Trauma por el terremoto: primeros auxilios psicológicos ayudan a los nepaleses a reconstruir sus vidas

En las elevadas montañas del noreste y este de Nepal, equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) están llevando a cabo actividades de salud mental con la gente afectada por los dos devastadores terremotos.

En el primer terremoto que golpeó a Nepal el 25 de abril, la gente perdió a sus seres queridos, sus hogares y sus pertenencias. Dada la destrucción masiva, no tuvieron otra opción que recoger las piezas y reconstruir sus vidas. Pero justo cuando estaban empezando con este proceso, azotó un segundo terremoto. Edificios a medio construir se desplomaron. La gente estaba llena de incertidumbre y confusión sobre cómo empezar de nuevo, además del miedo a que azotara otro terremoto.

En las elevadas montañas del noreste y este de Nepal, equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) están llevando a cabo actividades de salud mental con la gente afectada por los dos devastadores terremotos. La psicóloga de MSF Kamini Deshmukh explica que una de las principales actividades que realiza es la de ‘primeros auxilios psicológicos’. Su objetivo, nos dice, es mejorar los mecanismos para enfrentar el trauma que han experimentado y ayudarlos a lidiar con sus miedos y ansiedades. Kamini también lleva a cabo sesiones grupales para hombres, mujeres y niños que están adaptadas a sus necesidades específicas.

“Yo intento presentar la realidad de lo que ha sucedido de una forma muy transparente y honesta”, dice Kamini. “Eso hace que sea más fácil para las personas lidiar con la situación. Lentamente aceptarán la realidad y serán capaces de seguir con sus vidas”.

Después del primer terremoto, mucha gente había empezado a reconstruir sus casas, y terminaron viéndolas destruidas por el segundo terremoto. Las casas con pequeñas grietas ahora tienen grietas más grandes y la gente está asustada de vivir en ellas. Algunas personas han dejado sus villas por miedo a otro terremoto. Para muchas personas, dice Kamini, va a tomar un tiempo empezar el proceso de recuperación.

“Con los niños, empiezo por lo básico, explicarles qué es un terremoto”, dice Kamani. “Los aliento a decirme qué están experimentando y llevo a cabo actividades como cantar y dibujar. De sus dibujos, puedo ver por lo que están pasando y soy capaz de ofrecerles asesoramiento”.

La mayoría de las comunidades tienen sus propios mecanismos para lidiar con la situación. Algunos se reúnen para realizar actividades sociales como cantar y bailar. Otros comparten sus experiencias con familiares y amigos. Y otros más van a refugiarse a una villa diferente en la que se sienten más seguros. “Con una educación psicológica, intento aumentar estos medios naturales para lidiar con la situación, que son maneras de ayudar a nuestra mente a lidiar con estas experiencias”, dice Kamini.

En Katmandú, un equipo de psicólogos de MSF está llevando a cabo sesiones de grupo en el campo Chuchepati, que brinda refugio a aquellos cuyas casas fueron destruidas o no son lo suficientemente seguras para vivir en ellas, así como a gente que tiene demasiado miedo como para regresar a casa.

Kumari Dhakal, una viuda de 85 años, madre de dos, ha sobrevivido a tres grandes terremotos: uno en 1934, y los dos de abril y mayo de este año. Las grietas en las paredes de su casa rentada y el miedo a experimentar otro terremoto,  llevó a Kumari y a su hija a buscar refugio en el campo. Al escucharla hablar de lo que vivió en esos tres terremotos, uno puede escuchar la emotividad en su voz. Su rodilla le duele, le es difícil sentarse erguida; y su visión y oído son deficientes. Kumari estaría mucho más cómoda descansando en su cama en casa en vez de estar en una colchoneta en una casa de campaña improvisada que comparte con otras tres familias.

Kumari y su hija tienen agua limpia para beber ahora que MSF ha instalado tanques de agua en el campamento, pero están luchando por conseguir comida suficiente. “El principal problema que tenemos ahora es la comida. No tenemos arroz ni dhal,” dice Kumari. “Todos sobrevivimos con lo que podemos conseguir, ya que no podemos regresar a nuestras casas en caso de que colapse sobre nosotros. Vivimos cada día con miedo.”

Más allá del campo Chichepati, tiendas de campaña y refugios de plástico han sido erigidos en toda la ciudad. La gente que vive en ellos ha sufrido dos desastres naturales en menos de tres semanas, pero aún tienen que lidiar con eventos cotidianos como enfermedades y la muerte.  

“He perdido todo, mi amigo,” dice Basu Biru. “Solía tener una casa en Sindupalchowk, ahora no tengo nada. Y mi padre, que estaba enfermo, acaba de fallecer. No creo que los 13 días de duelo tradicionales sean suficientes, pues el dolor que siento dentro es demasiado grande.”

La mayoría de la gente en Nepal ha sido afectada, de una manera u otra, por los dos terremotos. Muchos viven con miedo de que otro gran terremoto o avalancha traiga aún más devastación. Incontables personas no saben cómo satisfarán sus necesidades básicas de comida y refugio. Y, a pesar de esto, hay un notable sentido de resistencia, dice la psicóloga de MSF, Renata Bernis.  

“El trasladarme de un lugar a otro en el distrito Gorkha, me hizo sentir abrumada,” dice Renata. “Visité villas que fueron completamente destruidas y me sentí devastada por ellos. Pero más me impactó cuando me dijeron, ‘hemos perdido, pero reconstruiremos’. Estoy segura de que con esta actitud, podrán lidiar con lo que ha pasado, ellos reconstruirán. Estas son personas, no víctimas. Son personas que han sido fuertemente golpeadas por un desastre natural sobre el que no tenían control, y simplemente están intentando vivir cada día como llega.”

Desde el 25 de abril, los trabajadores de salud mental y psicólogos de MSF han realizado sesiones grupales de apoyo psicológico para al menos 3200 personas. El objetivo de las sesiones es ayudar a normalizar los niveles de estrés alentando los mecanismos positivos para lidiar con las situaciones relacionadas con los dos terremotos. Estas sesiones crean espacios para que la gente comparta sus sentimientos y miedos, además de ofrecer tips sobre cómo protegerse a sí mismos y a sus familias. Es así que las sesiones ayudan a reestablecer la sensación de que las personas están “en control de la situación”.

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