Alcanzan uno de nuestros centros de salud durante un ataque aéreo en Sudán del Sur

El centro de salud que Médicos Sin Fronteras (MSF) tenemos en la ciudad de Pieri fue alcanzado durante un ataque aéreo en la mañana del miércoles 3 de diciembre, en el estado de Jonglei, Sudán del Sur. Tras el ataque y la retirada del helicóptero artillado, nuestros equipos en MSF encontraron balas que impactaron en la infraestructura. Además del de Pieri, nuestros equipos presenciaron nuevos ataques aéreos en Lankien, donde también gestionamos centros de salud, pero sin daños directos en la infraestructura.

 

Balas encontradas en un centro de salud de MSF que fue alcanzado y dañado durante un ataque aéreo la mañana del 3 de diciembre en la ciudad de Pieri, estado de Jonglei, Sudán del Sur, diciembre de 2025. © MSF[/caption]

 

En ambos lugares, todo el personal de Médicos Sin Fronteras está a salvo y no se han reportado víctimas entre la comunidad local relacionadas con los ataques aéreos. MSF es el único proveedor de atención médica que apoya a los grupos vulnerables (mujeres, niñas y niños) en Pieri, y el hospital de MSF en Lankien es el único centro de atención secundaria que brinda atención vital en la región. 

En 2025, en MSF sufrimos varios ataques que obligaron al cierre de los hospitales de Old Fangak y Ulang en mayo y junio, y a la suspensión de las actividades de atención primaria en Jonglei, Nilo Alto y Equatoria Central. 

“El reciente ataque aéreo muestra un patrón profundamente preocupante: los centros de salud son atacados repetidamente durante ataques persistentes. Exigimos la protección inmediata de la infraestructura médica, el personal y los pacientes en Sudán del Sur”, declaró Emmerson Gono, jefe adjunto de misión de MSF en Sudán del Sur. 

MSF gestionamos uno de nuestros programas de asistencia más grandes a nivel mundial en Sudán del Sur, respondiendo a las numerosas necesidades sanitarias derivadas del conflicto en curso, el desplazamiento, las inundaciones recurrentes y los brotes de enfermedades.  

Todas estas problemáticas se ven agravadas por la marcada disminución de la financiación internacional para programas humanitarios y de desarrollo, y la precaria situación del sistema nacional de salud.