Día Internacional de la Mujer: ‘Cuidarme a mí misma no tiene precio’

Nadia en una consulta de la clínica de MSF en San Pedro Sula, Honduras
Nadia, a la izquierda, ha encontrado en la clínica de San Pedro Sula todo lo que necesita: prevención y control del VIH, sífilis y enfermedades de transmisión sexual, planificación familiar y apoyo psicológico y social. © Laura Aceituno/MSF

Para las trabajadoras del sexo en San Pedro Sula, Honduras, el acceso a la atención médica y psicológica se ha visto limitado por el estigma social y la falta de servicios.  

La clínica San Pedro Sula que Médicos Sin Fronteras (MSF) tenemos en la ciudad brinda atención integral en un entorno comprensivo, de apoyo, en el que las mujeres se sienten empoderadas para influir positivamente en sus comunidades.  

 

Encontrando la valentía para hablar   

Nadia, una trabajadora del sexo en Honduras, ha superado muchos desafíos en su vida desde muy joven, entre los que se incluyen el abuso y la adicción.  

 “Estaba fuera de contacto con la realidad, estaba en un mundo desordenado y todo estaba en mal estado: mi cuerpo, mi salud”, dice. Nadia tenía pocas opciones disponibles para obtener ayuda.   

Como en muchas partes del mundo, ciertos tabúes en la comunidad de Nadia y en la sociedad en general actúan en contra de los aspectos positivos de la salud sexual de una mujer. No todas las personas aceptan la libertad de una mujer para elegir su propio estilo de vida.  

“En nuestra sociedad, la vida sexual de una mujer solo debe ser activa dentro del matrimonio, y en ocasiones esto no es posible”, dice Nadia. “Algunas personas estigmatizan a la población joven y no les permiten acceder a los servicios de prevención que necesitan. Deberíamos ser un poco más realistas”. 

Nadia dice que el estigma asociado a los tabúes, así como el miedo, pueden ser peligrosos. Si una mujer tiene miedo de hablar sobre lo que necesita para tener relaciones sexuales seguras; si un condón falla y ella permanece en silencio…estos factores pueden evitar que ella gestione cualquier complicación posterior.   

“A veces no tenemos la oportunidad de hablar sobre nuestra sexualidad o nuestros miedos”, continúa Nadia. “Entonces, las personas no buscan ayuda a tiempo e incluso pueden encontrar la muerte”. 

Nadia en una consulta de la clínica de MSF en San Pedro Sula, Honduras
Nadia, trabajadora sexual de Honduras, ha superado muchos retos desde que era joven y ahora valora mucho su salud sexual. ©Laura Aceituno/MSF

 

Encontrando la aceptación incondicional  

Para apoyar a las comunidades de trabajadoras del sexo e integrantes de la comunidad LGBTIQ+ de San Pedro Sula, Médicos Sin Fronteras abrimos una clínica específica en esta ciudad del norte de Honduras en 2021.   

“En esta clínica, descubrí que puedes hablar abiertamente. Pero hay lugares con personal de salud que tienen un trato diferente. Te brindan atención médica, pero también te dan su punto de vista sobre lo que debes o no debes hacer con tu vida”, dice Nadia.   

“Ha sido una bendición encontrar este lugar, donde puedo encontrar de todo: prevención y control de VIH, sífilis y enfermedades de transmisión sexual, planificación familiar… ayuda psicológica y apoyo social. Me di cuenta de que todo tiene un precio, que cuidarme no tenía precio, y comencé a valorar más eso”.  

 

Aprendiendo a cuidar de nosotras mismas 

Debido a sus experiencias personales, Nadia se pronuncia a favor de la educación de madres e hijas, para poder romper las barreras para acceder a los servicios y la información que necesitan. 

“La educación sexual debería estar disponible para niños y niñas de cierta edad, para que las madres permitan que sus hijas se cuiden solas”, afirma Nadia. 

Ruth, otra trabajadora del sexo en San Pedro Sula, también cree en el autocuidado: controlar la salud propia implica estar al día con el tratamiento, con la medicación y acudir a la clínica cuando una se siente mal, afirma. 

Ruth destaca la importancia de sentirse invitada y aceptada en un centro médico. Los equipos de promoción de la salud de MSF visitaron a Ruth y a otras mujeres de su barrio y les explicaron que las puertas de la clínica estaban abiertas para ellas, que los medicamentos eran gratuitos y que había pruebas disponibles.  

 “Nos dijeron cómo prevenir enfermedades, cómo cuidarnos. Me sentí bien”, dice. 

La salud mental es una parte clave del paquete de atención integral que brindamos desde MSF. “Cuando llegué a la clínica los primeros días, llegué bastante deprimida. Sentía que mi vida ya no tenía sentido. Vi al psicólogo por todo lo que pasé y me ha ayudado porque no ha sido fácil”, dice Ruth.  

A otras mujeres, “para estas niñas hermosas”, dice Ruth, “mi mensaje es que se cuiden, que se protejan más que nada, que estén al día con sus exámenes médicos y que vengan a una consulta”. 

 “Y en segundo lugar, es necesario apoyar a todas las mujeres que lo necesitan, que están deprimidas o en situaciones similares, para eso está la clínica y eso ayuda”.  

 

Compartiendo el bienestar sexual entre generaciones  

Ruth y Nadia han enfrentado y superado muchos desafíos. “Personalmente, sufrí demasiado durante el tiempo que no me cuidé”, dice Nadia.   

“Decidí y aprendí a través de la terapia que esta es mi vida, que es mi responsabilidad, que es el legado que les voy a dejar a mis hijas. Como madre, me gustaría que mis hijas caminaran por el altar vestidas de blanco; pero hablar activamente de sexualidad con nuestras hijas es sano y, junto con mi familia, hemos decidido no caer en la trampa del tabú”.  

“El sexo es hermoso, es maravilloso, es algo que como seres humanos en plenitud debemos disfrutar. Pero para disfrutarlo plenamente, debemos cuidarnos”.  

Nadia aprovecha su experiencia para animar a otras mujeres: “Querida, edúcate, cuídate para que después no tengas traumas, complejos o culpas”. 

 

Médicos Sin Fronteras abrió la Clínica San Pedro Sula en julio de 2021 para mejorar el acceso a la atención médica de la comunidad trabajadora del sexo y LGBTQI+. Ubicada en el centro de la ciudad, la clínica brinda atención médica y psicológica primaria con un enfoque en salud sexual y reproductiva. La clínica también ofrece un servicio prioritario para la atención integral de quienes han sido víctimas y sobrevivientes de violencia sexual.  

 

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