Nigeria: Se necesita una respuesta humanitaria urgente para evitar consecuencias mortales por la desnutrición en Borno

  • ESTÁS AQUÍ
  • Actualidad
  • Nigeria: Se necesita una respuesta humanitaria urgente para evitar consecuencias mortales por la desnutrición en Borno
Una madre sosteniendo a su hijo mientras éste es atendido por un integrante de MSF
Ibrahim Fori Bwala, médico de MSF, examinando a Ja’afar Ahmed, un pequeño con desnutrición severa que fue admitido al centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados en el Hospital Nilefa Kiji gestionado por MSF en Maiduguri,Nigeria. © Nasir Ghafoor/MSF

Desde mayo, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha atestiguado una afluencia sin precedentes de niños y niñas con desnutrición a nuestro centro nutricional en Maiduguri, Nigeria, lo que sugiere la existencia de una crisis nutricional alarmante en el estado de Borno.

Por lo tanto, pedimos que se escale urgentemente la respuesta humanitaria en Borno antes de la llegada del pico del periodo conocido como la “brecha del hambre”, que podría ser mucho más grave que en años anteriores si continúan las tendencias actuales. 

“Es fundamental que se tomen medidas ahora, antes del pico de desnutrición estacional, para evitar una situación aún peor”, dice Shaukat Muttaqi, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras en Nigeria.  

“Estamos al comienzo del periodo de la brecha del hambre y nuestras instalaciones ya están abrumadas con más pacientes de los que hemos visto mensualmente desde que se inauguró el proyecto en 2017. Las tendencias anteriores nos dicen que lo peor está por venir. Esta es una gran señal de advertencia. A menos que se tomen medidas urgentes de preparación para el pico que se avecina, las personas en Maiduguri sufrirán consecuencias mortales”, concluye Muttaqi.  

En lo que va del año, hemos admitido a 2,140 niños y niñas con desnutrición para que reciban atención hospitalaria en nuestro centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados (ITFC), aproximadamente un 50 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado. 

La sala de hospitalización con diversas camas y pacientes.
Una de las salas en la sala de hospitalización del centro de alimentación terapéutica de MSF en el hospital Nilefa Kiji gestionado por MSF en Maiduguri, Nigeria. © Nasir Ghafoor/MSF

 

Durante seis semanas en mayo y junio, a pesar de que el pico de la brecha del hambre apenas había comenzado, llegaron más pacientes con desnutrición que en cualquier otro momento desde que se inauguró el proyecto en 2017, incluso en el pico de la temporada en años anteriores. Hasta mayo, nuestro programa de alimentación terapéutica para pacientes ambulatorios experimentó un aumento del 25 % en las admisiones en comparación con el año pasado. 

En respuesta, nuestros equipos ampliaron la capacidad existente del ITFC de 120 camas a 200 camas. Aún con esa medida de emergencia, durante algunos días de junio no hubo suficientes camas para todos los niños y niñas con desnutrición que ingresaban a la instalación. 

Otras organizaciones humanitarias también han estado operando al máximo o más allá de sus capacidades. En algunos casos, las organizaciones han tenido que reducir los servicios debido a la falta de financiamiento -incluido el cierre de 16 centros de alimentación terapéutica para pacientes ambulatorios muy necesarios-. Como resultado, y si las tendencias actuales continúan, los servicios se verán desbordados y muchos más niños y niñas con desnutrición correrán el riesgo de morir.  

“Necesitamos ver un aumento urgente en la capacidad hospitalaria para el tratamiento de niños y niñas con desnutrición severa, pero debe realizarse de forma paralela a una gran ampliación de las intervenciones a nivel comunitario para adelantarnos al peor de los casos,” explica Muttaqi. “Eso significa expandir los programas de alimentación para pacientes ambulatorios, la seguridad alimentaria, la inmunización y el acceso al agua y servicios de higiene”. 

La desnutrición es una preocupación crónica y multifacética en el estado de Borno, impulsada por el impacto acumulativo del desplazamiento, la inseguridad, la pobreza, la falta de acceso a la atención médica y otros factores. Históricamente, es más aguda entre finales de junio y principios de septiembre durante la “temporada de escasez”, el periodo entre la siembra de cultivos y el periodo de cosecha. Los factores adicionales que agregan una presión, como la baja inmunización, la falta de acceso a agua potable, higiene y atención médica, se combinan muy frecuentemente con la inseguridad alimentaria crónica para producir efectos devastadores para los niños y niñas. 

Los brotes periódicos de enfermedades, en particular el sarampión y el cólera, así como los picos estacionales de malaria, pueden agravar aún más la situación. El año pasado Nigeria experimentó un brote de cólera excepcionalmente grande, y las tasas de inmunización entre los niños y niñas del estado de Borno son alarmantemente bajas. El acceso a la atención médica también es un desafío diario para las personas, en particular para aquellas que se encuentran desplazadas. 

“Mis hijos nunca recibieron vacunas, salvo sus inmunizaciones al nacer. Mi hijo de cuatro años se enferma todos los años durante la temporada de lluvias. No hay un centro médico gratuito en nuestra área, así que lo llevo a la farmacia y compro medicamentos allí”, dice Hussaina Ali, cuyo hijo menor tiene desnutrición y está recibiendo tratamiento en el ITFC. 

El impacto acumulativo de años de conflicto e inseguridad continúa provocando desplazamientos a largo plazo, lo que socava la capacidad de las personas para cultivar alimentos y acceder a la atención médica. Como resultado, el aumento de los precios de los alimentos está afectando especialmente a las personas desplazadas. En el ITFC de MSF, el 32 por ciento de los niños y niñas admitidas con desnutrición pertenecen a familias de personas desplazadas internamente, que dependen de la asistencia humanitaria. 

“A medida que se acerca el pico tradicional de la temporada de sequía, Borno se encuentra al borde de una crisis que podría poner en peligro la vida de miles de niños y niñas”, dice el Dr. Htet Aung Kyi, coordinador médico de MSF en Nigeria. 

“No hay tiempo que perder. Ahora se necesita una escalada urgente de la respuesta nutricional, y las organizaciones humanitarias deben estar mucho mejor preparadas para el pico”, sigue Kyi. “Esto implica abordar la desnutrición aumentando la respuesta médica, pero también evitando amenazas para la salud como el sarampión, el cólera y otros brotes de enfermedades infecciosas”.  

Compartir