Así combatimos la desnutrición y la malaria en Angola

MSF responde a la desnutrición y malaria en niños y niñas de Angola
Domingas Luciana y sus dos hijas, Florença Lucinda (izquierda) y Felipa Massangua (derecha), visitan a menudo la clínica móvil de MSF en la comunidad de Camassissa, en la provincia de Huila, Angola. ©MSF/Mariana Abdalla

La desnutrición y la malaria son comunes entre las comunidades remotas de Angola, especialmente durante los picos de sequía y fuertes lluvias.

Las mujeres y sus hijos e hijas son las más afectadas. Durante el último año, Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos colaborado con las autoridades sanitarias locales para reducir el impacto de estas enfermedades en las provincias de Huíla y Benguela.

“Es difícil llegar al centro de salud, tardo dos horas caminando”, explica Domingas Luciana. Su hija, Florença, fue atendida en una clínica móvil de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la comunidad de Camassissa. Esta es una zona remota de la provincia de Huíla, en el suroeste de Angola. “Mi hija nació muy flaca y no mejoraba”, añade Luciana.

Florença fue diagnosticada con desnutrición aguda severa y malaria. Por eso fue admitida en el programa ambulatorio de desnutrición de MSF en el hospital local. También le dieron medicamentos para la malaria. En solo tres semanas, su salud mejoró mucho. “Desde que la traje a esta clínica móvil y al hospital, para hacer seguimiento, Florença ha mejorado. Me alegra mucho ver que mi bebé se recupera”.

MSF responde a la desnutrición y malaria en niños y niñas de Angola
Un trabajador de salud comunitario examina a un niño para detectar desnutrición en Cuvango, provincia de Huila, Angola. ©MSF/Mariana Abdalla

 

Llegar a las madres, sus hijos e hijas en comunidades remotas

Con frecuencia las niñas y niños sufren desnutrición y malaria al mismo tiempo. La malaria, una enfermedad mortal transmitida por mosquitos, tiene una gran prevalencia en Angola y fue diagnosticada en el 80 por ciento de las más de 29,800 consultas médicas que nuestros equipos realizaron entre febrero y junio de 2023 en los municipios de Chipindo y Cuvango de la provincia de Huíla.

Si no se trata, la malaria puede conllevar graves consecuencias —particularmente en niñas y niños pequeños— y en algunas partes de Huíla es un desafío hacer diagnóstico y tratamiento a tiempo.

“Aquí muchas comunidades viven muy lejos de un centro de salud”, explica Isabel Severino, supervisora de promoción de la salud y participación comunitaria de MSF en Cuvango.

Para llegar a las personas que viven demasiado lejos de los centros de salud, en MSF llevamos realizamos clínicas móviles. También capacitamos a trabajadores de salud comunitarios para tratar casos leves de malaria y de otras enfermedades en sus propias comunidades. Estos trabajadores también identificaban a las niñas y niños que necesitaban de atención adicional para que fueran derivados a alguna de las 17 estructuras de salud que apoyamos desde MSF.

“Por lo general, las mujeres acuden a mí porque son las que cuidan a las niñas y niños. Yo cuido a sus hijas e hijos como si fueran míos, afirma Joana Mandavela, trabajadora de salud comunitaria en Cuvango.

Desde MSF apoyamos un sistema de derivación con motocicletas, conocidas localmente como “kaleluias”, para transportar a las madres y sus hijos a los centros de salud. Durante el tiempo que estuvo en marcha, este sistema de referencia sirvió para trasladar a 300 pacientes.

MSF responde a la desnutrición y malaria en niños y niñas de Angola
En la provincia de Huila, Angola, MSF apoya un sistema de derivación adaptado con motocicletas, conocidas localmente como “kaleluias”, para transportar a las madres y sus hijos. © MSF/Mariana Abdalla

 

Apoyar la recuperación de los niños y niñas en las estructuras de salud

Las niñas y niños con desnutrición aguda moderada y severa eran incorporados a un programa ambulatorio de MSF. Allí recibían alimentación terapéutica, y kits de ayuda compuestos por mantas, vasos y jabón. Los menores que se encontraban en estado crítico eran admitidos en la unidad de desnutrición del hospital.

En total, nuestros equipos trataron a 710 niñas y niños con desnutrición aguda, incluida Rosa, de dos años. “Cuando Rosa ingresó en el Hospital Municipal de Cuvango tenía ampollas por todo el cuerpo”, recuerda Isabel Zua, psicóloga de MSF. “Pasaba mucho tiempo en la cama y perdió parte de su movilidad. Después de algunas semanas, cuando comenzó a mejorar, hicimos psico-estimulación con ella. Al cabo de dos sesiones ya se notaba una gran diferencia”.

Los psicólogos como Isabel intentan restablecer la movilidad, la cognición, la confianza y el vínculo entre madre e hijo después de que un niño haya estado en estado crítico durante un período prolongado. “Ella está mucho mejor y yo, muy feliz”, dice Paulina Kassombo, la madre de Rosa.

 

Capacitación de trabajadores y creación de estructuras duraderas

Más allá del trabajo médico, los equipos de logística y de agua y saneamiento de MSF también rehabilitaron estructuras de salud y zonas de desechos, y completaron otros proyectos de construcción. Entre ellos está la reconstrucción de un importante puente que había sido destruido por el uso y que conectaba más de 10 aldeas remotas con el centro de salud de Galangue.

También capacitamos a decenas de sanitarios del Ministerio de Salud y trabajadores comunitarios en varios centros de salud. Hacemos énfasis en el tratamiento de la malaria y la desnutrición, así como en el manejo de pacientes en estado crítico.

“La mejor manera de prevenir enfermedades a largo plazo es dejando conocimientos y herramientas que ayuden a transformar el comportamiento y las prácticas de los profesionales médicos y la comunidad local”, asegura Luis Montiel, coordinador de emergencias de MSF para Huíla.

MSF responde a la desnutrición y malaria en niños y niñas de Angola
Rosa ingresó con desnutrición severa, estaba cubierta de ampollas dolorosas y no podía caminar. Ahora, con las sesiones de psicoestimulación, ha podido recuperar su movilidad. © MSF/Mariana Abdalla

 

Tras tres años consecutivos de sequía severa y con una alta inflación de los productos alimentarios en Angola, en 2021 las agencias de la ONU alertaron de que estos factores podrían tener un impacto en la desnutrición infantil, particularmente en las provincias del sur del país. Desde MSF realizamos evaluaciones e iniciamos actividades médicas en varios lugares de Angola en 2022.

En Huíla, las evaluaciones rápidas de nutrición no mostraron una tasa alarmante de desnutrición. Y la sequía en los últimos meses no fue tan grave como se había pronosticado inicialmente. Sin embargo, las tasas de malaria entre la población eran muy altas y las comunidades remotas afrontaban muchos desafíos para acceder a la atención médica.

En esta provincia, los equipos de MSF dejaron de hacer clínicas móviles a finales de mayo y traspasaron al Ministerio de Sanidad su apoyo a los centros de salud locales en junio. Como parte de este traspaso, MSF donó suministros, motocicletas y triciclos motorizados para garantizar que las derivaciones de pacientes pudieran seguir realizándose.

Médicos Sin Fronteras seguimos presente en la provincia de Benguela desde abril de 2022.

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