Tratando las lesiones de niños y niñas en una Gaza que vive bajo el bloqueo

Desde junio de 2020, la unidad de MSF en Al-Awda trata a niños y niñas con traumatismos agudos y que son remitidos desde hospitales administrados por el Ministerio de Salud. El objetivo de estas referencias es aliviar la presión a la que están sometidos los hospitales públicos, que tienen dificultades para cubrir las necesidades quirúrgicas regulares desde que la pandemia de COVID-19 llegó a Gaza. Hasta el momento, 234 niños y niñas han recibido atención especializada de extremidades en la unidad.

En la unidad pediátrica del hospital Al-Awda en el norte de Gaza, Mohammed Aboud, padre de cinco hijos, consuela a su hija Hala, de cuatro años, mientras despierta lentamente después de la cirugía. La escena es demasiado familiar para Mohammed debido a que en las últimas semanas Hala ha sido operada cinco veces.

El 14 de julio de 2021, Mohammed oraba en su casa de Beit Lahia, un barrio al norte de la ciudad de Gaza, cuando de repente escuchó gritar a su hija. Salió corriendo, pero la niña no aparecía por ningún lado. Hala había cruzado la calle frente a su casa y fue atropellada por un automóvil. Un vecino que presenció el accidente dijo a Mohammed que llevaron a Hala a un hospital y le dio el número de teléfono del conductor.

El centro que recibió a Hala se encontraba saturado y carecía de los medicamentos necesarios para tratarla. Su herida era compleja y comenzaba a infectarse. Necesitaba un tratamiento que el sistema de salud saturado y carente de recursos de Gaza no podía ofrecerle. Por esa razón, Hala fue trasladada a una unidad especializada en reconstrucción de extremidades gestionada por Médicos Sin Fronteras (MSF) en el hospital Al-Awda.

 

 

Desde junio de 2020, la unidad de MSF en Al-Awda trata a niños y niñas con traumatismos agudos y que son remitidos desde hospitales administrados por el Ministerio de Salud. El objetivo de estas referencias es aliviar la presión a la que están sometidos los hospitales públicos, que tienen dificultades para cubrir las necesidades quirúrgicas regulares desde que la pandemia de COVID-19 llegó a Gaza. Hasta el momento, 234 niños y niñas han recibido atención especializada de extremidades en la unidad.

Cuando Mohammed llegó a Al-Awda, los médicos le informaron que el pie derecho de Hala fue aplastado cuando el auto la atropelló. "Cuando la vi, me sorprendí", dice. "No imaginé que su lesión pudiera ser tan grave".

Las heridas grandes y abiertas como las de Hala son propensas a las infecciones. “Llegó al hospital de Al-Awda con una herida profunda”, explica el Dr. Hafez Abu Khossa, que trató a Hala. “Limpiamos la herida y tomamos muestras de hueso y tejido para determinar qué infección padecía. Esto nos permitió prescribir el tipo y la dosis correctas de antibióticos. Posteriormente, utilizamos un procedimiento llamado cierre asistido por vacío para cerrar la herida y ayudar a que sane más rápido. Ahora, nuestro objetivo es tratar la infección y evitar cualquier contaminación adicional antes de que podamos aplicar un injerto de piel en su pie. Es un tratamiento largo que necesita de varios procedimientos".

El Dr. Khossa confirma que su herida era particularmente grave. “Cada cambio de apósitos debe realizarse en un quirófano bajo anestesia”.

 

 

Si bien las infecciones óseas se pueden tratar con antibióticos, la resistencia a los antibióticos en Gaza está muy extendida. Esto se debe a su mal uso y accesibilidad sin receta en los mercados locales. En 2019, MSF trabajó con el Ministerio de Salud para establecer un laboratorio de microbiología, que permite a los equipos clínicos determinar el tipo exacto de bacteria que causa la infección y a qué antibióticos es resistente. Además de esto, MSF también ayuda al personal sanitario a comprender y mejorar la prescripción y el uso de antibióticos.

La alta probabilidad de resistencia hace que el tratamiento de las infecciones óseas sea una tarea colosal. El enfoque del equipo médico del hospital Al-Awda es holístico y no solo se centra en el tratamiento médico del paciente, como el tratamiento quirúrgico, la fisioterapia y el control del dolor, sino también en apoyar a sus cuidadores, que a menudo suelen ser familiares cercanos. Un asesor de salud mental se reúne regularmente con Hala y su familia para ayudarles a superar esta experiencia traumática, asegurando que tenga las mejores posibilidades de recuperación.

Este enfoque y tratamiento especializado son poco frecuentes en Gaza, ya que la mayor parte de los fondos y esfuerzos humanitarios se dirigen hacia respuestas de emergencia, para tratar lesiones traumáticas relacionadas con el conflicto, o recientemente hacia la respuesta de la COVID-19. En consecuencia, otras necesidades sanitarias, como la atención traumatológica pediátrica, no se priorizan.

 

 

Dentro de la atención pediátrica, se da prioridad a los casos de trauma agudo como el de Hala, y los niños y niñas con problemas crónicos derivados de quemaduras y traumatismos anteriores o padecimientos congénitos deben esperar mucho tiempo para recibir tratamiento. "MSF ya trataba a pacientes con traumatismos, pero para aliviar la presión sobre los centros de salud, amplió sus criterios de admisión de pacientes y comenzó a atender a pacientes con problemas crónicos derivados de quemaduras y traumatismos anteriores, muchos de ellos en pediatría", explica Benoit Vasseur, jefe de misión de MSF en Gaza.

Un mes después de su llegada al hospital Al-Awda, el pie de Hala comienza a sanar y ahora está lista para un injerto de piel. El camino hacia la recuperación aún es largo, pero Mohammed está feliz de ver que su hija mejora. Si todo va bien, Hala podría salir del hospital en las próximas semanas. Todavía tendrá que tomar antibióticos por un tiempo para tratar la infección, pero podrá estar con su familia, que ha estado esperando con impaciencia que finalmente regrese a casa.

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