Un regreso a la vida para las víctimas de quemaduras en Haití

En Haití, las quemaduras graves son frecuentes, particularmente por accidentes domésticos e incendios provocados por los enfrentamientos violentos, algo cada vez más común en Puerto Príncipe. 

Stanley Léveillé conversa con Marco Ellena, responsable de actividades médicas de MSF en la unidad de quemados del hospital de MSF en Tabarre. Ingresó en septiembre de 2024 tras ser víctima de la explosión de un camión cisterna y sufrir quemaduras graves.
Stanley Léveillé conversa con Marco Ellena, responsable de actividades médicas de MSF en la unidad de quemados del hospital de MSF en Tabarre. © MSF/Marx Stanley Léveillé

“Pensé que iba a morir en las llamas”, confiesa Jordan, quien sufrió quemaduras en el 60% de su cuerpo por la explosión de un camión de combustible en Miragoâne, en el suroeste de Haití. Como él, otros dos sobrevivientes reciben atención desde hace meses en el hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Tabarre, la única instalación en el país especializada en el tratamiento de víctimas de quemaduras. 

El 14 de septiembre de 2024, explotó dicho camión en Miragoâne. El incidente dejó más de 15 muertos y unos 40 heridos. Entre los sobrevivientes estaban Jordan, Emmanuel y Stanley, tres conductores de mototaxi. “Ese día, otro conductor vino a decirme que un camión de combustible estaba goteando. Tomé mi moto y me fui, como muchos otros. Solo queríamos conseguir algo de gasolina”, cuenta Stanley, de 33 años. 

 

Un fisioterapeuta durante una sesión con un paciente quemado en el hospital de MSF en Tabarre.
Un fisioterapeuta durante una sesión con un paciente quemado en el hospital de MSF en Tabarre. © MSF/Marx Stanley Léveillé

 

Jordan, Emmanuel y Stanley estaban a dos o tres metros del camión cuando la explosión los lanzó violentamente hacia atrás. “Rodé por el suelo para apagar las llamas de mi cuerpo. Parecía que duraba una eternidad. El dolor era insoportable. Vi a otros hombres corriendo, con los cuerpos ennegrecidos, gritando. Supe de inmediato que estaba gravemente quemado”, recuerda Emmanuel. 

“Con esa gasolina, podría haber viajado más, trabajado más, ganado un poco más para alimentar a mi familia”, explica Jordan. 

 

Un camino de tratamiento lleno de obstáculos 

En Haití, las quemaduras graves son frecuentes, particularmente por accidentes domésticos e incendios provocados por los violentos enfrentamientos entre grupos armados, autoridades nacionales y grupos de autodefensa civil, algo cada vez más común en Puerto Príncipe. 

En el país, las instalaciones capaces de tratar a pacientes víctimas de quemaduras graves son casi inexistentes. A esto se suma la creciente inseguridad en Puerto Príncipe, que bloquea carreteras e interrumpe el suministro de medicamentos, equipos médicos y combustible. Al mismo tiempo, la migración de profesionales de la salud al extranjero agrava la escasez de personal médico, sobre todo de especialistas. 

En este contexto, los pacientes a veces deben recorrer largas distancias para recibir tratamiento. “Mi vecino nos llevó al hospital Sainte Thérèse. Pero no pudieron hacer nada. Luego fuimos al hospital Beraccat, donde me pusieron suero y algunas vendas, pero no fue suficiente. Después al hospital Saint Boniface, y luego a otro, todo en un solo día. Finalmente, me trasladaron por aire al hospital de MSF en Tabarre”, cuenta Emmanuel. 

 

Un paciente con quemaduras recibe una sesión de fisioterapia en el hospital de MSF en Tabarre.
Un paciente con quemaduras recibe una sesión de fisioterapia en el hospital de MSF en Tabarre. © MSF/Marx Stanley Léveillé

 

Atención única a quemaduras graves en el país 

Médicos Sin Fronteras abrimos por primera vez una unidad de atención a quemaduras en el hospital Drouillard, antes de trasladarla al hospital de trauma de Tabarre en 2021 por razones de seguridad. Hoy, la instalación cuenta con 30 camas dedicadas a pacientes con quemaduras, y brinda atención integral: cirugía reconstructiva, injertos de piel, cuidados postoperatorios, fisioterapia, fabricación de máscaras de compresión en 3D y apoyo en salud mental. En 2024, más de 400 víctimas fueron tratadas allí. 

“Cuando llegué, ni siquiera podía mover un brazo. Hoy, puedo volver a caminar. Recibí tratamiento, medicamentos, injertos, curaciones cada tres días, antibióticos, ejercicios de fisioterapia, apoyo psicológico… Sin el apoyo de MSF, dodo esto está fuera del alcance de alguien como yo”, dice Emmanuel. 

 

Víctimas gravemente quemadas, aisladas ante la inseguridad 

La duración, particularmente larga, del tratamiento representa otro desafío para los pacientes víctimas de quemaduras. Debido a la inseguridad, muchos se encuentran aislados en el hospital, privados de la presencia de sus seres queridos. Los bloqueos de carreteras por parte de grupos armados limitan el acceso a la capital, donde se producen enfrentamientos violentos. 

Después de meses en el hospital, Stanley hizo un viaje de ida y vuelta a Miragoâne en marzo, equipado con su máscara de compresión 3D, para ver a su familia. “Llevaba más de cinco meses sin verlos por culpa de la inseguridad. El viaje es demasiado arriesgado, demasiado caro. Mi madre vino una vez a pesar de todo. Cuando me vio, se quedó impactada. Pero en marzo, cuando vio que mi rostro recuperaba color con la máscara, recuperó la esperanza. Y yo también”. 

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