“Mis pacientes me hacen feliz cada día”

Entrevista a Khawla Farahna, cuidadora de enfermos en el hospital de cirugía reconstructiva de MSF en Ammán, Jordania.

Entrevista a Khawla Farahna, cuidadora de enfermos en el hospital de cirugía reconstructiva de MSF en Ammán, Jordania.
 
 
Empecé como enfermera en MSF en el 2006, y en 2014 dejé la enfermería clínica para dedicarme al apoyo a los pacientes y los niños heridos como cuidadora.
 
Desde que empecé a trabajar con la organización, me he centrado en el aspecto humanitario de mi trabajo. Mi propósito fue hacer que los pacientes se sintieran como en casa, no en un hospital, porque entiendo que estar lejos de la familia, el hogar y el país es tan difícil para los pacientes como sus dolorosas lesiones. Esto es aún más importante al considerar que estamos hablando de heridos de guerra que han sufrido, además de sus lesiones físicas, muchos traumas psicológicos.
 
Por ejemplo, tratar con niños heridos es particularmente delicado. Como cuidador de un niño tienes que asegurarte de que el niño no sienta tu preocupación, y hay que convencerlo, siempre, de que él o ella es como un chico normal. Esto les da la fuerza, la confianza y la resistencia necesaria durante los largos períodos de tratamiento, ya sea después de una cirugía o de un seguimiento psicológico.
 
Recuerdo a muchos de los niños que habían perdido uno de sus miembros, ver cómo se animaban cuando les decía que, si habían perdido un brazo, todavía tenían sus piernas; o que era posible conseguir una prótesis y poder volver a jugar al fútbol; o que podían llegar a tener de nuevo en la mano un lápiz de color para pintar un papel.
 
Estoy muy feliz de mi relación con los pacientes, especialmente con los niños, que corren detrás de mí en los pasillos del hospital y me llaman por mi nombre. Me he dado cuenta de que esta relación es una fuente vital de felicidad para mí y un gran incentivo para seguir haciendo lo que empecé con MSF en 2006. A veces lloro cuando me llaman "mamá", pero escondo mis lágrimas porque yo también soy una mamá, y sé lo que significa para un niño estar lejos de su madre.
 
Todavía me acuerdo de un encuentro con una paciente iraquí de dos años de edad que perdió a su madre a un atentado en Irak, donde ella misma fue herida de gravedad. Fue llevada por su tío al hospital de MSF. Una mañana, mientras yo estaba cuidando de ella en su habitación y le ayudaba a cambiar su ropa, dijo: “lléveme a su casa. ¿Puedo vivir allí con usted? " Esto no era solo la petición de una pequeña que había sufrido los horrores de la guerra, sino también un indicador de que el sistema de atención proporcionada por MSF a través de su proyecto de cirugía en Amán es un servicio completo e integral que afecta a todos los aspectos del cuidado de los heridos de guerra, incluido el tratamiento médico, el apoyo de la salud mental y la atención al paciente.
 

Un día como cuidador del paciente

 
Empiezo cada mañana temprano haciendo un control sobre las habitaciones que superviso, un total de 15 habitaciones, incluyendo pacientes adultos y niños. El recorrido comienza por las habitaciones de los niños, donde los bañamos, pero no de una manera convencional. Tengo que alentarlos a tomar un baño porque sus lesiones a veces pueden ser dolorosas. Lo consigo contando cuentos o dándoles una muñeca. Con las mujeres mayores utilizo normalmente conversaciones amistosas.
 
Después, me dirijo a las habitaciones de los adultos. Asisto a los que necesitan ayuda para ir a otros servicios en el hospital, o para tomar una taza de té en el jardín. Les entrego equipos de higiene y recojo la ropa de los pacientes que necesita ser lavada. Más tarde, distribuyo sus raciones de comida, y compruebo sus necesidades: sus citas ambulatorias, las sesiones de fisioterapia o sus cirugías.
 
Estos pacientes tienen necesidades especiales en comparación con los pacientes normales que una enfermera o asistente pueden llegar a tratar en otros centros de salud. Son víctimas de la guerra y cualquier miembro del equipo de MSF puede contribuir a su apoyo psicológico. De esta manera, el papel del cuidador complementa la del equipo de apoyo psicológico.
 
Trabajo con MSF desde hace años, y este trabajo todavía me proporciona una cantidad considerable de felicidad. Espero que el proyecto se desarrolle para poder atender a los heridos de otras guerras, en otras misiones de MSF, y que la organización pueda utilizar su experiencia para cuidar a víctimas de otros países. Creo firmemente que hemos llegado a un nivel que nos permite compartir nuestra experiencia en enfermería médica. Sin embargo deseo también que no lleguemos a ver, nunca más, heridos de guerra.
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