Salud Mental

Nuestros equipos en Ucrania brindan atención en salud mental a las personas que han huido de los intensos enfrentamientos en el sur y este de Ucrania. © Faris Al-Jawad

Desde hace más de 20 años, MSF reconoció formalmente la necesidad de implementar la salud mental y de realizar intervenciones psicosociales como parte de su trabajo de emergencia. Para las personas que han pasado eventos terribles, las consecuencias psicológicas pueden ser graves.

Tras el terremoto de Armenia de 1989, Médicos Sin Fronteras (MSF) puso en marcha su primer programa de salud mental. Actualmente, MSF desarrolla actividades en este campo en gran parte de sus proyectos en más de 80 países, incluyendo México y Honduras. 
MSF proporciona ayuda médica de emergencia en catástrofes en todo el mundo – en conflictos armados, desastres naturales, hambrunas y epidemias. El personal médico y de enfermería de MSF ofrece tratamiento para dolencias físicas: atienden a personas heridas de guerra, proporcionan rehidratación a pacientes de cólera, realizan cesáreas de emergencia, etcétera. Pero durante más de 20 años, MSF también ha estado cuidando de la salud mental de sus pacientes.
Hoy, la salud mental es un componente integrado en los proyectos médicos de MSF y seguimos impulsando con fuerza la integración de la salud mental en la estrategia médica en general y en la atención primaria en particular: queremos asegurar una comunicación eficiente y positiva con nuestros y nuestras pacientes para identificar estos trastornos y poder tratarlos desde la atención primaria, mediante intervenciones psicológicas y farmacológicas cuando se requieran. El personal de psicología y psiquiatría de la organización ofrecen atención en salud mental en zonas donde no hay acceso a este tipo de asistencia. En 2020, el personal de MSF realizó 349,500 consultas individuales de salud mental.
MSF reconoce la necesidad de implementar la salud mental y de realizar intervenciones psicosociales como parte de su trabajo de emergencia. Para las personas que han pasado eventos terribles, las consecuencias psicológicas pueden ser graves.

¿Cómo cuida MSF la Salud Mental?

La atención psicológica va dirigida a las personas que padecen problemas tras actos de violencia y pérdidas debidas a situaciones de conflicto, guerra, catástrofe, epidemias o violencia sexual. Las guerras y otros desastres de gran envergadura tienen un gran impacto en la salud mental y el bienestar psicosocial de la población afectada.
También se dirige a las personas que reciben tratamiento por afecciones médicas como enfermedades crónicas (tuberculosis o VIH/sida) o que tras ser intervenidas quirúrgicamente presentan signos de sufrimiento psicológico; y también a quienes sufren desnutrición, a personas migrantes indocumentadas y refugiadas, o en epidemias de Marburg y Ébola, entre otros.
MSF ayuda a las personas a aumentar sus mecanismos de afrontamiento, a reconstruir sus sistemas de apoyo, además de diagnosticar y tratar los trastornos mentales. Éste apoyo se orienta prioritariamente hacia problemas accesibles a una intervención psicoterapéutica a corto y medio plazo, que resulta eficaz en el caso de los siguientes problemas: trastornos psicotraumáticos (estados de shock, recuerdos intrusivos…); ansiedad (fobias…); depresiones (pérdida de la autoestima, pensamientos suicidas, duelo) y manifestaciones sintomáticas dolorosas e invalidantes.

Depresión y ansiedad

La depresión y la ansiedad pueden inmovilizar a las personas, justo en el momento en que deben tomar decisiones sobre ellos mismos y sobre sus familias.
La atención en salud mental de MSF apunta principalmente a reducir los síntomas de las personas y mejorar su capacidad para funcionar. A menudo, este trabajo es realizado por consejeros y consejeras locales especialmente capacitadas por MSF. El personal de psicología y psiquiatría de MSF proporciona apoyo técnico y supervisión clínica.
Cuando es pertinente, los servicios de asesoramiento de MSF pueden reforzar o complementar los enfoques de salud mental que ya existen en las comunidades locales. En ciertos contextos en los que intervenimos, la red local no puede ocuparse de las personas que padecen problemas psíquicos. MSF se emplea para incluir el apoyo psicológico en el paquete asistencial prestado en las estructuras médicas en funcionamiento.
Al mismo tiempo, personal médico especializado trata las enfermedades mentales graves. Sin embargo, estas representan sólo un pequeño porcentaje de los casos que MSF atiende.
Las necesidades son altas, y MSF continúa expandiendo sus programas de salud mental. El año pasado, 2020, los equipos de salud mental de MSF realizaron más de 349,500 consultas individuales  de salud mental en todo el mundo.
El apoyo psicológico que prestan los equipos de MSF va dirigido principalmente a las personas más afectadas, o a las más vulnerables, que presentan síntomas o trastornos psíquicos de forma prolongada y problemas que pueden incapacitar seriamente su funcionamiento cotidiano y el soportar un intenso sufrimiento.
En paralelo, los equipos trabajan para dar información sobre posibles signos, síntomas, riesgos y mecanismos de resiliencia y en la prevención de la aparición de los síntomas y trastornos psicosociales, y en la formación de equipos sanitarios, educadores, líderes comunitarios y otros actores claves, en temas básicos ligados al bienestar de la población.
youtube://v/nDRxt7-oZtU
Las y los pacientes aquejados de enfermedades crónicas graves como el VIH o la tuberculosis resistente se encuentran en un estado debilitado debido al descubrimiento de su enfermedad y a los trastornos físicos y psicológicos que comporta tener que enfrentarse a ella. Algunos tratamientos específicos de estas enfermedades van acompañados de efectos secundarios de naturaleza psíquica, en particular signos depresivos, que no hay que descuidar. La necesidad de tenerles en cuenta pretende aliviar a los pacientes de sus síntomas, apoyarles psicológicamente durante un tratamiento que suele ser largo y estresante, o incluso descorazonador, a fin de atenuar el impacto de la enfermedad sobre las y los pacientes.

Incremento de la capacidad para atender casos de Salud Mental

La gente busca ayuda por muchas razones -la pérdida agónica de un niño en un terremoto, el trauma de la violencia sexual, quedar atrapados en un conflicto violento. Las y los profesionales en salud mental de MSF, escuchan sus historias, y les ayudan a encontrar mecanismos para que puedan hacer frente a situaciones traumáticas y seguir adelante con sus vidas.
Tratar a las personas gravemente traumatizadas sigue siendo un reto para los equipos de MSF, dada la complejidad de la gestión de medicamentos psiquiátricos. El aumento de la capacidad de los equipos para ofrecer tratamiento para estas enfermedades sigue siendo una prioridad para MSF.
La creación de programas de salud mental en situaciones de emergencia no es sencilla, sobre todo cuando las causas de la violencia y el trauma están en curso. A veces es difícil garantizar la continuidad de la atención en los entornos inestables y peligrosos, o para poblaciones en movimiento, como las personas refugiadas y migrantes.

MSF y la salud mental

Consideramos que la salud mental es una respuesta esencial al sufrimiento humano: por eso creemos que debe ser parte integral de la ayuda humanitaria y de los cuidados médicos. Proporcionamos este tipo de atención en contextos de conflicto armado, violencia y desplazamiento; marginación y negligencia social; desastres naturales; y como apoyo a otras condiciones médicas como las enfermedades crónicas (VIH/sida, tuberculosis), epidemias (Ébola) y crisis nutricionales.
Dado que los trastornos más habituales pueden ser de orden psicológico o social, nuestra respuesta tiene en cuenta tanto a los individuos como a su comunidad: se trata de un enfoque psicosocial. Además, ofrecemos ayuda psicológica temprana, cuyo objetivo es reducir el riesgo de problemas psicológicos a largo plazo.
Nos centramos en apoyar a las y los pacientes y a la comunidad para que creen sus propias estrategias de adaptación tras una experiencia traumática. Nuestros equipos de psicología y asesoría les ayudan a hablar de sus vivencias y a procesar sus sentimientos con el fin de reducir los niveles de estrés general: escuchando, fomentando su expresión verbal y emocional, acompañando en el dolor, movilizando y reforzando sus mecanismos de respuesta personales, familiares y sociales, y ayudando a normalizar la situación y a restablecer los sentimientos de seguridad, confianza, autoestima y esperanza.
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Las sesiones pueden ser individuales o en grupo pueden realizarse a través de una sesión única en aquellos casos donde la continuidad no sea posible (por ejemplo, una clínica móvil puntual para atender a una población en movimiento); mediante sesiones esporádicas (clínicas móviles regulares); o mediante un programa estable (a través de consulta externa, hospitalización, intervenciones comunitarias, etc.). De forma complementaria, realizamos sesiones de promoción de la salud mental, para promover hábitos saludables y prevenir trastornos mentales en las poblaciones expuestas a crisis.
En los últimos años también estamos integrando la atención psiquiátrica en centros de salud y hospitales, capacitando a médicos generalistas en la atención de casos que no requieren un mayor nivel de complejidad.

 

Página actualizada por última vez el 6 de octubre de 2021

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