La injusticia de los niños y niñas cero vacunas

Campaña de vacunación de MSF contra el sarampión en Somalilandia
Una niña recibe la vacuna contra el sarampión en el distrito de Odweyne, Somalilandia. © Mohamed Hussein (MOTO)/MSF

Cada muerte infantil a causa de una enfermedad prevenible es un fracaso y un atentado contra al derecho de protección de la infancia.

Por Miriam Alía, responsable de Vacunación y Respuesta a Epidemias de Médicos Sin Fronteras.

La mitad de los niños y niñas nacidos en Siria en los últimos 12 años no han recibido todas las vacunas del calendario básico de vacunación. Las posibilidades de un menor que vive en el norte del país disminuyen aún más; nunca recibirá las vacunas contra la neumonía y la diarrea.

Estas vacunas no forman parte del calendario público y su precio en el mercado privado es inasumible para las familias afectadas por el conflicto. Si el niño o niña vive en un campo para personas desplazadas o ha tenido que huir con su familia de un campo a otro escapando de las bombas es probable que forme parte de ese grupo llamado ‘niños cero dosis’. 

Y esto no sucede solo en Siria. Más de 18 millones de niños y niñas no recibieron ninguna vacuna en 2021, ninguna dosis, nada. Los niños cero dosis aumentaron en 5 millones en 2021, un 37%, en comparación con 2019. Se trata una cifra nunca vista desde 2005. Los niveles de vacunación descendieron en más de un centenar de países, provocando un incremento de los brotes de sarampión, difteria o poliomielitis.

El histórico retroceso en la vacunación infantil debido a los efectos de la pandemia de COVID-19 ha puesto a muchos más niños y  niñas en riesgo de contraer también otras enfermedades prevenibles mediante vacunación como la neumonía y la diarrea. Hemos perdido más de una década de progreso en apenas tres años.

Los países de ingresos bajos y medios experimentaron un retroceso mayor que los países de ingresos más altos. Gavi, la Alianza Global para las Vacunas, proporciona vacunas y apoyo a los países de ingresos bajos y medios desde el año 2000. La propia Gavi calcula que hay 12,5 millones de niños y niñas que no han recibido ni una sola vacuna básica en los países elegibles por la iniciativa.

6 de cada 10 niños cero dosis viven en solo 10 países. La mitad de ellos (República Democrática del Congo, Etiopía, India, Indonesia y Nigeria) participaron en el II Foro Mundial sobre Neumonía Infantil, celebrado en Madrid el 26 y 27 de abril.

La neumonía y la diarrea juntas son las responsables el 23% de todas las muertes infantiles en el mundo entre los niños y niñas menores de 5 años. Afectan de manera desproporcionada a los menores pobres y marginados, que a menudo viven en contextos frágiles o humanitarios y se enfrentan a múltiples riesgos, como la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a una atención sanitaria de calidad, agua potable y saneamiento.

Estas dos vacunas son la clave para impulsar reducciones relevantes de la mortalidad infantil. La prevención es fundamental ya que, por ejemplo, solo el 18% de los niños y niñas con síntomas de neumonía reciben tratamiento.

Tomemos un país presente en el Foro de Madrid. Somalia, que alberga 288,000 niños cero dosis, necesita reducir la tasa de mortalidad infantil de menores de 5 años de 119 a 25 (casi un 500%) para 2030 para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible, una meta que, no olvidemos, representa vidas.

Solo con la introducción de la vacuna conjugada neumocócica y el rotavirus (que protegen frente a la neumonía y la diarrea) Somalia puede evitar 35,000 muertes infantiles de aquí a 2030. El ejemplo de Somalia, un país en conflicto prolongado no es único. Estas vacunas pueden evitar la pérdida 40,000 vidas en Chad en el mismo periodo, 16,000 en Sudán del Sur o 12,000 en Guinea.

Me van a perdonar la profusión de cifras. La estadística es una ciencia esencial para definir los problemas de salud pública, pero es demasiado fría para transmitir el dolor de cada muerte infantil. Sin embargo, la magnitud de los números nos debería golpear y movilizar para salvar cada una de estas vidas. Cada muerte infantil prevenible no solo es un fracaso del sistema de inmunización, es también una injusticia que atenta contra el derecho más básico de la infancia: el derecho a la protección.

Necesitamos un impulso global para llegar a los millones de niños y niñas que se quedaron atrás en los años más duros de la pandemia. Pero también para aquellos que perdieron su oportunidad antes de 2020 debido a los conflictos y otras crisis humanitarias.

El trienio perdido hace que muchos de estos niños cero dosis tengan ya más de un año de edad. Por eso, la combinación de esfuerzos tiene que centrarse en llegar a los niños y niñas de hasta al menos 5 años.

Para ello, Gavi debe flexibilizar su política para permitir a los países vacunar a más niños cero dosis o sub inmunizados. Por lo general, Gavi provee las vacunas a un precio reducido bajo un sistema de copago en los países de renta baja y media hasta que el niño cumple un año. Cambiar la política para vacunar a niños de al menos hasta 5 años (en línea con las recomendaciones de la OMS) es especialmente crítico en los países en crisis humanitaria, donde hay grandes bolsas de niños y niñas cero dosis.

Además, necesitamos que Gavi elimine el requisito de cofinanciación a los países con sistemas sanitarios frágiles o en crisis humanitarias. Esto es especialmente importante en estados que padecen crisis complejas, conun gran número de niños y niñas que nunca han recibido una vacuna a lo largo de su vida.

Si la estructura global de apoyo a los programas de vacunación no es capaz de adaptarse a las necesidades de los países con sistemas de salud más debilitados por estas crisis, los esfuerzos por recuperar a los niños cero dosis seguirán excluyendo a quienes más lo necesitan, a los más vulnerables. Todos los niños y niñas tienen derecho a la protección, sin importar su edad y donde vivan. Cualquier otro criterio contribuye a mantener la injusticia de las muertes infantiles prevenibles. Los niños cero dosis merecen más.

 

Artículo publicado originalmente en El País / Planeta Futuro

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