Población refugiada afgana en Pakistán teme buscar atención médica 

Las comunidades de personas refugiadas de Afganistán están sumidas en el miedo, tras las deportaciones anunciadas del gobierno de Pakistán.

Personal de MSF observa el canal Bari Shakh, en la aldea de Raees Golam Mustafa Golla, en Dera Murad Jamali, a casi 40 kilómetros del centro de MSF en Dera Murad Jamali.
Vista del canal Bari Shakh, en la aldea de Raees Golam Mustafa Golla, en Dera Murad Jamali, a casi 40 kilómetros del centro de MSF en Dera Murad Jamali. Pakistán, febrero de 2025. © Gul Nayab/MSF

“Desde que se anunciaron las deportaciones, vivimos en constante ansiedad”, afirma un refugiado afgano, padre de dos niñas, mientras visita una clínica de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Baluchistán, Pakistán. Describe cómo la población refugiada afgana está sumida en el miedo.

“Evitamos salir por miedo a ser arrestados. Las familias tienen miedo de dormir por la noche, sin saber si habrá una redada. Los niños están traumatizados”. 

El gobierno de Pakistán inició una campaña más amplia de deportación de personas refugiadas afganas en noviembre de 2023. Aunque al principio comenzó con la deportación de refugiados afganos no registrados, todas las personas refugiadas de Afganistán se han convertido en el objetivo de esta campaña, independientemente de su estatus. 

El gobierno ha anunciado ahora la suspensión de la deportación de refugiados afganos con tarjetas de comprobante de registro, que debía comenzar el 1 de julio, pero esto no aliviará el temor de los afganos en Pakistán, especialmente de las personas refugiadas con otro estatus. Los equipos de MSF son testigos de cómo la dura realidad de la deportación está generando un clima de miedo entre los afganos en Pakistán. Para la mayoría, la amenaza de deportación ha convertido el acceso a atención médica esencial en una opción peligrosa. El impacto directo en la salud de las personas es grave. 

“No puedo ir a la clínica para recibir tratamiento porque me arrestarán y deportarán. Tengo que faltar a mi cita”, dijo un refugiado durante una llamada de un promotor de salud de MSF, quien preguntaba por sus frecuentes ausencias a citas médicas. 

 

El equipo de promoción de la salud de MSF está llevando a cabo una sesión de promoción de la salud en la aldea de Raees Golam Mustafa Golla, en Dera Murad Jamali, a casi 40 km del centro de MSF.
El equipo de promoción de la salud de MSF qrealiza una sesión de promoción de la salud en la aldea de Raees Golam Mustafa Golla a casi 40 km del centro de MSF. © Gul Nayab/MSF

 

Los equipos de MSF en Baluchistán afirman que los hombres ahora suelen tener demasiado miedo de ser acosados ​​o arrestados en los puestos de control como para acompañar a sus familiares femeninas a los centros de salud. Esto obliga a las mujeres afganas a elegir entre incumplir el arraigado requisito cultural de ser escoltadas por un mahram (un familiar masculino) o, con mayor frecuencia, renunciar por completo a la atención médica esencial. 

“Estamos profundamente preocupados por el bienestar de las personas afectadas por estas políticas de deportación”, declara Xu Weibing, jefe de misión de MSF en Pakistán. “Durante décadas, muchas de estas familias no han conocido otro hogar que Pakistán. Ahora viven con miedo constante”. 

Las historias que el equipo de MSF escuchó de la población refugiada afgana en Pakistán ilustran el trauma y las dificultades que causan los retornos forzosos. Cuando las personas son deportadas, en realidad son trasladadas de una situación desesperada a otra, a la vez que son separadas de sus familias. 

“Muchas personas que se ven obligadas a regresar a Afganistán pierden sus medios de vida y su hogar, y tienen necesidades de atención médica insatisfechas, incluyendo a quienes padecen enfermedades no transmisibles que requieren tratamiento continuo”, afirma Stephen MacKay, gerente de operaciones de MSF en Afganistán y Pakistán. “El sistema de salud afgano sufre una escasez crónica de fondos y recursos, y ya enfrenta dificultades debido a la disminución de la ayuda internacional. Está sometido a una presión cada vez mayor, y la posible afluencia de cientos de miles de personas más solo agravará la presión sobre el sistema de salud”. 

La ansiedad generalizada por la deportación también está causando un inmenso sufrimiento psicológico en las comunidades. 

“No tenemos adónde regresar”, dice una mujer afgana que busca tratamiento en un centro de MSF en Baluchistán. Muchas personas que regresaron [a Afganistán] nos han dicho que no les queda nada. No tengo familiares allí ni adónde ir. 

La campaña de deportación ha obligado a más de un millón de personas a regresar a Afganistán desde noviembre de 2023, y más de 274,000 de estos retornos se produjeron solo en el primer semestre de este año. 

 

Médicos Sin Fronteras trabajamos en Pakistán desde 1986, brindamos atención médica a personas afectadas por conflictos y desastres. Actualmente, tenemos proyectos en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa, Punjab, Baluchistán y Sindh, proporcionando servicios que incluyen salud materno infantil, apoyo nutricional y tratamiento de enfermedades infecciosas. 

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