Sudán del Sur: MSF atiende a más de 2,700 personas tras la ola de violencia en Juba

La organización también está proporcionando agua potable en Juba y realizando cirugías a las personas que resultaron seriamente heridas durante la ola de violencia.

En la semana que siguió a los enfrentamientos en Juba, los equipos de la organización médico humanitaria Médicos Sin Fronteras atendieron a más de 2,700 pacientes en cuatro clínicas a lo largo de la ciudad capital de Sudán del Sur. La organización también está proporcionando agua potable en Juba y realizando cirugías a las personas que resultaron seriamente heridas durante la ola de violencia. 
 
El martes 12 de julio, MSF abrió una clínica en la iglesia de Santa Teresa, en Kator, en donde miles de personas se estaban refugiando. La mayoría de la gente ya se fue de Santa Teresa, y muchos de ellos han regresado a sus hogares en Gudele, en donde las dos clínicas de MSF se encuentran más concurridas de lo que estuvieron la semana pasada. En su cuarta clínica en la iglesia Don Bosco, en Gumbo, MSF proporciona atención médica y distribuye artículos de primera necesidad como mosquiteros, mantas y kits de cocina. 
 
“La mayoría de nuestros pacientes son mujeres y niños,” dice María Guevara, coordinadora médica de MSF. “Debido al reducido acceso a alimentos, agua y refugio, estos grupos son aún más vulnerables; especialmente las mujeres embarazadas y los niños menores de cinco años. Nuestros equipos no podrían haber hecho frente a la afluencia de pacientes sin el arduo trabajo y la dedicación del personal sursudanés que, a pesar de la inseguridad, vino a trabajar con nosotros para ayudar a sus comunidades.”
 
 
Las principales condiciones por las cuales la gente requería tratamiento de emergencia durante los primeros días incluían heridas de bala y heridas sufridas durante su huida de los enfrentamientos. La gente sigue necesitada de atención médica para combatir la malnutrición, la malaria, la diarrea e infecciones de la piel; al igual que para tratar infecciones respiratorias que adquirieron al dormir al aire libre cuando dejaron sus hogares a causa de los enfrentamientos.
 
Cicilia, una madre de cinco niños, llevó a Hasima, su bebé, a la clínica de MSF en la iglesia de Santa Teresa para que se le hiciera una prueba de malaria: “nos quedamos en casa durante ocho horas, cuando los enfrentamientos eran más fuertes, y nos fuimos tan pronto como pudimos. Vivimos al aire libre desde entonces. ¿Cómo voy a alimentar a mi familia? ¿Cómo viviremos? Desapareció todo.”
 
Con casos sospechosos de cólera reportados en Juba, el suministro de agua potable es aún más importante, especialmente ahora que ya comenzó la temporada de lluvias. Por medio de camiones, MSF está llevando agua a Gudele y a la iglesia Santa Teresa y suministrará a otras partes de la ciudad, según sea necesario. MSF también estará apoyando al Ministerio de Salud en su respuesta al cólera, atendiendo a pacientes y gestionando un laboratorio para hacer pruebas a las personas con casos sospechosos.
 
Esta semana, MSF comenzó a proporcionar atención quirúrgica a las personas con heridas más graves. Los primeros cinco pacientes ya fueron operados, y ya hay más de 20 pacientes con cirugías programadas para los próximos días.  
 
La violencia también podría tener un impacto psicológico a largo plazo en la población, y MSF ha atendido a cientos de pacientes que están sufriendo graves síntomas de estrés post violencia.
 
"Algunos pacientes llegan llorando a la clínica," dice Christina Dahl, enfermera de MSF, "otros presentan síntomas comunes como dolor en el cuerpo y dolores de cabeza, provocados por el trauma físico y mental que han sufrido. El sentimiento de incertidumbre sobre lo que les depara el futuro sólo incrementa el estrés bajo el que está la población."
 
MSF sigue proporcionando atención médica gratuita en sus proyectos en Sudán del Sur. La organización realiza más de 60,000 consultas médicas mensualmente en el país, en donde trabaja desde hace más de 35 años. 
 

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