Palestinos de Hebrón, en constante miedo mientras la violencia se agrava

Aliyah*, una mujer palestina sostiene a su hija. Vivió durante 25 años en la antigua ciudad de Hebrón, una de las zonas más restringidas de Cisjordania. Palestina, 14 de diciembre de 2023. © Laora Vigourt/MSF

“Aquí la situación es mala desde hace años. Los soldados israelíes registran nuestras casas día y noche, cometen actos vandálicos y detienen a la gente sin previo aviso”, dice Alma*, mujer palestina residente en Hebrón, la mayor ciudad palestina de Cisjordania, en los Territorios Palestinos Ocupados, al describir la situación desde que estalló la guerra entre Israel y Gaza el 7 de octubre.

El departamento de Alma en Hebrón fue destruido por soldados israelíes hace sólo unos días.

“Desde el 7 de octubre las cosas han empeorado mucho, no hay piedad. La gente de mi comunidad está muy afectada y vive con miedo constante”, afirma.

 

Aumento de la violencia y el acoso por parte de los colonos y soldados israelíes

Hebrón es una cruda ilustración del sufrimiento de la población palestina bajo la ocupación: un clima omnipresente de intimidación y coacción. La realidad cotidiana de la gente se traduce en restricciones de movimientos, desalojos y desplazamientos forzosos, demoliciones de viviendas, operaciones de búsqueda y captura, interrupción de la escolarización y presencia continua de militares y colonos israelíes.

La reciente escalada de la guerra entre Israel y Gaza no ha hecho sino exacerbar la violencia y las restricciones impuestas a la población palestina que vive en Cisjordania.

A fecha de 2 de enero, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha registrado que al menos 198 hogares palestinos compuestos por 1,208 personas, entre ellas 586 niños, se han visto desplazados en medio de la violencia de los colonos y las restricciones de acceso en Cisjordania desde el 7 de octubre.

Representan el 78% de todos los desplazamientos registrados debido a la violencia de los colonos y las restricciones de acceso desde principios de 2023.

“Inmediatamente después del 7 de octubre, pudimos ver cómo las cosas tomaban un mal giro. El acceso de la población a los servicios básicos, incluyendo los comercios y la atención sanitaria, se ha visto fuertemente restringido”, afirma Simona Onidi, coordinadora de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Hebrón.

“La prestación de asistencia médica también se ha visto interrumpida. Debido a las severas restricciones de movimiento y al riesgo de violencia tanto para los pacientes como para el personal médico, observamos una reducción del 78% de las consultas médicas realizadas por nuestro equipo en octubre de 2023, en comparación con el mes anterior”, explica Onidi.

MSF brinda atención sanitaria a personas desplazadas en Hebrón, Cisjordania
Una médica de MSF examina a una paciente y a su nieta en una de las clínicas móviles. Palestina, 13 de diciembre de 2023. © Laora Vigourt/MSF

 

En el casco antiguo de Hebrón, situado en la zona de la ciudad controlada por Israel conocida como (H2), las restricciones de entrada y salida son enormes e impredecibles, lo que repercute en todos los aspectos de la población palestina que vive en esa área de la ciudad vieja.

El H2 ha sido durante mucho tiempo una de las zonas más restringidas de Cisjordania, con 21 puestos de control permanentes operados por fuerzas israelíes que regulan los movimientos de los residentes palestinos y suponen importantes barreras para el personal sanitario que intenta acceder a la zona.

En las semanas posteriores a la guerra entre Israel y Gaza, las fuerzas israelíes restringieron aún más los movimientos, abriendo los puestos de control sólo una hora por la mañana y otra por la tarde, durante unos pocos días a la semana. A veces, los residentes palestinos no pueden salir de sus casas durante cuatro días consecutivos, ni siquiera para sacar la basura o abrir las ventanas.

“No puedo comparar el nivel de intensidad actual con el de antes [de la guerra]. Es como si los colonos y el Ejército israelíes no tuvieran límites”, se lamenta Aliyah*, palestina de Tel Rumeida, en H2.

“Estoy embarazada y, por ejemplo, esta mañana los soldados me pidieron que pasara tres veces por la máquina de rayos X [en el puesto de control]. Les pedí que no me hicieran pasar, por la seguridad de mi bebé, pero no me hicieron caso, como si no siquiera se creyeran que estoy embarazada”, dice Aliyah.

“Todos estamos aterrorizados. La gente piensa que la situación que se vive en Gaza ocurrirá en Cisjordania. ¿Seremos nosotros los siguientes? No sabemos cuándo”, dice Salma*, otra residente del H2.

Las restricciones de circulación ponen en riesgo la asistencia médica

En los últimos dos meses, la interrupción del acceso a la atención médica ha aumentado debido a las restricciones a la circulación y a la violencia. Por ello, nuestros equipos han ampliado progresivamente la respuesta para brindar atención médica a las personas que no pueden llegar a los centros médicos.

Desde noviembre de 2023, las clínicas móviles que tenemos han añadido seis lugares a nuestras actividades, para llegar a un total de 10 zonas que cubren el exterior y el interior de la ciudad vieja de Hebrón, pero también en las aldeas remotas de Masafer Yatta, en el sur de Cisjordania.

Nuestros equipos en éstas clínicas móviles ofrecen consultas generales, servicios de salud reproductiva y apoyo en salud mental. En noviembre y diciembre de 2023, realizamos 1,900 consultas en las diferentes lugares.

MSF brinda atención sanitaria a personas desplazadas en Hebrón, Cisjordania
Clínicas móviles de MSF instaladas en un pequeño pueblo de Umm Qussa, Masafer Yatta, Cisjordania. 13 de diciembre de 2023. © Laora Vigourt/MSF

 

“El acceso a los centros médicos es cada vez más peligroso para la población con el aumento de los puestos de control y los toques de queda forzosos”, asevera Juan Pablo Nahuel Sánchez, nuestro referente médico del proyecto que tenemos en Hebrón.

“Al mismo tiempo, brindar servicios médicos también se ha complicado para las organizaciones, ya que las restricciones de movimiento han afectado a la capacidad del personal sanitario para llegar a las instalaciones médicas. Eso ha interrumpido las actividades para brindar asistencia médica”, conluye Juan Pablo.

En la zona H2 de Hebrón sólo hay un centro médico gestionado por el Ministerio de Sanidad palestino para pacientes con enfermedades agudas y crónicas. Sin embargo, desde el 7 de octubre no se permite el acceso a la zona al personal del Ministerio de Salud, y esto deja a la población residente sin asistencia médica.

Para los pacientes con enfermedades crónicas, en particular, la falta de seguimiento para garantizar la continuidad de la atención es motivo de gran preocupación. Actualmente, ninguna otra organización que no sea MSF puede trabajar en la zona.

“No se permiten coches, ni siquiera ambulancias, dentro del H2. ¿Qué pasa si estás embarazada y a punto de dar a luz?”, dice Nadia*, vecina del H2. “Tienes que caminar hasta la colina más alta de los puestos de control y rezar para que los soldados te dejen pasar fácilmente. No porque se trate de una cuestión médica súbitamente tienes derechos”, afirma.

Fuera de la ciudad de Hebrón, en el remoto desierto montañoso de Masafer Yatta, donde las autoridades israelíes y los colonos han presionado extraordinariamente a la población para que abandone la zona, los desalojos, las demoliciones de viviendas y las restricciones a la circulación también se han intensificado desde la reciente escalada y han impedido de forma drástica el acceso de la población a la atención médica.

“Estamos viendo pacientes que llevan semanas o meses sin ver a un médico. Las afecciones más comunes son infecciones respiratorias y enfermedades crónicas. Los medicamentos son caros y, sin seguro médico, los pacientes no tienen forma de asumir el costo de éstos”, dice Juan Pablo Nahuel Sánchez.

En paralelo, los equipos que tenemos en MSF siguen brindando a las personas afectadas servicios de salud mental que incluyen primeros auxilios psicológicos, asesoramiento y psicoterapia. Nuestro equipo de  psicología está observando un claro deterioro de la salud mental de las personas.

“Lo sorprendente es que no sólo estamos tratando trastornos de estrés postraumático, sino traumas continuos. Las personas están expuestas a diario a sucesos traumáticos, y esto dificulta su alivio”, afirma un psicólogo de MSF.

El deterioro de la salud mental de la población no sólo afecta a quienes son conscientes de comprender el alcance y el impacto de la violencia causada por la ocupación. Incluso los bebés, niños y niñas pequeños muestran síntomas de ansiedad, como enuresis (mojar la cama por la noche), pesadillas y aislamiento.

“Me rompe el corazón criar niños en este entorno”, señala Aliyah. “¿Sabes lo que me dijo mi hija el otro día?: ‘Mamá, tengo mucho miedo’, y sólo tiene dos años”

Vista de un aula cerrada en Hebrón, Cisjordania. Con la escalada de violencia y las restricciones de movimiento desde el 7 de octubre, las escuelas han sido cerradas. Palestina, 14 de diciembre de 2023. © Laora Vigourt/MSF

 

MSF trabaja en Cisjordania desde 1988. En la actualidad, lleva a cabo proyectos en Hebrón, Nablús y Jenín. Nuestros equipos gestionan programas de salud mental con actividades de divulgación, ofrecen servicios médicos y atención sanitaria básica a través de clínicas móviles, así como actividades de capacitación, ofreciendo formación a centros de salud y hospitales en materia de planes de atención de víctimas masivas, respuesta a emergencias y triaje de pacientes.

Además de la ampliación de las actividades médicas desde el 7 de octubre, nuestros equipos han aumentado las actividades de promoción de la salud en la comunidad y la distribución de artículos de auxilio, kits de higiene y paquetes de alimentos a las personas internamente desplazadas de Gaza y a residentes de Cisjordania afectados por la violencia y el desplazamiento forzoso.

 

*Por cuestiones de seguridad, los nombres de las personas entrevistadas han sido modificados y se han suprimido otros datos que pudieran ayudar a identificarlas.

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