DR-TB, incluyendo a la India y Sudáfrica.
 
El programa de donación de bedaquilina de J&J es otro medio por el cual la corporación ha trabajado para retener el poder de toma de decisiones sobre quién recibe tratamiento y dónde, en lugar de trabajar colectivamente con los actores globales de la salud y la comunidad de TB que hizo posible el desarrollo de la bedaquilina. J&J anunció su programa de donación de medicamentos como respuesta a la presión pública que buscaba bajar el precio de este medicamento, pero los expertos mundiales en salud y de la OMS recomiendan no emprender iniciativas de donación, pues pueden socavar los esfuerzos a largo plazo para aumentar el acceso a medicamentos asequibles. El programa de donación de la bedaquilina de J&J ha finalizado desde entonces, a excepción de los anuncios realizados por J&J en países específicos, como en la India, donde el intento de la corporación de extender su monopolio de patentes está siendo cuestionado en el sistema judicial.
 
"J&J destaca su trabajo en cuestiones de salud global, su inversión en el desarrollo de este medicamento y su donación de bedaquilina a países como la India", dijo Lynch. “Sin embargo, todavía no hay transparencia sobre sus gastos reales de I+D (Investigación y Desarrollo) y los beneficios financieros obtenidos por medio de exenciones fiscales y otros incentivos. No estamos buscando la caridad de Johnson & Johnson. Dado el esfuerzo conjunto y la inversión pública destinados al desarrollo de este medicamento, no deberían decidir solos el precio y la disponibilidad del fármaco. La bedaquilina es un punto de inflexión en la lucha contra la TB, la enfermedad infecciosa más mortal del mundo. Pero, ¿de qué sirve un medicamento que salva vidas si las personas que más lo necesitan no pueden conseguirlo?" 
 
"La investigación médica y el desarrollo para atender las necesidades de salud de las personas dondequiera que vivan, deben fomentarse como una responsabilidad colectiva, un contrato social transparente entre los sectores público y privado, en el que el conocimiento generado sea compartido, no privatizado", explica Torreele. “La investigación médica debe proporcionar herramientas de salud pública disponibles para todos los que las necesitan, no productos de lujo. Invitamos a J&J y a otras compañías farmacéuticas a abordar esos términos en su búsqueda de investigaciones y desarrollos de interés público. El de la bedaquilina podría ser un caso de referencia desde el cual se puede comenzar a construir este modelo.”
 
MSF es el mayor proveedor no gubernamental de tratamiento contra la TB en todo el mundo y ha estado involucrada en el cuidado de la TB durante 30 años, a menudo trabajando en colaboración con las autoridades sanitarias nacionales para tratar a las personas en una amplia variedad de contextos, incluyendo zonas de conflicto crónico, barrios marginales, prisiones, campos de refugiados y zonas rurales. A septiembre de 2018, en los proyectos de MSF en 14 países, más de 2,000 personas han sido tratadas con los medicamentos más nuevos, incluyendo a 633 personas tratadas con delamanida, el único otro medicamento nuevo contra la tuberculosis desarrollado en más de 40 años. 1,530 más fueron tratadas con bedaquilina y 227 con una combinación de ambos medicamentos. Los datos sobre la seguridad y eficacia sobre el uso de bedaquilina en los proyectos de MSF siguen contribuyendo a la base de evidencia que informa sobre el uso de la bedaquilina en el tratamiento de la TB resistente a medicamentos. Además, MSF está realizando dos ensayos clínicos de fase II / III que incluyen el uso de bedaquilina: endTB y TB PRACTECAL.
 
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