RCA: Construyendo en una zona de guerra

“Mi nombre es Robert Malies. No soy doctor ni cualquier otro tipo de médico. Soy un ingeniero, y diseño y construyo hospitales para MSF.”

Mi nombre es Robert Malies. No soy doctor ni cualquier otro tipo de médico. Soy un ingeniero, y diseño y construyo hospitales para MSF.
 
El trabajo de MSF siempre está enfocado a salvar vidas, a reducir el sufrimiento de los enfermos y a regresar la dignidad a personas en peligro. Nuestros doctores, enfermeras y otros profesionales médicos son la clave para lograr estos objetivos.
 

Edificios no aptos para su propósito

 
¿Pero qué hace MSF cuando los edificios en los que brinda la atención son tan difíciles de limpiar que muchos pacientes adquieren más enfermedades en el hospital que aquellas con las que llegaron?
 
¿Qué sucede cuando los departamentos están tan hacinados que tres o cuatro niños son forzados a compartir una cama con su madre? ¿Cuando los cuartos se vuelven tan calurosos durante el día y tan fríos por las noches que las fiebres e hipotermias se convierten en la principal causa de muerte? ¿Cómo respondes cuando los lugares que deben brindar esperanza y sanación son edificios en ruinas, oscuros, húmedos y no aptos para cumplir su propósito?
 
Es ahí en donde entramos nosotros. Regresé recientemente de la ciudad de Bossangoa, en la República Centroafricana (RCA), un país que aún sigue conmocionado por un golpe de estado en 2013 y la subsecuente destrucción y represalias violentas que siguieron. En algunas partes del país, el conflicto continua y, en la mayoría de las áreas hay pocas -si hay- clínicas y hospitales. 
 
Después de que MSF comenzara a trabajar en el hospital regional de Bossangoa en 2014, se volvió evidente que la gran mayoría de pacientes no podían ser tratados adecuadamente en el hospital existente. Los edificios simplemente no estaban equipados para lidiar con tanta gente. 
 

Momento de construir

 
Rápidamente se tomó la decisión de construir unas cuantas estructuras nuevas para aumentar la capacidad del hospital y brindar soluciones de diseño adecuadas a las nuevas necesidades del hospital. Mi trabajo fue diseñar y gestionar la construcción de la nueva unidad de terapia intensiva y el departamento de tuberculosis. 
 
Siempre que construyes algo para pacientes con tuberculosis, una preocupación principal es la contaminación cruzada entre los pacientes. Para lidiar con esto, diseñé los edificios, con apertura para ventanas para maximizar la ventilación natural. Esto fue hecho en parte para reconfortar a los pacientes en este calor tropical, pero principalmente para minimizar el conteo de bacterias en el aire, reduciendo así el riesgo de contaminación entre pacientes. 
 
 
También se utilizó un techo transparente para incrementar la luz natural en los cuartos, ya que las bacterias mueren al estar en contacto con los rayos UV. Separar a los pacientes con casos supuestos y confirmados de tuberculosis resistente a los medicamentos también es vital para prevenir que la enfermedad se propague aún más. El hospital que diseñamos y construimos no sólo brindaba departamentos separados, sino también cocinas, baños y sanitarios separados. 
 
También nos aseguramos de que hubiera terrazas sombreadas en cada edificio para alentar a los pacientes a pasar tiempo afuera, en donde es más fácil que las infecciones de transmisión aérea se dispersen más rápida y fácilmente. 
 
En donde sea que trabaje con MSF, me enfoco en el uso de métodos de construcción que sean familiares para los constructores locales y así ayudar a hacer uso del mercado local. Esto asegura un rápido suministro de mano de obra experimentada e implica que cualquier reparación o alteración futura se realizará directamente. 
 

Los secuestros son comunes

 
Como sucede con todas las actividades de MSF, la construcción requiere un gran compromiso financiero. Incluso aunque la mano de obra es relativamente barata, la falta de infraestructura y mercados implica que la mayoría de los materiales no se fabrican localmente y son mucho más caros que en Europa. Transportar estos materiales a veces es una operación de alto riesgo, ya que los secuestros son comunes y pueden resultar en gastos desproporcionadamente elevados. 
 
Aunque siempre vamos por las soluciones más rentables, nunca tomamos atajos en cuanto a diseño y construcción. Después de todo, queremos dejar una estructura que seguirá ahí para los pacientes aún después de que MSF deje el área.
 
Estoy orgulloso de que el hospital que construimos en Bossangoa sea apropiado para su entorno, sostenible a largo plazo, y que ha ayudado a crear un ambiente en el que el personal pueda sentirse orgulloso de su trabajo y los pacientes puedan recibir atención médica vital. Con el apoyo de nuestros donantes, fuimos capaces de construir un legado que ayudará a pacientes en las décadas por venir. 
 
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