Mediterráneo: “no puedo evitar hablar sobre lo que estoy viendo aquí”

“Los endebles botes de goma en los que meten a personas desesperadas no tienen ninguna posibilidad de llegar a Europa.”

Hace poco, Mark se unió al equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) a bordo del MV Aquarius, un barco de búsqueda y rescate en el Mediterráneo que es gestionado por MSF en colaboración con SOS Méditerranée.
 
"Nunca había escrito una entrada de blog. No se me hace fácil hacerlo porque suelo ser una persona muy reservada. Pero no puedo evitar compartir lo que estoy viendo aquí. 
 
Este desplazamiento de personas es increíble. Después de quién sabe cuánto tiempo viajando a través del desierto, atravesando muchos obstáculos, buscando una vida mejor o simplemente después de haber sido desplazados hacia el norte debido a políticas, economía o inseguridad insoportables, llegan a Libia o a alguna costa; prácticamente son apátridas. 
 
Probablemente están viendo el mar por primera vez.
 
Tal vez fueron expulsados de algún centro de detención de migrantes en alguna parte de Libia.
 
Y se hacen camino a través de este masivo cuerpo de agua que realmente es un abismo, a bordo de un maloliente bote de goma con un motor deficiente. Pudo haber una época en la que el objetivo de los traficantes era dirigir los botes hacia Europa, pero ahora no parecen preocuparse por eso. Los endebles botes de goma en los que meten a personas desesperadas no tienen ninguna posibilidad de llegar a Europa.
 
El bote que encontramos hoy estaba lleno de agua. En él viajaban 130 personas empapadas y temblorosas, algunas estaban enfermas y no llevaban nada salvo la ropa mojada que traían puesta. En nuestro primer rescate desde que llegué, me preocupé porque estábamos tirando todas sus ropas. No protestaron, sólo se pusieron la muda que les dimos. No llevaban cartera, ni documentos, ni nada.
 
Algunas personas están cubiertas de combustible, así que deben desnudarse mientras nuestro equipo los ducha para prevenir quemaduras de combustible. No puedo ni imaginar lo que están sintiendo: miedo, esperanza, desesperación. Se dirigen una vez más hacia una tierra desconocida y nada hospitalaria. Deben tener mucha esperanza pero, más que nada, deben sentir mucha desesperación.  
 
Llega el momento de transferirlos a otro barco. Usaremos nuestros pequeños botes de rescate para llevarlos hacia la otra embarcación. Todos estamos en la cubierta, alegres y deseándoles buena suerte y un buen viaje. Yo no estoy seguro de qué estoy pensando, pero estoy sorprendido. Los contrastes con los que me encuentro en este trabajo siempre me son sorprendentes, pero hoy estoy impactado.
 
Bajan por la escalera para dirigirse hacia nuestros pequeños botes, van de nuevo hacia el impredecible mar. No sabemos qué destino les depara. Para mí, la imagen que se quedará en mi mente será está: los refugiados agotados y olvidados bajando por la escalera en la oscuridad de la noche, de regreso hacia el mar del que fueron salvados.
 
Es una escena dramática. Hace demasiado frío y los refugiados están en la cubierta con poca protección. Estamos trabajando para mejorar eso. 
Esta noche transferimos a nuestros 150 huéspedes al barco de la marina italiana, así que estamos solos otra vez. Eso es bueno, significa que podemos quedarnos más tiempo en la zona de rescate para poder salvar a más personas. 
 
El verano pasado nuestro barco llegó a tener a 720 personas rescatadas a bordo, cuando las condiciones no eran tan extremas y era posible llenar al máximo la cubierta del Aquarius. Ahora no podemos hacer eso debido a los fuertes vientos invernales. Probablemente nos limitaremos a llevar a menos de 550 huéspedes a bordo. De cualquier forma, llevamos a la mayor cantidad de personas posible*."
 
*Nota: poco después de que Mark escribiera este texto, el equipo a bordo del MV Aquarius rescató a 785 personas, nunca había tenido a tantos huéspedes.  
 

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