El hospital Al Nao: un salvavidas en medio de la guerra

Un hospital que logró mantenerse en funcionamiento durante la guerra en Sudán gracias al esfuerzo conjunto de personal sanitario, voluntariado, el Ministerio de Salud y Médicos Sin Fronteras.

La sección de traumatología de la sala de urgencias del hospital Al Nao, apoyado por MSF en Omdurmán, estado de Jartum.
La sección de traumatología de la sala de urgencias del hospital Al Nao, apoyado por MSF en Omdurmán, estado de Jartum. ©

Desde que la guerra en Sudán comenzó en abril de 2023 y llegó al estado de Jartum, el hospital Al Nao, ubicado en la ciudad de Omdurmán, se convirtió en un ancla humanitaria para miles de personas. Al inicio del conflicto, el hospital funcionaba con servicios mínimos, atendido por personal de salud local y personas voluntarias. En julio de 2023, un equipo de médicos, enfermeros, logistas y voluntarios lo puso nuevamente en funcionamiento a plena capacidad. Desde entonces, han trabajado bajo una presión extrema, arriesgando la vida cada día para seguir brindando atención.

 

El hospital de Al Nao, en Omdurmán. © MSF
El hospital de Al Nao, en Omdurmán. © MSF

 

“Antes de que el hospital pudiera atender a alguien, teníamos que hacer llegar los suministros”, cuenta uno de nuestros logistas que trabajaba en Al Nao al comienzo de la guerra. “Cada envío era una apuesta. El almacén estaba en Jartum, a unos 30 kilómetros de Al Nao, y había que reconocer cada ruta de antemano para asegurar que fuera segura”.

“Un voluntario de Al Nao conducía hacia nosotros, explorando si había enfrentamientos y esquivando los bombardeos aéreos y de artillería”, recuerda el logista. “Nos guiaba por calles laterales, a veces bajo fuego, solo para asegurar que las medicinas llegaran al hospital. Sin él, y sin esos envíos, no hubiéramos tenido ninguna posibilidad”.

 

En el corazón de una zona de guerra

Durante dos años, hasta que las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) retomaron el control de Jartum en mayo de 2025, combates intensos arrasaron las ciudades de Jartum y Omdurmán. Esta violencia fue y sigue siendo parte de la guerra civil más amplia entre las SAF y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que devastó gran parte de la región de la capital sudanesa. Los combates en Jartum han cesado ahora, pero cuando estalló la guerra, la capital y sus ciudades hermanas al otro lado del Nilo, Omdurmán y Bahri, fueron escenario de algunos de los enfrentamientos más feroces que Sudán ha vivido en este conflicto.

MSF nos vimos obligados a evacuar a nuestros equipos del estado de Jartum al inicio de la guerra, y solo unos pocos colegas locales permanecieron para seguir brindando y coordinando atención mientras planeábamos el regreso completo en cuanto fuera posible.

A medida que las líneas del frente avanzaban y los barrios quedaban vacíos, la infraestructura médica se derrumbaba. Los hospitales eran saqueados, bombardeados o simplemente abandonados. En medio de esta devastación, equipos de personal sanitario y voluntarios sudaneses lograron que Al Nao pudiera seguir atendiendo en su sala de urgencias.

Al Nao se convirtió en un nodo crítico dentro de un sistema de salud colapsado. Su proximidad al frente lo hacía tanto un objetivo como una necesidad. El personal de MSF sudanés que permaneció trabajó codo a codo con el Ministerio de Salud y personas voluntarias entre mayo y julio de 2023 para reactivar todos los servicios del hospital.

 

Sala de urgencias del hospital de Al Nao.
Sala de urgencias del hospital de Al Nao. © Tom Casey/MSF

 

El camino de las ruinas a la recuperación

“Cuando llegamos al hospital por primera vez, estaba lleno de basura”, recuerda Siddig Omer, uno de nuestros logistas en Sudán. “Tuvimos que limpiarlo todo antes de siquiera pensar en tratar pacientes”.

El equipo se puso manos a la obra, arreglando las partes del hospital que habían sido descuidadas. Barrieron y fregaron los suelos, repararon ventanas rotas y restablecieron la electricidad.

Mientras se rehabilitaba, Al Nao solo abría cuatro horas al día. En tres meses, gracias al personal del Ministerio de Salud, voluntarios y voluntarias, colegas locales de MSF y el apoyo financiero de la organización, el hospital estaba funcionando 24horas, los siete días de la semana.

La reapertura marcó un cambio crítico para la población afectada por la guerra, ya que la mayoría de los centros de salud en Sudán estaban cerrados o apenas funcionaban debido a la inseguridad, los saqueos y la escasez de suministros. El personal médico apenas lograba sobrevivir mientras arriesgaba su vida. Los hospitales soportaban una presión inmensa para mantenerse abiertos en una economía devastada, donde lo esencial —como combustible y medicinas básicas— era escaso y caro.

 

Un día como cualquier otro

“El 27 de julio de 2023, el equipo de urgencias atendió a más de 150 personas heridas”, cuenta el doctor Khalid Abd Rahman Abdelsalam, entonces coordinador de nuestro proyecto en Omdurmán. “El hospital Al Nao ni pestañeó. Como una colmena, cada departamento, desde urgencias hasta el banco de sangre, se movió en perfecta armonía”.

“El equipo de urgencias actuó con calma y gran profesionalismo, logrando absorber el abrumador flujo de pacientes como si hubieran ensayado para ese momento”.

Fue un día como tantos otros en Al Nao. Los bombardeos eran tan constantes que las personas aprendieron a reconocer los proyectiles por su sonido. El frente en Omdurmán, dentro del área metropolitana de Jartum, estaba a apenas dos kilómetros de la puerta del hospital. Afuera reinaba el caos, pero dentro, el hospital funcionaba con propósito.

 

Wofak Abdulmullah y sus hijos Abdul Kareem y Lahamda sufrieron un accidente en un tuk tuk, en la sección de traumatología de urgencias del hospital Al Nao, apoyado por MSF en el estado de Jartum.
Wofak Abdulmullah y sus hijos Abdul Kareem y Lahamda sufrieron un accidente en un tuk tuk, en la sección de traumatología de urgencias del hospital Al Nao, apoyado por MSF en el estado de Jartum. © Tom Casey/MSF

 

Nuestro apoyo, desde entonces hasta ahora

Entre 2023 y 2025, nuestro apoyo al hospital Al Nao pasó de una rehabilitación de emergencia a una alianza integral con el retorno gradual de un equipo completo de proyecto. Hoy en día, brindamos capacitación clínica, suministros médicos esenciales, combustible, servicios de agua y saneamiento, y alimentos para pacientes. También hemos formado a personal del Ministerio de Salud en respuesta a incidentes con múltiples víctimas, y MSF otorgamos incentivos económicos para que pudieran seguir realizando un trabajo vital y que salva vidas en su comunidad.

A medida que cambiaban las circunstancias alrededor del hospital, también lo hacía su papel. La zona de atención de Al Nao se expandió más allá de Omdurmán, hacia Bahri y otros distritos del estado de Jartum. Con otros hospitales dañados, destruidos o aún sin funcionar, Al Nao se convirtió en la única sala de urgencias operativa en Omdurmán. Desde julio de 2023, más de 48,000 pacientes con traumas han sido tratados en su sala de emergencias.

 

Un hospital en la línea del frente

El 1° de febrero de 2025, una explosión alcanzó un mercado en Omdurmán. En cuestión de minutos, la sala de urgencias de Al Nao se vio desbordada.

“Puedo ver las vidas de hombres, mujeres y niños destrozadas”, dijo Christopher Lockyear, nuestro secretario general, que se encontraba en el hospital ese día. “Hay docenas y docenas de personas con heridas devastadoras. La morgue está llena. Lo que tengo delante es una escena de carnicería total”.

Ese día, el equipo trató a 158 heridos. Tres días después, otro proyectil cayó a 100 metros del hospital, matando a seis personas, incluyendo una persona voluntaria local que llevaba comidas a través de una iniciativa en el hospital. Desde que comenzó la guerra, Al Nao ha sido alcanzado tres veces: en agosto de 2023, octubre de 2023 y junio de 2024. Aun así, el personal nunca dejó de seguir adelante.

 

La sección de traumatología de la sala de urgencias del hospital Al Nao, apoyado por MSF en Omdurmán, estado de Jartum.
La sección de traumatología de la sala de urgencias del hospital Al Nao, apoyado por MSF en Omdurmán, estado de Jartum. ©

 

Los esfuerzos locales mantienen vivo a Al Nao

La fuerza del hospital Al Nao radica en la dedicación inquebrantable de su personal sudanés. Tanto del Ministerio de Salud como de MSF, fueron personal médico, de logística, de enfermería, y personal técnico sudanés quienes mantuvieron al hospital funcionando en medio de bombardeos, apagones y presiones insoportables.

Las iniciativas locales fueron igualmente vitales para la sobrevivencia del hospital. Hasta hoy, hay voluntarios y voluntarias en todas partes, haciendo de todo. Algunas personas gestionaban una farmacia dentro del hospital que ofrecía medicinas gratuitas a quienes no podían pagarlas; otras ayudaban en urgencias durante incidentes con múltiples víctimas. También había quienes preparaban alimentos para pacientes y acompañantes a través de cocinas comunitarias.

Ese sentido de deber, demostrado por cada trabajador y voluntario, es lo que mantuvo abierto al hospital Al Nao cuando tantos otros tuvieron que cerrar. Su valentía marcó la diferencia.

“En octubre de 2024, un camión con más de 30 pacientes de cólera cruzó el frente y llegó a Al Nao a medianoche”, recuerda Mohammed Nadim, parte del equipo de nuestro proyecto. “Solo unos 20 sobrevivieron al trayecto. El centro de cólera no estaba listo y teníamos escasez de suministros. MSF armamos un equipo después del toque de queda y conseguimos lo que necesitábamos del almacén del hospital. Esa reacción inmediata salvó vidas”.

 

Sosteniendo la línea

A medida que las líneas del frente cambiaban, llegaban olas de personas desplazadas a Omdurmán, muchas de ellas regresando a barrios de los que habían huido al inicio. Esto hizo que más personas buscaran atención en Al Nao, lo que volvió esencial reforzar los suministros. Nuestros equipos logísticos trabajaron sin descanso para asegurar que el hospital estuviera abastecido y operativo.

“Tuvimos que transportar los suministros en autobuses en lugar de camiones para evitar ser un blanco”, explica Omar Mhmed Elnour, responsable de nuestra cadena de suministros. “Y los autobuses tenían que tomar rutas larguísimas para evitar zonas de combate. Incluso logramos enviar cuatro neveras llenas de insulina en autobuses para paliar la escasez en la ciudad y salvar la vida de pacientes diabéticos”.

A pesar de estos retos, Al Nao siguió en funcionamiento. Nuestro apoyo permitió que el Ministerio de Salud redirigiera sus limitados recursos a otros centros, fortaleciendo el sistema de salud en Omdurmán.

“Al Nao mantuvo con vida la atención sanitaria en el oeste de Jartum a pesar de enormes dificultades y condiciones durísimas”, dice el doctor Jamal Mohamed, director general del hospital Al Nao.

La capacidad del hospital de manejar incidentes masivos sin comprometer otros servicios sanitarios se convirtió en un modelo de resiliencia en crisis.

 

Un modelo que merece replicarse

Nuestro enfoque hacia el hospital Al Nao se basa en un apoyo estratégico diseñado para reforzar los esfuerzos del personal de salud sudanés y del Ministerio de Salud. En lugar de dirigir las operaciones, nos centramos en respaldarlas: proporcionar suministros esenciales, incentivos financieros, orientación técnica a través de personal local e internacional.

Este modelo permitió que el hospital siguiera operativo y con capacidad de respuesta, incluso bajo una presión e inseguridad extremas. La alianza demostró que, con el apoyo adecuado, el sistema de salud local puede seguir funcionando incluso en medio de un conflicto activo.

“Estar junto al personal de salud en primera línea y complementar sus valientes esfuerzos mientras salvaban vidas era lo mínimo que podíamos hacer, incluso cuando nuestros equipos no podían acceder al área”, afirma Tuna Turkmen, nuestro coordinador general en Sudán. “Al Nao es un ejemplo poderoso de cómo la confianza y la solidaridad pueden sostener la atención sanitaria, incluso en las horas más oscuras”.

 

Un paso adelante, pero el camino no termina aquí

El hospital Al Nao se ha convertido en un ejemplo de lo que es posible cuando personas comprometidas, ya sea desde MSF, el Ministerio de Salud o la comunidad local, colaboran.

La historia de Al Nao no ha terminado. Los combates en Jartum pueden haber cesado, pero la guerra continúa, y las necesidades médicas de la población siguen creciendo. El hospital es resiliente, sin duda, pero no puede responder solo. Es necesario un apoyo continuo para ayudar tanto a Al Nao como a otras instalaciones de salud en el estado de Jartum y más allá.

Donantes, responsables políticos y organizaciones humanitarias pueden ver en Al Nao un ejemplo de cómo es posible reconstruir la capacidad del sistema de salud en Sudán. La dedicación del personal sanitario, de las personas voluntarias y de la población sudanesa debe estar a la altura.

 

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