Tras 16 años de intervención médica, finalizamos actividades en Kabo, República Centroafricana

MSF responde a la emergencia humanitaria en Kabo, RCA
Foto de archivo: La decisión de llevar a cabo la distribución de alimentos en Kabo fue impulsada como actividad preventiva dada la frágil situación de muchos de los campos de personas internamente desplazadas. Enero de 2017 ©MSF

En octubre de 2022, en Médicos Sin Fronteras (MSF) finalizamos un proyecto médico de largo recorrido en un punto conflictivo del noroeste de la República Centroafricana (RCA). A continuación, te explicamos cinco aspectos destacados de nuestras actividades.

1. Un proyecto en tiempos del golpe de Estado de 2003

Kabo es una localidad de 60,000 habitantes cerca de la frontera con Chad. Nuestros equipos llegaron aquí por primera vez cuando el expresidente François Bozizé asumió el poder en RCA en 2003. Anteriormente habíamos realizado actividades en áreas cercanas como Moyenne Sido y Bouca.

Esta respuesta de emergencia inicial se cerró al cabo de unos meses, pero en 2006 regresamos debido al resurgimiento de la violencia armada, esta vez para lanzar proyectos médicos estables tanto en Kabo como en Batangafo, una localidad a 58 kilómetros de distancia.

Con el tiempo, transformamos el centro de salud local en un hospital de segundo nivel, y también apoyamos los centros de salud cercanos de Moyenne Sido y Farazala. Poco a poco, al trabajar con la comunidad local y ganarnos su confianza, fuimos ampliando nuestra asistencia.

 

2. Cubriendo las lagunas de asistencia médica

Entre 2006 y 2022, nuestros equipos realizaron más de 1,7 millones de consultas médicas en Kabo y sus alrededores, la mitad de ellas fueron por malaria, la enfermedad más mortal en la República Centroafricana.

Nuestras parteras asistieron a mujeres en 21,000 partos, nuestro equipo de psicología brindó atención a 10,200 pacientes por problemas de salud mental y nuestros cirujanos realizaron más de 3,000 intervenciones quirúrgicas. También brindamos atención pediátrica, tratamos a niños y niñas con desnutrición, a sobrevivientes de violencia sexual, vacunamos a bebés, y nos ocupamos del diagnóstico y seguimiento de pacientes con VIH, tuberculosis y otras enfermedades crónicas.

“Muchas mujeres venían desde lejos. A veces, se podía ver a mujeres sentadas en la sala de espera que llevaban complicaciones de parto durante dos o tres días”, explica Sylvain Groulx, responsable de operaciones de MSF y que trabajó en diferentes periodos en la RCA a lo largo de dos décadas.

“Estaban convencidas de que aquí podrían dar a luz de manera segura. Al principio, solo unas pocas mujeres daban a luz en el hospital, pero ahora muchas lo hacen. Este aumento ha contribuido a la reducción de la mortalidad materna en un país que tiene la segunda mortalidad materna más alta del mundo”, afirma Groulx.

“También ocurrían emergencias repentinas. Un día, a última hora de la tarde, unos soldados llegaron apresurados para alertarnos de que un camión había volcado en la entrada de la ciudad. Dos personas habían muerto y más de 40 habían resultado heridas. Todo nuestro personal se movilizó, desde conductores a médicos, para ayudar a los pacientes que fueron transportados al hospital”.

Los equipos de MSF de Kabo organizan clínicas móviles en Kabo, RCA
Los equipos de MSF de Kabo organizan clínicas móviles y apoyan a los centros de salud de la periferia. Noviembre de 2013 ©María Simón/MSF

 

3. Un foco de violencia

Al igual que otras áreas de la República Centroafricana, Kabo se ha visto repetidamente golpeado por el conflicto y ha estado controlado por diferentes actores armados. Ha acogido a miles de desplazados durante años.

“A lo largo de mi vida he sufrido mucho. Desde que tenía siete años, siempre se repite la misma historia… He estado mucho tiempo en movimiento debido a la guerra”, lamenta Tanguina, quien se ha visto desplazada por la fuerza tres veces en 25 años. “He perdido mis pertenencias, mis tierras de cultivo, todo”.

Con el tiempo, los asentamientos, compuestos por cientos de pequeñas casas construidas en su mayoría con ladrillos de adobe, se volvieron indistinguibles del resto del pueblo.

“A veces, durante los estallidos de violencia, la gente buscaba refugio en el hospital. No había otro lugar donde se sintieran seguros”, recuerda Groulx. Otras veces, nuestro personal atendió a muchos heridos que quedaron atrapados en medio del fuego cruzado del conflicto.

Personal de MSf en la UCI en Kabo, RCA
Personal de MSF en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del hospital de MSF en la ciudad de Kabo, en el norte de la República Centroafricana. Junio de 2021. ©Igor Barbero/MSF

 

4. Inseguridad y cierre de proyecto

La inseguridad constante en Kabo provocó incidentes recurrentes. Desde secuestros hasta robos a mano armada en la carretera y dentro de la base de MSF, así como intrusiones de hombres armados en nuestras estructuras médicas.

“Lo que experimentamos no es nada comparado con lo que la gente sufre cada día”, afirma Groulx. “Siempre tratamos de conversar con todas las partes del conflicto, poniendo énfasis en la necesidad de protección y respeto de nuestro personal, así como de los civiles. Sin embargo, en ocasiones, estos incidentes provocaron la suspensión de nuestras actividades”.

De hecho, un ataque intencionado ocurrido el pasado enero y a cargo de hombres armados no identificados contra un convoy de nuestros vehículos en la carretera que une Batangafo con Kabo marcó la senda para el cierre del proyecto. Suspendimos el movimiento de nuestros equipos a lo largo de esa ruta, que había sido la única forma de llegar a Kabo desde principios de 2021, ya que el aeródromo local había sido cerrado poco después de que el conflicto se intensificara semanas antes.

En febrero, evacuamos a todo el personal no local y redujimos algunas actividades. Sin una supervisión directa de las actividades restantes y sin visibilidad sobre cuándo tendríamos un acceso seguro a la localidad, se consideró imposible mantener un apoyo indefinido.

 

5. Un legado para la comunidad

Durante los últimos 16 años, nuestros equipos capacitaron con regularidad al personal local y de salud pública con el objetivo de aumentar la autonomía de la comunidad. Nuestra salida de Kabo, que originalmente estaba prevista para más adelante, fue finalmente acordada con las autoridades y el Ministerio de Salud y Población asumió las actividades en octubre de 2022.

Antes de partir donamos equipos y medicamentos al hospital de Kabo y hasta finales de 2023 seguiremos apoyando los gastos de personal en ese hospital, así como en las otras dos estructuras de salud de la zona.

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