Líbano un año después: Crecen las necesidades en medio de la incertidumbre

Ha pasado un año desde que Israel intensificó su guerra en el Líbano, pero la crisis humanitaria está lejos de terminar.

Muchos edificios siguen destruidos en el sur del Líbano un año después de la escalada de la guerra israelí en el Líbano, Aita ash-Shaab, agosto de 2025.
Muchos edificios siguen destruidos en el sur del Líbano un año después de la escalada de la guerra israelí en el Líbano, Aita ash-Shaab, agosto de 2025. © Maryam Srour/MSF

Ha pasado un año desde que Israel intensificó su guerra en el Líbano, pero la crisis humanitaria está lejos de terminar. A pesar del acuerdo de alto al fuego de noviembre de 2024, los ataques israelíes son casi una realidad cotidiana, lo que dificulta la capacidad de recuperación de las personas y restringe el acceso a la atención. Las fuerzas israelíes siguen ocupando varios puntos a lo largo de la frontera sur, impidiendo el regreso de las personas y dejando a más de 82,000 personas desplazadas.

“Regresé para reparar los daños de mi casa”, dice Abdel Karim, sus palabras casi ahogadas por el zumbido de un avión israelí no tripulado sobre su cabeza. “Pero sin seguridad y la capacidad de pagar cosas básicas como medicamentos, ¿cómo puede alguien realmente comenzar de nuevo?”

 

En Zawtar al-Sharqieh, la provincia de Nabatieh afectada por la guerra, miembros de la comunidad visitan la clínica móvil de MSF para recibir atención médica esencial y apoyo en salud mental.
En Zawtar al-Sharqieh, la provincia de Nabatieh afectada por la guerra, miembros de la comunidad visitan la clínica móvil de MSF para recibir atención médica esencial y apoyo en salud mental. © Maryam Srour/MSF

 

Levantando los escombros

Abdel Karim regresó a su ciudad en el distrito de Bint Jbeil de la gobernación de Nabatiyeh, una de las zonas más afectadas, donde ahora recibe sus medicamentos para enfermedades crónicas de la clínica móvil de Médicos Sin Fronteras (MSF). Miles de familias en todo el Líbano luchan por acceder a la atención médica mientras intentan reconstruir sus vidas en medio o después de las pesadillas de desplazamiento, pérdida e incertidumbre.

En el sur del Líbano, la guerra ha devastado la infraestructura, incluyendo las instalaciones de salud. En el punto álgido de la escalada, ocho hospitales, en su mayoría en las zonas del sur, fueron evacuados, mientras que 21, o alrededor del 13% del total del país, sufrieron daños, redujeron drásticamente sus servicios o se vieron obligados a cerrar. Otros 133 centros de atención primaria de salud también cerraron sus puertas, y solo Nabatieh perdió el 40 por ciento de su capacidad hospitalaria. Hoy en día, la mayoría de instalaciones dañadas permanecen cerradas y muchas necesitan rehabilitación.

Después de la escalada, MSF establecimos nuevas actividades en las gobernaciones más afectadas: Nabatieh, el sur y Baalbek-Hermel, al tiempo que mantiene su presencia y prestación de servicios en Beirut, Bekaa y el norte. En las gobernaciones del sur, donde los servicios disponibles siguen estando fuera del alcance financiero de muchos retornados, MSF establecimos clínicas móviles para garantizar el acceso de las comunidades a servicios médicos y de salud mental vitales. MSF también rehabilitamos y apoyamos tres centros de atención primaria de salud para restablecer la prestación de servicios en las zonas de retorno.

 

Muchos edificios siguen destruidos en el sur del Líbano un año después de la escalada de la guerra israelí en el Líbano, Aita ash-Shaab, agosto de 2025.
Muchos edificios siguen destruidos en el sur del Líbano un año después de la escalada de la guerra israelí en el Líbano, Aita ash-Shaab, agosto de 2025. © Maryam Srour/MSF

 

Carga pesada

“Las guerras dejan un inmenso costo en las comunidades que se ven directamente afectadas”, afirma Tharwat Saraeb, psicólogo de la clínica móvil de MSF en la gobernación de Nabatieh. “Aquí, no pasa un día sin que la gente vuelva a experimentar la devastación. Los sonidos de los drones, la continua ocupación de tierras y los ataques aéreos incesantes profundizan el sufrimiento de la gente”.

Los equipos de MSF sobre el terreno siguen siendo testigos del costo humano de la escalada y de los impactos duraderos de una guerra que no ha disminuido del todo. Muchos pacientes viven con miedo e incertidumbre, muchos incapaces de comenzar la recuperación. Las necesidades de salud mental también son profundas, ya que tanto los niños y niñas como las personas adultas experimentan estrés, ansiedad y miedo constante.

“Mi hija se desmaya ante el sonido de cualquier golpe, incluso si está lejos”, dice Samira, otra paciente de la clínica móvil de MSF. “Ella tiene un hijo propio, y todos temblamos de miedo, nos afecta profundamente a todos”.

 

el Dr. Ahmad Salameh ofrece una consulta a un miembro de la comunidad de Harouf. Tras el alto el fuego, en 2025, ampliamos nuestra respuesta en el sur del Líbano.
El Dr. Ahmad Salameh ofrece una consulta a un miembro de la comunidad de Harouf. Tras el alto el fuego, en 2025, ampliamos nuestra respuesta en el sur del Líbano. © Maryam Srour/MSF

 

Una situación compartida

La guerra devastó a familias libanesas, refugiadas y migrantes por igual. Líbano alberga a más de un millón de personas refugiadas sirias, cientos de miles de palestinos y muchos migrantes que ya viven en condiciones precarias. Estas comunidades fueron excluidas de muchos esfuerzos de socorro durante la escalada, a pesar de enfrentar las mismas necesidades urgentes de alimentos, refugio y atención médica. Un año después, se desatienden las necesidades de la población refugiada y migrante. Su acceso a la atención médica secundaria a través de organizaciones humanitarias está en riesgo.

A finales de 2025, la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones dejarán de cubrir la atención médica secundaria, mientras que la UNRWA y UNICEF se enfrentan a recortes de fondos sin precedentes. Los severos recortes de fondos globales para programas humanitarios dejan enormes necesidades insatisfechas, crean nuevas vulnerabilidades y profundizan las existentes.

Para personas como Abdel Karim y Samira, reconstruir sus vidas sigue siendo una batalla cuesta arriba. Los equipos de MSF siguen comprometidos a brindar servicios donde sea necesario, asegurando que las comunidades no se queden sin acceso a atención médica vital. Sin embargo, la verdadera recuperación solo será posible cuando las personas puedan vivir libres de miedo y puedan acceder a los servicios médicos, de salud mental y esenciales que necesitan con tanta urgencia para comenzar de nuevo.

 

En Zawtar al-Sharqieh, la provincia de Nabatieh afectada por la guerra, miembros de la comunidad visitan la clínica móvil de MSF para recibir atención médica esencial y apoyo en salud mental. © Maryam Srour/MSF
En Zawtar al-Sharqieh, la provincia de Nabatieh afectada por la guerra, miembros de la comunidad visitan la clínica móvil de MSF para recibir atención médica esencial y apoyo en salud mental. © Maryam Srour/MSF

 

Médicos Sin Fronteras trabaja actualmente en siete gobernaciones del Líbano. En Beirut, administramos dos clínicas fijas en Bourj Hammoud y Bourj El-Barajneh. En Baalbek-Hermel, administramos dos clínicas fijas en Hermel y Arsal, y operamos tres clínicas móviles. En el sur del Líbano, administramos tres clínicas móviles en Nabatieh y apoyamos tres centros de atención primaria de salud en el sur. En el norte, apoyamos a cinco centros de atención primaria de salud en Trípoli. En el Valle de la Becáy Akkar, dirigimos una clínica móvil en cada gobernación.

Entre el 23 de septiembre de 2024 y el 1 de septiembre de 2025, MSF proporcionó o apoyó:

– 175,338 consultas médicas

– 14,179 consultas individuales de salud mental

– 12,433 consultas grupales de salud mental

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