Voz del Terreno: “Me cuesta creer que tal nivel de horror sea posible”

Ana María, psicóloga de MSF y asesora de salud mental, tiene una larga experiencia en atención a personas supervivientes de incidentes violentos. Pero las atrocidades que se producen en la región minera de Ituri, en el este de la República Democrática del Congo, la dejó horrorizada.

Ana María, psicóloga de MSF y asesora de salud mental, tiene una larga experiencia en atención a personas supervivientes de incidentes violentos. Pero las atrocidades que se producen en la región minera de Ituri, en el este de la República Democrática del Congo, la dejó horrorizada.

“En los alrededores de Nia Nia, en el este de la Provincia Oriental de Congo, se han producido desde abril violentos ataques asociados a la extracción de oro y diamantes. Diferentes grupos de furtivos armados intentan desde hace décadas aprovecharse de la economía ilegal que rodea a las minas de la reserva de vida salvaje de Okapi, pero actualmente tiene lugar un pico de violencia que es del todo excepcional.”

Un verdadero infierno
“Me impactó mucho lo que la gente me contó. Describen lo que han vivido como un infierno. Pensaba que lo había escuchado todo sobre lo que la gente puede sufrir. Me cuesta creer que tal nivel de horror sea posible. Es como si los peores vicios humanos tuviesen como misión destruir, degradar, humillar y deshumanizar. Algunas de las mujeres víctimas fueron utilizadas como esclavas sexuales a veces durante meses, y fueron agredidas sexualmente por varios hombres varias veces al día, y a menudo delante de sus padres, maridos o parientes. Y no sólo son mujeres, también he conocido a niños y hombres que habían sido agredidos sexualmente.”

El abuso afecta a todo el mundo
“No es sólo violencia sexual, también hay otros tipos de violencia. Todos los que trabajan en las minas ha experimentado algún tipo de abuso. Es raro encontrar a personas que no hayan estado expuestas a la violencia, ya sea contra ellos o contra otros.

Los mineros que habían construido campos en el corazón del bosque han huido a ciudades cercanas como Nia Nia para buscar ayuda tras haber sido atacados o por temor a más agresiones. La economía de Nia Nia depende casi por completo del comercio de oro y diamantes, y casi todos los víveres se importan, incluidas el agua y la comida. Es un lugar pobre con pocos trabajos o actividades económicamente rentables, así que el precio que pagan las víctimas de la violencia es la pérdida de sus medios de vida. “

Comunidad acogedora
“Los desplazados apenas son visibles en la ciudad, aunque ahora constituyen una cuarta parte de la población de Nia-Nia. No se han construido refugios temporales, sino que los acogen parientes, conocidos o incluso personas extrañas que les han abierto sus puertas. La situación es cambiante. Cada dos semanas llegan a Nia Nia nuevos desplazados, mientras que otros regresan a las minas para mantener su sustento mínimo.
Las víctimas no han sido estigmatizadas por la población en Nia Nia, todo lo contrario. Los acogen, apoyan y escuchan. Me impresionó la resiliencia de las personas y los mecanismos que ha creado la comunidad. “

Necesidades de salud mental
“Al llegar a Nia Nia, el equipo de MSF empezó a prestar atención primaria de salud gratuita e identificó las necesidades de salud mental para establecer servicios de apoyo psicológico. Desde entonces, muchas personas han venido a nuestro centro, generalmente acompañadas por otros supervivientes de la violencia o por vecinos. Las víctimas de violencia, especialmente de violencia sexual tienen acceso a asesoramiento psicológico y atención especializada gracias al servicio de MSF.”

“Sin embargo, la naturaleza de la violencia sexual hace que la provisión de asistencia a estas personas sea más difícil. La profilaxis posterior a la exposición -que protege contra el VIH, las infecciones de transmisión sexual y el embarazo- sólo es totalmente efectiva si se administra en las primeras 72 horas tras la agresión, así que las mujeres utilizadas como esclavas sexuales durante meses se ven privadas de esa atención fundamental. “

Trauma prolongado
“Meses después de haber sido agredidas, los supervivientes siguen padeciendo traumas físicos y psicológicos. Muchos padecen dolor y heridas infectadas, así como estrés, depresión y pesadillas.
Las personas que sobreviven afrontan una constante sensación de estar viviendo en una situación de inseguridad, sin saber lo que pasará al día siguiente, lo cual aumenta el estrés que padecen.”

Horrorizados
“Todo el equipo está horrorizado por las atrocidades sufridas por la gente. Creo que tenemos el deber de denunciar lo que está ocurriendo ahora mismo en Nia Nia y tenemos que romper el silencio para ayudar a la población. “

“Aunque la violencia y la violencia sexual no son nada nuevo en RDC, estas atrocidades no son normales para las víctimas. Nadie debería tener que aceptar tal nivel de violencia.”

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