La Mpox es un reto más en medio de un torrente de problemas vitales

Un primer plano de la mano de un paciente durante una consulta de detección de Mpox.
Primer plano de la mano de un paciente durante una consulta de detección de Mpox. República Democrática del Congo, agosto de 2024. © Michel Lunanga

La Dra. Tejshri Shah es directora general de Médicos Sin Fronteras (MSF) y pediatra especializada en enfermedades infecciosas. Acaba de regresar de Kivu Norte, una provincia oriental de la República Democrática del Congo (RDC), país que se encuentra en el epicentro de la actual epidemia de Mpox en África.

Escribió este artículo, donde subraya que será imposible contener el virus en los asentamientos para personas desplazadas a menos que se hagan esfuerzos para escuchar las necesidades de las personas y mejorar las terribles condiciones de vida con las que han estado luchando durante mucho tiempo.

 

Dra. Tejshri Shah, Director General de MSF
En una región oriental de la RDC, el virus de la Mpox ha mutado a una forma que parece ser más transmisible entre humanos. © Renzo Fricke/MSF

 

 En Goma, muchas personas con las que hablé parecen sentir que se avecina algo nuevo, incierto y aterrador. Pero nadie puede predecir aún qué significará para ellas ni qué tan profundamente afectará sus vidas.

La Mpox no es una enfermedad nueva en la República Democrática del Congo. La enfermedad es endémica en varias partes del país y las notificaciones de casos han ido en aumento en la última década. Sin embargo, en los Kivus, el virus ha mutado en una forma que parece ser más transmisible entre humanos. Esta es una preocupación importante, pues se han notificado casos en zonas densamente pobladas como Goma (ciudad de dos millones de habitantes) y en lugares donde cientos de miles de personas han buscado refugio debido a la actual crisis armada en Kivu Norte.

Aunque la letalidad de esta nueva cepa sigue siendo limitada, todavía hay motivos para preocuparse. ¿Por qué? Porque simplemente no se dan las condiciones necesarias para evitar que se propague en Goma y sus alrededores, y la capacidad para brindar atención a las y los pacientes con riesgo de complicaciones (niñas y niños pequeños, personas con VIH avanzado) sigue siendo limitada.

¿Cómo podemos esperar que las familias que viven en refugios diminutos, sin agua, instalaciones sanitarias adecuadas o incluso jabón, implementen medidas preventivas? ¿Las niñas y niños con desnutrición cómo pueden tener la fuerza necesaria para evitar complicaciones a causa de la enfermedad? ¿Cómo podemos esperar que esta variante, que se transmite principalmente por contacto sexual, no se propague en los campos para personas desplazadas, dados los dramáticos niveles de violencia y explotación sexual que afectan a las niñas y mujeres que viven allí?

En Médicos Sin Fronteras hemos denunciado en repetidas ocasiones las condiciones de vida inhumanas a las que se enfrentan las personas en los campos y las flagrantes brechas en la respuesta humanitaria.

 

Personas esperando para recibir agua potable en un puntode distribución de MSF.
Punto de distribución de agua en un campo de desplazados en las afueras de Goma. República Democrática del Congo, agosto de 2024. © Michel Lunanga

 

Más de dos años después del inicio de la llamada “crisis del M-23” y el desplazamiento masivo de personas que desencadenó, las familias que viven en los campos sobrepoblados aún carecen de lo esencial: alimentos, agua, seguridad, artículos de higiene básicos, y acceso a servicios de saneamiento y atención médica.

Durante una sesión de asesoramiento a la que asistí con sobrevivientes de violación, una mujer me dijo que vive con sus siete hijos bajo una lona de plástico. Su pareja la abandonó después de la violación. Para mujeres como ella, las soluciones probadas y comprobadas para prevenir la propagación de la epidemia son inimaginablemente difíciles de implementar.

Si desarrolla un sarpullido debido al Mpox, se le indicará que cambie la ropa de cama, lave todo a fondo, desinfecte sus pertenencias y se aísle hasta que se cure. Pero, ¿cómo puede lavarse sin jabón y con solo unos pocos litros de agua disponibles cada día? ¿Cómo puede aislarse y proteger a sus hijos mientras viven juntos bajo su minúsculo refugio de lona de plástico? Si se aísla, ¿quién alimentará comida a los niños? ¿Quién recogerá leña? ¿Quién consolará al bebé recién nacido?

Para ella y para todas las personas que han buscado refugio en los campos para personas desplazadas, la epidemia de Mpox es un desafío más en medio de un torrente de problemas. Y, francamente, no es el más urgente, dadas las luchas diarias que enfrentan, incluidos los brotes de otras enfermedades potencialmente mortales, como el sarampión o el cólera.

Sin embargo, la Mpox está ahí y es necesario hacerle frente. Para abordar este nuevo desafío adicional, debemos facilitar la sobrevivencia de las personas mediante una respuesta adaptada a sus necesidades específicas y a los desafíos de la vida real.

 

Vista del interior de la clínica móvil de Médicos Sin Fronteras en el campo de personas desplazadas de Buhimba, en las afueras de Goma.
Interior de la clínica móvil de MSF en el campo de personas desplazadas de Buhimba, donde atendemos casos de Mpox. © Michel Lunanga

 

Para comenzar es necesario escuchar a las personas, comprender sus necesidades y brindarles suministros básicos para el control de la infección como:

  • agua
  • jabón
  • desinfectante
  • acceso a instalaciones médicas.

Son cosas simples pero esenciales. No podemos depender únicamente de la llegada de las vacunas para resolver el problema. Mejorar las condiciones de vida de las personas también es un factor crítico para combatir estos brotes.

Junto con las autoridades médicas, nuestros equipos hacen todo lo posible para brindar atención. Sensibilizar a las personas que viven en estos asentamientos, como lo hacemos en otras partes del país afectadas por el brote. Como muchos otros, esperamos que las ansiadas vacunas lleguen al país lo antes posible. Sin embargo, no serán soluciones mágicas: los actores gubernamentales y no gubernamentales también deben abordar urgentemente las bases de la respuesta al Mpox, que debe adaptarse a las necesidades y realidades de la población.

 

 

El miércoles 15 de agosto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el aumento de casos de Mpox constituían una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) debido al aumento de las infecciones en varios países, en particular en África. La OMS destacó la necesidad urgente de mejorar la vigilancia, la vacunación y las medidas de salud pública para controlar el brote.

En la República Democrática del Congo, la Mpox es endémico en varias provincias. El año pasado, los casos notificados aumentaron significativamente y, hasta el momento, el número de casos notificados este año ya ha superado el total del año pasado, con más de 20,000 casos sospechosos y confirmados y más de 630 muertes, entre enero y el 2 de septiembre de 2024.

MSF comenzamos actividades para abordar la epidemia de Mpox en cuatro provincias de la República Democrática del Congo (Kivu Norte y Sur, Ubangi Sur y Equateur). Así como en el vecino Burundi, para la prevención y el tratamiento de la enfermedad, la sensibilización y el control de infecciones.

Compartir