Crisis de desnutrición en Nigeria: “Esto es una emergencia”

Desde junio, más de 400 niños y niñas con desnutrición grave han sido hospitalizados cada semana, mientras que más de 1,400 han recibido atención ambulatoria semanalmente.

Binta Abdulraziqu junto a sus hijos gemelos, quienes fueron ingresados ​​por desnutrición aguda grave en el centro de nutrición terapéutica para pacientes hospitalizados de Maiyama. Estado de Kebbi, Nigeria, agosto de 2025.
Binta Abdulraziqu junto a sus hijos gemelos, quienes fueron ingresados ​​por desnutrición aguda grave en el centro de nutrición terapéutica para pacientes hospitalizados de Maiyama. Estado de Kebbi, Nigeria, agosto de 2025. © Abba Adamu Musa/MSF

En el norte de Nigeria se está desatando una devastadora crisis de desnutrición. Katrin Kisswani, enfermera y presidenta de Médicos Sin Fronteras (MSF) Bélgica, regresó de Kebbi, un estado en el noroeste del país. Aquí comparte lo que el equipo presencia día tras día.

 

Katrin Kisswani, junto a Rukayya y su hija Hamida, de 21 meses, en el Centro de Alimentación Terapéutica para Pacientes Internados Sir Yahaya, en el estado de Kebbi, Nigeria. © Abba Adamu Musa/MSF
Katrin Kisswani, junto a Rukayya y su hija Hamida, de 21 meses, en el Centro de Alimentación Terapéutica para Pacientes Internados Sir Yahaya, en el estado de Kebbi, Nigeria. © Abba Adamu Musa/MSF

 

“Apenas estaba consciente cuando llegamos”, dice Rukayya, acunando a su pequeña hija en su regazo. Hamida tiene casi dos años, me cuenta. Cuando llegaron al Hospital Sir Yahaya en Kebbi hace una semana, las llevaron directamente a urgencias. Tras una evaluación rápida, Hamida ingresó en el centro de nutrición terapéutica para pacientes hospitalizados de MSF. Su diagnóstico fue el mismo que el de todos los niños y niñas ingresados ​​aquí: desnutrición aguda grave. 

Durante los últimos 20 años, he trabajado en centros de Médicos Sin Fronteras en todo el mundo, pero esta es la primera vez que veo un proyecto de MSF con una cantidad tan grande de pacientes con desnutrición. Nuestro equipo en Kebbi gestiona dos centros de hospitalización y seis clínicas ambulatorias. 

Desde junio, más de 400 niños y niñas con desnutrición grave han sido hospitalizados cada semana, mientras que más de 1,400 han recibido atención ambulatoria semanalmente. El proyecto utiliza 100,000 sobres de alimento terapéutico cada semana. Hoy en día, más de 9,000 niños y niñas están inscritos en nuestro programa de nutrición ambulatoria. Estas cifras son asombrosas y siguen aumentando.

 

Un miembro del equipo de MSF recibe información de nuevos pacientes en el Centro de Alimentación Terapéutica Ambulatoria del Área de Gobierno Local de Jega, en el estado de Kebbi.
Un miembro del equipo de MSF recibe información de nuevos pacientes en el Centro de Alimentación Terapéutica Ambulatoria del Área de Gobierno Local de Jega, en el estado de Kebbi. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Las causas de esta crisis son complejas. La situación económica en Kebbi es precaria y los precios de los alimentos se han disparado. La situación de seguridad en varias zonas sigue siendo inestable, lo que afecta a la agricultura y limita el acceso a los mercados. La mayoría de la población del estado de Kebbi carece de acceso a agua potable, y la atención médica básica, incluyendo las vacunas infantiles, a menudo no está disponible o es inasequible. Los niños enfermos son mucho más vulnerables a la desnutrición, y aquí contraen repetidamente malaria, sarampión, diarrea y tuberculosis, con escaso acceso a tratamiento. Esto no es exclusivo de Kebbi. La misma situación se está desarrollando en gran parte del norte de Nigeria, en una crisis que se ha ido gestando durante años y que ahora ha alcanzado una magnitud enorme.

En urgencias y cuidados intensivos del hospital, algo me impactó: los niños y niñas estaban prácticamente en silencio. Incluso durante procedimientos dolorosos como la inserción de una vía intravenosa, no tenían energía para llorar.

Mientras hablaba con algunas madres, a través de un traductor, la misma historia se repetía una y otra vez. Su hijo había enfermado. Habían intentado obtener atención médica, pero no estaba disponible o era ineficaz.

Una mujer me contó que su hijo de dos años, Yakuba, había estado enfermo con diarrea acuosa y fiebre. Desesperada e incapaz de obtener ayuda localmente, viajó más de 80 kilómetros para llegar a las instalaciones de MSF. Otra madre me contó que su hija de un año, Kakamele, nació con labio leporino y paladar hendido, lo que le dificultaba comer. Cuando buscó ayuda en otro hospital, le dijeron que su hija estaba demasiado desnutrida para ser operada. Para cuando llegó a nuestro hospital, Kakamele se encontraba en estado tan crítico que tuvo que ser ingresada directamente en la unidad de cuidados intensivos.

 

Binta Abdulraziqu junto a sus hijos gemelos, quienes fueron ingresados ​​por desnutrición aguda grave en el centro de nutrición terapéutica para pacientes hospitalizados de Maiyama. Estado de Kebbi, Nigeria, agosto de 2025.
Binta Abdulraziqu junto a sus hijos gemelos, quienes fueron ingresados ​​por desnutrición aguda grave en el centro de nutrición terapéutica para pacientes hospitalizados de Maiyama. Estado de Kebbi, Nigeria, agosto de 2025. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Normalmente, los casos de desnutrición son estacionales; las cifras disminuyen después de la cosecha. Pero en Kebbi, esto no está sucediendo. Las cifras siguen aumentando y el equipo tiene que adaptarse constantemente. Nuestros colegas han construido un centro de hospitalización adicional, pero ya está saturado. Incluso han tenido que dejar de tratar a niños y niñas con desnutrición aguda moderada porque muchos otros se encuentran en estado más crítico.

Cuando llegó el momento de irme de Kebbi, tuve sentimientos encontrados. Estaba inmensamente orgullosa de lo que habíamos logrado. El trabajo de MSF en Kebbi salva vidas. Pero no podemos resolver esta crisis solos.

La crisis de desnutrición en el norte de Nigeria es una emergencia de salud pública. Los niños están muriendo, la crisis está fuera de control y el pronóstico está empeorando, dados los recortes en los presupuestos de ayuda internacional. 

Las autoridades nigerianas y las organizaciones de ayuda deben priorizar la prevención, con fondos disponibles para la distribución de alimentos o dinero en efectivo, programas de vacunación y centros de salud comunitarios. También deben resolverse urgentemente los problemas de la cadena de suministro de alimentos terapéuticos: este tratamiento es esencial para la sobrevivencia y debe estar disponible para todos los niños y niñas que lo necesiten.

Los equipos de MSF están trabajando al límite de sus posibilidades, a menudo en zonas donde somos la única organización humanitaria internacional presente. Con la tendencia actual, el apoyo, ya insuficiente, podría colapsar por completo, y pronto podríamos estar ante una situación aún más catastrófica para los niños y niñas del norte de Nigeria.

Apoyar a estos niños es, literalmente, la diferencia entre la vida y la muerte. Hamida, la niña que llegó apenas consciente al hospital, estaba casi lista para irse a casa cuando la conocí. Al acercarme, un visitante de aspecto extraño, hizo lo que cualquier niño o niña bien alimentado haría: me miró y gritó con fuerza. Su madre me abrazó con alegría.

 

Un miembro de MSF sostiene sobres de plumpy nut utilizados en el tratamiento de niños y niñas con desnutrición. Estado de Kebbi, Nigeria.
Un miembro de MSF sostiene sobres de plumpy nut utilizados en el tratamiento de niños y niñas con desnutrición. Estado de Kebbi, Nigeria. © Abba Adamu Musa/MSF

Pero la dolorosa realidad es que no todos los niños y niñas llegan a casa. En el hospital de MSF en Maiyama, vi a otro paciente, un niño de tres años, envuelto en una manta de sobrevivencia, inconsciente y con dificultades para respirar. El equipo estaba haciendo todo lo posible, pero me dijeron que las tasas de mortalidad más altas se dan en las primeras 48 horas tras la llegada. Algunas familias simplemente no llegan a tiempo.

Este ciclo mortal de hambre y enfermedad se está intensificando en el norte de Nigeria. Nuestros equipos están haciendo todo lo posible, pero necesitamos que otros actúen ya. Cada retraso cuesta vidas.

No sé cómo decirlo claramente: esto es una emergencia.

 

Médicos Sin Fronteras gestionamos 11 centros de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados y más de 30 centros de alimentación terapéutica para pacientes ambulatorios en siete estados del noreste y noroeste de Nigeria: Borno, Bauchi, Kano, Kebbi, Zamfara, Sokoto y Katsina.

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