Afganistán: “Es difícil saber que somos algo menos”

MSF condena la decisión del Emirato Islámico que prohíbe a las mujeres trabajar para organizaciones no gubernamentales en Afganistán
Una trabajadora de la salud de MSF inspecciona el equipo de una sala dedicada al cuidado de mujeres que se han sometido a una cesárea en el hospital de Khost. © Oriane Zerah

El futuro de las pacientes y trabajadoras de la salud en Afganistán se ve amenazado por el reciente decreto emitido por el Ministerio de Economía que prohíbe a las mujeres trabajar para organizaciones no gubernamentales (ONG).  

Aunque las trabajadoras de la salud, incluido el personal de MSF, están actualmente exentas de la prohibición, no hay garantía formal de que puedan continuar trabajando sin obstáculos. En un contexto de alta dependencia del apoyo humanitario y no gubernamental, la participación de trabajadoras de ONG en la prestación de servicios de salud es una necesidad absoluta. Las mujeres representan más del 51 por ciento del personal médico de MSF en Afganistán.  

Después de que Médicos Sin Fronteras (MSF) condenara la decisión del Emirato Islámico en un comunicado de prensa el 29 de diciembre de 2022, algunas de las empleadas de la organización expresaron sus temores por el futuro y su frustración.  

“En el hospital tenemos a muchas pacientes que son mujeres. Cuando se enferman o necesitan dar a luz a sus bebés, deben tener un lugar a donde ir. Si los talibanes impiden que el personal femenino trabaje, nadie podrá cuidar de ellas, asevera Farzaneh1, una empleada afgana de MSF. “La salud de una mujer afecta la salud de toda su familia: si no hay acceso a servicios prenatales y posnatales, la vida de los niños y  niñas también estará en riesgo. Esta prohibición no afectará solo a las mujeres. Afectará al país”.  

Otro integrante del personal de MSF dice: “Si esta prohibición se extiende a las trabajadoras de la salud, las cosas también serán muy difíciles para las pacientes. Muchas familias no aceptarán que las mujeres sean tratadas por hombres. Todo esto puede perjudicar a las mujeres afganas de varias formas, incluido incluso un aumento de la mortalidad materna e infantil”.  

Además de exacerbar los problemas existentes de acceso a la asistencia humanitaria, la prohibición del Emirato Islámico agrava una situación social y económica desesperada en un país paralizado por el desempleo y las sanciones impuestas por gobiernos extranjeros y, en particular, por la administración estadounidense, que todavía controla muchos de los fondos del Banco Central Afgano.  

“En mi familia hay 7 personas que dependen de mí. Si me quedo sin trabajo, nadie podrá mantener a la familia”, explica Benesh, otra trabajadora de MSF de Afganistán. “Muchas mujeres en Afganistán son el sostén de sus familias porque los hombres no pueden trabajar, han huido del país o han muerto. Todos los días pienso mucho en lo que haría si ya no me permitieran trabajar”.  

Las mujeres, niños y niñas se encuentran entre los grupos más vulnerables de Afganistán, y las preocupaciones planteadas por el personal femenino de MSF se hacen eco de las de otras mujeres afganas.  

“La reciente prohibición ya ha causado problemas psicológicos a muchas mujeres y sus familias. Tememos que cada día de trabajo pueda ser el último. Llegar a las oficinas parece cada vez más difícil. Ya veo que la gente en los puestos de control busca cualquier excusa para impedir que las mujeres se muevan libremente. Por ejemplo, mi hermana estuvo enferma recientemente y cuando viajaba a nuestro hospital para un chequeo, no le permitieron ir porque no tenía un mahram (acompañante). Se quedó allí durante unos 50 minutos, afuera en el frío. Cuando llegó mi hermano, les permitieron salir. Es difícil saber que somos algo menos”, explica una trabajadora. 

“También me gustaría decir una cosa a las personas que puedan estar leyendo esto: por favor, no se olviden de las mujeres en Afganistán”, pide Soraya, otra colega afgana. “Ninguna sociedad puede funcionar bien sin mujeres y hombres. Todas las personas debemos involucrarnos en nuestras comunidades para mejorar las cosas”.  

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