Crisis en el borde noreste de México: Miles de personas migrantes en situación de calle esperan a las puertas de Estados Unidos

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Reynosa, México. 6 de octubre.
En la primera semana de octubre, desde Médicos Sin Fronteras distribuimos kits de higiene e hidratación para 1,576 personas ubicadas en el asentamiento informal cercano al río Bravo y en las afueras de los albergues Senda de Vida y lugares cercanos. © Esteban Montaño / MSF

Más de 1,500 personas sobreviven en duras condiciones en una de las zonas más peligrosas de Reynosa. Pese a los esfuerzos locales y de organizaciones civiles, la situación se ha convertido en una emergencia humanitaria en la ciudad.   

Desde que llegó a Reynosa hace algunos días, Andrea* no ha podido dormir en paz. “El miedo de que le pase algo a mi hija de seis años no me deja pegar los ojos”, explica esta joven mujer hondureña. Su preocupación no es infundada. Ambas están viviendo a las afueras de Senda de Vida, uno de los albergues para personas migrantes que existen en esta ciudad del noreste de México, fronteriza con Estados Unidos.  

Protegidas apenas por una carpa de dos metros cuadrados en medio de un lote baldío repleto de escombros y desechos, Andrea y su hija están expuestas a las inclemencias del clima, y a distintas situaciones de violencia en una de las ciudades más peligrosas del país. “Además, los pocos ahorros que traíamos nos ha tocado gastarlos en la compra de comida y agua para beber. No sabemos qué vamos a hacer cuando se nos acabe el dinero”, dice Andrea. 

Al igual que ella y su hija, actualmente más de 1,500 personas migrantes viven en las calles de Reynosa en condiciones de precariedad que atentan contra la dignidad humana. Esta población, entre la que se cuentan cientos de menores de edad y mujeres embarazadas, sobreviven bajo un clima extremo sin agua potable, sin apoyo en alimentación ni baños, sin luz eléctrica ni servicios de salud, en una de las zonas más peligrosas de la ciudad. 

Distribución de ayuda de MSF en Reynosa México
MSF ampliamos la atención centrada en los albergues de Reynosa para ofrecer un apoyo a la población que vive en las calles en pésimas condiciones de subsistencia, hábitat y seguridad. Sin embargo, hace falta una respuesta sostenida, articulada e integral para mejorar la situación de las personas que migran en búsqueda de bienestar. © Esteban Montaño / MSF

 

Este flujo migratorio está protagonizado por personas haitianas, aunque también hay una importante proporción de migrantes centroamericanos y mexicanos desplazados por la violencia en Estados como Chiapas, Zacatecas y Guerrero. La mayoría está a la espera de encontrar un espacio en alguno de los escasos albergues de la ciudad, los cuales conjuntamente solo tienen capacidad para recibir a 3,000 personas, pero que se ven superados por el volumen de población. 

Esta emergencia humanitaria es causada por la aplicación en Estados Unidos del Título 42, una de las normas migratorias más regresivas de la historia que permite la expulsión inmediata de personas migrantes y solicitantes de asilo hacia ciudades del borde norte de México como Reynosa. Durante los últimos meses, excepciones a esta norma está permitiendo el paso regular de personas hacia Estados Unidos para continuar sus solicitudes de asilo desde allí.   

Sin embargo, el ritmo de ingresos es mucho menor a la cantidad de población que llega a Reynosa en busca de acceder a EEUU. Mientras 200 personas logran cada día atravesar la frontera hacia Hidalgo, Texas, otras 400 son registradas en las listas de espera para ingresar a los albergues.  

Ayuda de Médicos Sin Fronteras en Reynosa, octubre 2022
El actual flujo migratorio está protagonizado por personas haitianas, aunque también hay una importante proporción de migrantes centroamericanos y mexicanos desplazados por la violencia en Estados como Chiapas, Zacatecas y Guerrero. La mayoría está a la espera de encontrar un espacio en alguno de los escasos albergues de la ciudad, los cuales conjuntamente solo tienen capacidad para recibir 3,000 personas, pero que se ven superados por el volumen de población. © Esteban Montaño / MSF

 

Los esfuerzos locales por brindar atención a la población son sobrepasados por la magnitud de las necesidades. Las autoridades estatales y federales han tenido poca o nula presencia. Las agencias internacionales realizan monitoreo, pero tienen escasa participación en la atención de la emergencia. Por tanto, la ayuda disponible proviene de la sociedad civil y organizaciones humanitarias que tienen recursos cada vez más reducidos. 

En la primera semana de octubre, desde Médicos Sin Fronteras distribuimos kits de higiene e hidratación para 1,576 personas ubicadas en el asentamiento informal cercano al río Bravo y en las afueras de los albergues Senda de Vida y lugares cercanos. Durante esta actividad, los equipos de la organización detectaron algunos menores de edad con infecciones virales y pulmonares, así como personas con lesiones musculares y con enfermedades crónicas sin acceso a medicamentos. 

“Decidimos ampliar nuestra atención centrada en los albergues de Reynosa para ofrecer un apoyo a la población que vive en las calles en pésimas condiciones de subsistencia, hábitat y seguridad. Sin embargo, sabemos que hace falta una respuesta sostenida, articulada e integral para mejorar la situación de las personas que migran en búsqueda de bienestar”, afirma Pamela Rosales, coordinadora del proyecto de MSF en Reynosa. 

Mientras eso ocurre, Andrea y su hija seguirán intentando sobrevivir en las calles de la ciudad. 

 

*Nombre modificado por razones de seguridad. 

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