Tres años después, terminamos nuestro trabajo médico en territorio indígena Yanomami, Brasil

En Médicos Sin Fronteras terminamos nuestras actividades en el norte de Brasil tras casi tres años proporcionando atención médica a comunidades del Territorio Indígena Yanomami.

Una integrante de Médicos Sin Fronteras abrazando a una integrante de la comunidad Yanomami en Brasil.

Los esfuerzos respetaron las prácticas tradicionales para mejorar la atención médica dentro del territorio

En lugar de camas de hospital, las hamacas sirven como lugares de descanso para los pacientes tratados en el centro de salud Auaris, en el Territorio Indígena Yanomami (TIY), en la Amazonía brasileña. Cualquiera que pase por el lugar, (que fue renovado y ampliado gracias a una colaboración entre Médicos Sin Fronteras (MSF) y las autoridades médicas indígenas que trabajan en el territorio) también notará que los carteles alrededor de las instalaciones están escritos en los idiomas Sänoma y Ye’kwana, además del portugués.

El respeto por la cultura y los hábitos de los pueblos indígenas se demuestra no solo en esta estructura física, sino también en las prácticas médicas adoptadas: en lugar de simplemente repartir una receta, los profesionales médicos aprovechan para escuchar y aprender.

“Ahora la atención médica es integral, Sanöma y las serenapi (no indígenas) trabajan juntas. Chamán y médicos juntos”, explica Miro Sanöma, residente de la comunidad de Kululu en la región de Auaris. “Si una persona enferma gravemente, primero realiza un xapori (ritual de curación), y luego se le lleva al centro de salud. Serenapi y Sanöma trabajando juntas.”

Una promotora de la salud de MSF y unas integrantes de la comunidad indígena.

El territorio indígena Yanomami es el mayor territorio indígena de Brasil, con una población de poco más de 30,000 personas distribuidas en una superficie mayor que la de Portugal. El centro de salud de Auaris está situado en su región más densamente poblada, siendo principalmente hogar de los pueblos Sanöma y Ye’kwana. La renovación de las unidades médicas es uno de los legados que MSF dejamos al terminar nuestras actividades de apoyo a la salud de población indígena en la región tras casi tres años de trabajo.

La situación actual contrasta con el escenario muy difícil que se enfrentó cuando MSF comenzamos a trabajar en la región en mayo de 2023, apenas unos meses después de que el gobierno declarara un estado de emergencia médica. Nuestros equipos proporcionaron atención médica general, centrándose en el diagnóstico y tratamiento de la malaria, así como en la atención de salud mental, además de implementar soluciones de salud ambiental y mejoras en infraestructuras. Aunque aún persisten muchos desafíos, la capacidad local de atención se ha reforzado, lo que se espera ayude a las comunidades a seguir recibiendo asistencia de mayor calidad.

“Llevo aquí dos años ya, y cuando llegué había una media de un paciente gravemente enfermo al día, debido a una desnutrición severa, malaria en fase avanzada, deshidratación o accidentes por mordeduras de serpiente”, informa Carlos Camacho, médico de MSF que trabaja en territorio indígena Yanomami desde principios de 2024. “A medida que mejoraron los esfuerzos de prevención, principalmente gracias a las actividades de promoción de la salud en las comunidades, notamos una disminución de los casos graves. Hoy en día, casi nunca veo pacientes graves aquí en Auaris.”

La observación del Dr. Camacho coincide con las cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Salud en el último informe sobre la emergencia de Yanomami. Comparando los casos detectados de malaria, hubo una caída del 20,7% en la primera mitad de 2025 en comparación con el mismo periodo de 2024, pasando de 17.952 a 14.233. Los datos indican que la transmisión sigue siendo alta en territorio indígena yanomami, pero ha habido una mejora notable en los diagnósticos y una reducción significativa en los casos graves y las muertes. Entre enero y junio de 2023, hubo diez muertes, con una ligera caída a nueve en 2024, y luego a tres en los primeros seis meses de este año.

MSF también brindamos apoyo en el Centro de Apoyo a la Salud Indígena Yanomami y Ye’Kwana (CASAI–YY) en Boa Vista, donde atendimos a pacientes que necesitan atención no disponible en el territorio. Los servicios incluían atención médica y de salud mental, actividades de promoción de la salud y mejoras en la infraestructura sanitaria. El equipo de promoción de la salud era responsable de supervisar la salud en las malocas (grandes viviendas comunales) de cada etnia, así como de ofrecer sesiones educativas sobre gestión de residuos, nutrición y malaria. Estos esfuerzos ayudaron a fortalecer la capacidad para proporcionar atención sanitaria a las comunidades Yanomami y Ye’kwana que llegaban a Boa Vista.

Un retrato de Yoximar Pérez, promotora de la salud de MSF.
Un retrato de Yoximar Pérez, promotora de la salud de MSF. © Marília Gurgel/MSF

 

Una característica clave del trabajo de MSF con los pueblos indígenas ha sido la adaptación de enfoques médicos, valorando y respetando el conocimiento tradicional de quienes protegen los bosques y la biodiversidad de Brasil. Para garantizar una interacción fluida dentro de territorio indígena Yanomami, los esfuerzos incluyeron el apoyo de antropólogos y mediadores interculturales. Esta apertura fue clave para desarrollar actividades de concienciación y proporcionar información clara, permitiendo a la comunidad comprender el tratamiento y la prevención de la malaria. Una vez que fueron más conscientes, las personas comenzaron a buscar atención en las primeras etapas de la enfermedad, lo que resultó en una reducción de las tasas de mortalidad.

Además de la malaria, la salud mental de las y los jóvenes se ha convertido en una preocupación creciente en las comunidades indígenas, en parte porque romper con las tradiciones suele causar sufrimiento silencioso. Ante este escenario, en MSF buscamos escuchar, dar la bienvenida y trabajar codo con codo con las comunidades, ofreciendo apoyo psicosocial y construyendo respuestas culturalmente sensibles.

Con casi tres años de actividades, el trabajo en salud mental incluyó psicoeducación grupal e individual, sensibilización y movilización comunitaria, primeros auxilios psicológicos, actividades psicosociales y grupos de apoyo, alcanzando 5.582 participantes. En total, el equipo de salud mental realizó 523 consultas individuales, una porción significativa con pacientes femeninas (70%) y adultos jóvenes (51%). MSF también trabajamos para sensibilizar a los trabajadores del Distrito Sanitario Especial Indígena de Yanomami y Ye’kwana (DSEI YY), proporcionando formación sobre el tema y celebrando reuniones regulares con el equipo de salud mental de la agencia.

El trabajo en territorio indígena Yanomami y CASAI-YY fue el capítulo más reciente en la larga historia de MSF apoyando la salud indígena en la Amazonía. El primer proyecto que nuestra organización tuvo en Brasil fue como respuesta a un brote de cólera a principios de los años 90. Unos años después, MSF trabajamos en el estado de Roraima durante un brote de malaria y, más recientemente, apoyamos a comunidades indígenas durante la pandemia de COVID-19. Este involucramiento refleja el compromiso histórico de la organización con la ampliación del acceso a la atención médica para los pueblos indígenas en Brasil.

A medida que las actividades en Roraima llegaban a su fin, los esfuerzos se centraron en garantizar una transición responsable y sostenible. MSF proporcionamos formación a profesionales de la salud y miembros de la comunidad para facilitar una transferencia fluida de responsabilidades médicas y operativas.

“El proceso de transición es una oportunidad para asegurar que el progreso de los últimos años pueda seguir beneficiando a las comunidades indígenas aquí en el futuro”, añadió Damaris Giuliana, coordinador de proyectos de MSF en Roraima. “Llegamos con conocimientos sobre enfermedades y tratamientos en contextos no indígenas y aprendimos sobre enfermedades espirituales y las curas realizadas por chamanes. Seguimos comprometidos a compartir el conocimiento adquirido en Roraima para que futuras iniciativas, dentro y fuera de MSF, puedan aprovechar esta experiencia”, concluyó.

 

Acerca de MSF en Brasil

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado trabajando en Brasil desde principios de los años 90, respondiendo a epidemias, apoyando necesidades médicas de emergencia y fortaleciendo los sistemas de salud en colaboración con comunidades e instituciones locales.

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