Las organizaciones deben continuar respondiendo a la emergencia de violencia sexual en Maniema

Instamos a los donantes, las autoridades y los socios humanitarios a garantizar la continuidad de la atención a las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual. 

En el hospital de Salamabila, Alice, trabajadora social de MSF, atiende a Fabienne*. Alice intenta aliviar su trauma y se asegura de que Fabienne siga con su tratamiento para enfermedades de transmisión sexual. República Democrática del Congo.
En el hospital de Salamabila, Alice, trabajadora social de MSF, atiende a Fabienne*. Alice intenta aliviar su trauma y se asegura de que Fabienne siga con su tratamiento para enfermedades de transmisión sexual. República Democrática del Congo, septiembre de 2025. © Justine Sagot/MSF
  • MSF estamos terminando un proyecto para sobrevivientes de violencia sexual en Maniema, RDC, a fines de octubre. 
  • Desde que comenzó el proyecto en 2019, hemos atendido a 16,445 víctimas y sobrevivientes de violencia sexual en la región de Salamabila. 
  • Instamos a los donantes, las autoridades y los socios humanitarios a garantizar la continuidad de la atención a las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual. 

 

Desde 2019, Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos tratado a 16,445 víctimas y sobrevivientes de violencia sexual en la región de Salamabila, en la provincia de Maniema, en la República Democrática del Congo (RDC). Esta cifra alarmante refleja la magnitud de una crisis silenciosa que con demasiada frecuencia las autoridades nacionales e internacionales pasan por alto y olvidan. Con la salida de MSF del proyecto a finales de octubre, instamos a los donantes y organizaciones a intervenir y garantizar que continúe el progreso en la atención a las víctimas y la educación sobre la violencia sexual. 

 

En el hospital de Salamabila, Alice, trabajadora social de MSF, atiende a Fabienne*. Alice intenta aliviar su trauma y se asegura de que Fabienne siga con su tratamiento para enfermedades de transmisión sexual. República Democrática del Congo.
En el hospital de Salamabila, Alice, trabajadora social de MSF, atiende a Fabienne*. Alice intenta aliviar su trauma y se asegura de que Fabienne siga con su tratamiento para enfermedades de transmisión sexual. República Democrática del Congo, septiembre de 2025. © Justine Sagot/MSF

 

La violencia sexual sigue siendo una emergencia de salud pública en todo el este de la República Democrática del Congo, incluida la provincia de Maniema, situada al oeste de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur. El conflicto entre grupos armados en la región, así como la violencia cometida por grupos ajenos al conflicto, sigue dando lugar a un elevado número de agresiones sexuales. 

Esta es la tercera vez. Me encontraron en mi casa de nuevo. Estaba con mi hijo, que tiene epilepsia. Ambos fuimos violados.

Una sobreviviente tratada por MSF en 2025.

 

En respuesta a este flagelo, MSF ha estado implementando un enfoque innovador basado en la comunidad en Salamabila desde 2019 para satisfacer las necesidades de las personas que han sido víctimas de violencia sexual. El enfoque descentralizado se basa en el trabajo de los trabajadores de salud reproductiva (RHW), mujeres de la comunidad que a menudo son sobrevivientes de violación. 

Están capacitados para brindar atención médica rápida, confidencial y gratuita y apoyo psicológico y socioeconómico dentro de sus comunidades. En 2024, tres cuartas partes de las personas fueron tratadas/atendidas por estos trabajadores de la salud, lo que ilustra la eficacia y la relevancia de este modelo descentralizado. 

“La primera vez [que me agredieron], volvía a casa del campo… Un trabajador de salud reproductiva me encontró llorando, me escuchó, me dio medicamentos y me derivó al hospital”, dice una sobreviviente tratada por los equipos de MSF. “Recibí tratamiento gratis”. 

MSF dejará el proyecto a finales de octubre de 2025. Este final planificado de nuestras actividades se ha adelantado ligeramente para permitirnos concentrarnos en responder a otras emergencias médicas y humanitarias urgentes. Nuestro reenfoque se produce en un contexto de aumento de las necesidades, una reducción drástica de la financiación humanitaria y una crisis prolongada en el este de la RDC. 

“Consideramos que los objetivos del proyecto ya se han alcanzado. Después de siete años de presencia continua, debemos tomar la difícil decisión como organización de emergencia de proporcionar nuestra ayuda médica donde las necesidades son más apremiantes”.Idrissa Campaore, directora de programas de MSF en Maniema 

“Consideramos que los objetivos del proyecto ya se han logrado”, dice Idrissa Campaore, gestora de programas de MSF en Maniema. “Después de siete años de presencia continua, debemos tomar la difícil decisión como organización de emergencia de brindar nuestra ayuda médica donde las necesidades son más apremiantes”. 

“Sin embargo, siguen existiendo importantes necesidades en Salamabila, y las organizaciones nacionales e internacionales deben actuar y tomar el relevo”, dice Campaore. 

MSF pedimos una acción urgente por parte de las autoridades, los donantes y los socios humanitarios para garantizar la continuidad de la atención integral a las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual, incluyendo la atención médica, el apoyo psicológico y el apoyo socioeconómico. 

“El modelo establecido en Salamabila es replicable, efectivo y de vital importancia desde una perspectiva humanitaria”, dice Campaore. “No debe desaparecer con la partida de MSF”.  

El tratamiento de las víctimas dentro de las 72 horas posteriores a su agresión es necesario para prevenir el embarazo. La atención holística también es esencial para garantizar la atención de la salud mental y la protección de emergencia. 

“Queríamos asegurarnos de que más mujeres se atrevieran a buscar atención, y eso es una victoria en un contexto como Salambila”, explica Elodie Françoise, gerente médica del proyecto. 

Entre las víctimas, muchas son estigmatizadas y rechazadas por sus espososs. Para evitar este doble castigo, MSF también creó una “escuela de esposos”, donde nuestros equipos han educado al menos a 1,520 hombres sobre un mensaje crucial: la violación no es infidelidad sino violencia. El método está dando sus frutos. 

“Poco a poco, hemos visto a esposos animando a sus esposas a venir a vernos e incluso acompañándolas, lo que antes era inimaginable”, dice Françoise. 

Sin embargo, sin el apoyo continuo de otras organizaciones después de la salida de MSF, este progreso ahora está amenazado. 

“Lo que temo es un regreso al punto de partida”, dice Charles Bamavu, director médico de la zona. “Una vez que MSF haya terminado sus actividades, habrá una ruptura en la atención curativa, e incluso la atención psicosocial desaparecerá”. 

A pesar de las importantes necesidades, Maniema sigue marginada en la financiación humanitaria. En 2024, recibió solo el 2,5% de los fondos asignados por el Fondo Humanitario de la RDC.1 Esta falta crónica de financiación compromete la continuidad de la atención y la protección de las víctimas y los sobrevivientes. Además, debido al conflicto en las dos provincias vecinas de Kivu y al cierre del aeropuerto estratégico de Bukavu desde febrero pasado, toda la zona se ha vuelto aislada y de difícil acceso, lo que agrava drásticamente las necesidades de la población. 

Médicos Sin Fronteras, hemos estado presente continuamente en Salamabila, Maniema, desde 2019. Nuestros equipos apoyan las actividades de salud del hospital general, cinco centros de salud y 13 trabajadores de salud reproductiva. 

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