Líbano: 5 meses de conflicto en la frontera con cientos de muertes y miles de desplazados

MSF brindamos atención a la población desplazada del sur de Líbano
Una nujer desplazada desde el sur del Líbano recibe atención de la unidad médica móvil de MSF en un refugio colectivo. © MSF/Maryam Srour

Cinco meses de conflicto armado en la frontera sur del Líbano ha resultado en cientos de muertes y una disrupción gigantesca en las vidas de las personas, obligando a más de 91 mil personas a huir de sus hogares, afectando significativamente su salud mental y estabilidad financiera.

Los intercambios de fuego en la frontera entre las fuerzas israelíes y Hezbollah y otros grupos comenzaron el 8 de octubre de 2023 y no muestran signos de disminuir, mientras que el conflicto se ha extendido recientemente al noreste del Líbano con fuerzas israelíes bombardeando la gobernación de Baalbek-Hermel.

Muchas de las personas desplazadas abandonaron sus hogares sin posesiones y luchan por conseguir artículos de primera necesidad como alimentos y mantas. Más de 60 familias viven en un hotel abandonado reconvertido en refugio en Al-Merouaniye, a unos 60 kilómetros de la frontera. Uno de sus residentes es Ali Hammoud, barbero y padre de tres hijos de Rab Al-Thalathine, que lucha por contener las lágrimas mientras relata la terrible experiencia de su familia.

MSF brindamos atención a la población desplazada del sur de Líbano
Ali y Elias se unen a su padre para una consulta con la unidad médica móvil de MSF en Al Merouaniye. © MSF/Maryam Srour

 

“Mi hijo mayor ha tenido tres crisis mentales”, afirma. “Nos acostamos, nos despertamos y repetimos esto todos los días. Nos preocupa que nuestros hijos desarrollen problemas mentales a causa de esta situación. La misma rutina, día tras día, es más pesada para un niño que para un adulto”.

Desde Médicos Sin Fronteras estamos brindando primeros auxilios psicológicos a las personas desplazadas que huyeron de la región fronteriza. Felicitas Steinhoff, responsable de actividades de salud mental de MSF, advierte sobre el costo psicológico del desplazamiento prolongado.

“Estamos viendo un aumento de la depresión y los trastornos de ansiedad”, dice. “En términos de salud mental, creo que la gente es muy buena afrontando la situación con estrés a corto plazo. Pero lo que vemos aquí son familias que han sido desplazadas de sus hogares durante más de cinco meses y que viven con mucha incertidumbre sobre cuándo e incluso si podrían regresar”, conlcuye Steinhoff.

Con un equipo médico móvil, también brindamos atención a personas con enfermedades crónicas y realizamos visitas periódicas a una clínica en la gobernación de Nabatiyeh, junto a la frontera. El equipo realizó 373 consultas desde principios de 2024 en ambos lugares.

Manahel Rammel, que huyó de su casa en la ciudad fronteriza de Oudaisseh el 8 de octubre, dice que los niños y los jóvenes son los que más sufren. “Los jóvenes de entre 18 y 20 años se sientan sin tener idea de lo que quieren hacer”, afirma. “Su futuro se ha ido. El futuro de la juventud se ha ido”.

La propia hija de Manahel tiene la suerte de estudiar en Beirut, pero Manahel no puede visitarla allí debido al alto costo del transporte. Como muchas personas en todo Líbano, Manahel ya luchaba por llegar a fin de mes antes de la crisis actual, pero el desplazamiento ha exacerbado sus dificultades financieras.

Líbano está lidiando con su cuarto año de grave agitación económica, que ha visto a dos tercios de su población sumida en la pobreza. La violencia actual ha detenido o ha afectado gravemente los medios de vida de muchas personas, dejándolas incapaces de satisfacer ni siquiera sus necesidades básicas.

MSF brindamos atención a la población desplazada del sur de Líbano
Husn, una mujer desplazada sostiene a su gata, en uno de los pasillos de un refugio en el sur del Líbano. © MSF/Maryam Srour

 

Ali inicialmente buscó refugio en Beirut pero, cuando se agotaron sus ahorros, se trasladó al refugio de El-Merouaniye. “Salimos de nuestras casas sin nada más que las camisas que llevabamos puestas”, dice Ali. Durante la tregua [una tregua de cuatro días en noviembre de 2023]. “Volvimos a empacar algunas cosas esenciales y ropa solo para calentarnos… tenía algunos ahorros, pero se acabaron. Me quedé en Beirut durante dos meses y gasté todo mi dinero antes de mudarme finalmente a este refugio”.

Si bien las paredes del hotel abandonado ofrecen cierta seguridad y calidez a las familias que se refugian allí. Claramente, al igual que miles de otras personas desplazadas en todo el Líbano, necesitan una asistencia integral y sostenida mientras enfrentan un futuro incierto.

“Si pudiera frotar una lámpara mágica en este momento, desearía estar de vuelta en mi pueblo”, dice Ali Hammoud. “No tenemos ninguna solución, sólo Dios sabe hacia dónde nos dirigimos”.

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