La burocracia y la inseguridad dificultan la respuesta humanitaria a la crisis en Sudán

MSF alerta de las restricciones para brindar ayuda humanitaria por parte de las partes beligerantes y del desprecio absoluto por la vida de los civiles

MSF gestiona clínicas móviles en Wad Madani, Sudán.
"En Wad Madani, la mayoría de los pacientes son mujeres, niños y ancianos que necesitan asistencia médica. Muchos casos son consecuencia de problemas de higiene", cuenta el doctor Ahmed Omer Aljack, que forma parte del equipo de clínicas móviles de MSF en la ciudad de Wad Madani, Sudán. ©MSF

El conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) entró en su tercer mes. La violencia generalizada y las enormes necesidades sanitarias persisten en todo Sudán, especialmente en Jartum y Darfur.

Aunque desde Médicos Sin Fronteras (MSF) llevamos a cabo proyectos médicos, nuestra capacidad para ampliar las actividades se está viendo obstaculizada por las amplias y obstruccionistas restricciones administrativas y burocráticas.

Si la situación persiste, no podremos brindar la respuesta médica y humanitaria adecuada que la población necesita desesperadamente.

“Las personas mueren mientras el sistema de salud del país se tambalea bajo el peso de unas necesidades abrumadoras”, alerta Jean Nicolas Armstrong Dangelser, coordinador de Emergencias de MSF en Sudán. “Al someter a la población a niveles de violencia espeluznantes, o al restringir la ayuda de las organizaciones médicas, las partes beligerantes en Sudán muestran un desprecio absoluto por la vida de la población civil”.

Desde el estallido del conflicto, en MSF hemos ampliado o reorientado nuestros proyectos preexistentes y puesto en marcha nuevas actividades. En solo cinco semanas, los equipos quirúrgicos de MSF que trabajan en el hospital universitario de Bashair, en el sur de Jartum, atendieron a 1,169 pacientes. De ellos, más de 900 presentaban traumatismos violentos.

Desde el inicio de los combates, el hospital de El Fasher (norte de Darfur), apoyado por MSF, ha realizado más de 600 intervenciones quirúrgicas a personas heridas de guerra o a mujeres que necesitaban atención obstétrica de urgencia. Entre otras actividades, en MSF brindamos servicios de pediatría, desnutrición y salud materna. También gestionamos clínicas móviles y proporcionamos servicios médicos y de agua y saneamiento a las personas desplazadas.

Una Cirugía en Jartum realizada por el equipo de Médicos Sin Fronteras en Jartum
Una cirugía en Jartum © MSF

 

A pesar de trabajar en once estados, la escala de nuestras actividades en Sudán no corresponde en absoluto con las enormes necesidades a las que se enfrenta la población.

En Médicos Sin Fronteras nos hemos esforzado por aumentar nuestras actividades. Sin embargo, estos intentos se han visto constantemente obstaculizados por ambas partes beligerantes. Esto a pesar de sus numerosos compromisos públicos para facilitar la asistencia humanitaria, incluyendo los formalmente establecidos en la Declaración de Compromiso de Jeddah para Proteger a los Civiles de Sudán.

Uno de nuestros equipos, que incluía personal médico de urgencias con experiencia, fue bloqueado y no pudo viajar desde Port Sudan a zonas con mayores necesidades médicas. Al no poder viajar, el equipo puso en marcha actividades de agua y saneamiento en campos de personas desplazadas. Adicionalmente, formaron a personal médico sudanés en la respuesta a sucesos con víctimas masivas.

Estas actividades a pequeña escala tuvieron un impacto mucho menor que el que se podría haber logrado si el equipo hubiera podido llegar a zonas con mayores necesidades médicas. El personal médico del equipo no pudo tratar a un solo paciente.

El Dr. Javid Abdelomoneim, jefe del equipo médico y recién llegado de Sudán, nos describió los intentos del equipo por obtener permiso para viajar.

“¿Por qué, tras segundas, terceras, cuartas, quintas, sextas y séptimas peticiones y diálogos diarios con las autoridades humanitarias y de inteligencia, nuestros permisos para viajar de vuelta a Jartum y a los estados del río Nilo fueron rechazados? Semanas después, todo mi equipo de MSF, entre ellos compañeros médicos y logistas, seguía sentado en Port Sudan”, asevera.

 

MSF alertamos sobre las restricciones para brindar ayuda humanitaria por parte de las partes beligerantes y del desprecio absoluto por la vida de los civiles en Sudán
Personas desplazadas han buscado refugio en el interior del campus universitario femenino de El Geneina. La ciudad sigue experimentando una escalada de conflicto y violencia, y los medios de comunicación informan de al menos más de 1,000 muertes desde abril de 2023. © MSF

 

 

A pesar de las claras y abrumadoras necesidades de la población:

  • En algunos lugares, las autoridades han impedido repetidamente la circulación de personal humanitario, médico y de suministros entre los estados y dentro de ellos. Las solicitudes de permisos de viaje presentadas a tiempo y con la documentación requerida por MSF se han retrasado, rechazado, rescindido o simplemente no se han respetado. Todo ello sin que se dieran razones claras.
  • Incluso cuando se concedieron permisos, en algunos casos nuestro personal y suministros fueron rechazados por el personal de seguridad en los puestos de control. En ocasiones, nuestro personal fue acosado, amenazado o detenido.
  • En algunos lugares, las autoridades afirmaron que se requerirían escoltas armadas para los desplazamientos de suministros. Esto reduciría la capacidad de moverse sin obstáculos y socavaría la independencia y neutralidad de las organizaciones y el personal humanitarios.
  • A pesar de las reiteradas solicitudes y peticiones, las autoridades sudanesas han expedido muchos menos visados de los que necesitamos  en MSF para traer personal suficiente para responder a las inmensas necesidades de la población sudanesa. Aunque se han expedido algunos, el proceso es incoherente y poco fiable. En estos momentos, en MSF no tenemos ninguna seguridad de que se nos concedan visados para nuestro personal cuando lo solicitamos. Esta incertidumbre dificulta la planificación del aumento de las actividades con cierto grado de confianza y puede poner en peligro el futuro de las actividades existentes. El personal adicional es fundamental para ampliar la prestación de servicios médicos y para rotar a los equipos médicos, que trabajan las 24 horas del día, dentro y fuera del país.

Aunque no está claro si estas acciones son un intento deliberado de restringir la ayuda humanitaria, el resultado para la población es el mismo: un acceso reducido a la asistencia sanitaria en el momento en que resulta más urgente.

El trabajo de las organizaciones médicas y humanitarias también se ve físicamente perturbado por ambas partes beligerantes. Nuestros suministros han sido confiscados y los grupos armados han saqueado nuestras instalaciones y golpeado y amenazado violentamente a nuestro personal.

Nuestro personal sudanés, en particular, se ha enfrentado a traumáticas amenazas durante los asaltos. Todo ello mientras intentaba brindar atención médica a sus compatriotas.

El conflicto y la inseguridad generalizada en Sudán están creando una situación desesperada para la población. Las personas están afectadas por los combates, los ataques aéreos, los bombardeos, los asesinatos, la violencia sexual y la delincuencia.

Los pacientes que huyeron de Darfur occidental a Chad, donde fueron atendidos por MSF, describieron una situación terrible en El Geneina, la capital del estado. Hablan de personas asesinadas a tiros cuando huían de la violencia en la ciudad.

Al mismo tiempo, el sistema sanitario del país se afana por responder tanto a las inmensas necesidades causadas por el conflicto como a aquellas no directamente relacionadas con los combates. Los centros de salud carecen de personal y suministros suficientes y apenas son operativos en algunas zonas. La violencia dificulta el acceso de la población a la atención sanitaria, y muchas personas se presentan tarde en los centros de salud porque es demasiado peligroso desplazarse.

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