En MSF acogemos las directrices de la OMS sobre el lenacapavir, pero alertamos sobre las barreras de acceso 

El lenacapavir es un medicamento revolucionario para la prevención del VIH, pero nos preocupa el acceso al mismo y las limitaciones de su licencia. 

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Maria se desplazó en 2020 cuando la aldea de Macomia fue atacada y regresó a casa en 2022. Desde su regreso a Macomia, ha estado recibiendo tratamiento antirretroviral en la clínica de MSF en Nanga.
Maria se desplazó en 2020 cuando la aldea de Macomia fue atacada y regresó a casa en 2022. Desde su regreso a Macomia, ha estado recibiendo tratamiento antirretroviral en la clínica de MSF en Nanga. © Martim Gray Pereira/MSF

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) acogemos la publicación de las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la prevención del VIH con lenacapavir, presentadas en la Conferencia de la Sociedad Internacional del SIDA en Kigali, Rwanda. El lenacapavir tiene el potencial de transformar el panorama de la prevención del VIH.  

Las opciones médicas actuales para la prevención del VIH incluyen la profilaxis preexposición oral (PrEP), el anillo vaginal de dapivirina y el cabotegravir (una inyección cada dos meses).  

La PrEP oral, que requiere la toma frecuente de pastillas, puede ser difícil de seguir, lo que podría resultar en una baja eficacia. Por otro lado, el lenacapavir, que solo requiere inyecciones dos veces al año, ha demostrado ser 100% eficaz en la prevención de la infección por VIH en mujeres y niñas cisgénero, y redujo el riesgo de VIH en un 96% en un grupo de género diverso, que incluye hombres cisgénero y transgénero, y personas no binarias, haciéndolo al menos un 89% más eficaz que la medicación oral diaria. 

Es por esta razón que las directrices de la OMS, ‘Lenacapavir para la prevención del VIH y estrategias de prueba para la profilaxis previa a la exposición inyectable de acción prolongada’, ofrecen un camino hacia un mundo libre de VIH en este período crítico para la salud mundial. 

Médicos Sin Fronteras ya apoya la implementación de cabotegravir de acción prolongada (CAB-LA) para la PrEP en Eswatini, Malawi, Mozambique y Zimbabue, y ofrece otras formas de PrEP (oral y en anillo) y estrategias más amplias de prevención del VIH en muchas regiones, incluyendo países de África y Latinoamérica. Sin embargo, ampliar la gama de herramientas disponibles, como la inclusión de lenacapavir, es una prioridad clave, ya que la elección individual y la autonomía son principios fundamentales de la prevención del VIH, principios sobre los que opera MSF. 

Sin embargo, el acuerdo de licencia de patente vigente firmado por Gilead Sciences (Gilead), desarrollador de lenacapavir, incluye condiciones restrictivas que dificultan el acceso al lenacapavir genérico en los países excluidos de la licencia. Estas condiciones restringen aún más el alcance de la competencia de genéricos a nivel mundial y limitan el acceso a opciones genéricas más asequibles de este innovador medicamento.  

El lenacapavir es el tipo de innovación que puede ser transformadora, pero solo si es accesible a las comunidades de los países de ingresos bajos y medios que más lo necesitan. Al requerir solo dos inyecciones al año, ofrece una ventaja sin precedentes: mayor protección y mejor adherencia al tratamiento.  

Para las comunidades marginadas y criminalizadas, que corren un alto riesgo de contraer el VIH pero se enfrentan grandes obstáculos para tomar las pastillas diarias debido al estigma, el lenacapavir podría ser revolucionario.  

“En Médicos Sin Fronteras trabajamos con estas comunidades en muchos de nuestros proyectos, y si la farmacéutica Gilead consiguiera que el lenacapavir fuera más asequible para las personas de los países de ingresos bajos y medios, sin duda nosotros y otros socios lo ofreceríamos”, afirma Antonio Flores, asesor sénior en VIH/TB de la Unidad Médica de África Austral (SAMU) de MSF. 

Si bien MSF celebra el reciente acuerdo de asociación estratégica entre Gilead y el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria (el Fondo Mundial), el precio y el suministro acordados deben ser transparentes para facilitar las negociaciones para un acceso asequible y sostenible a esta herramienta fundamental de prevención del VIH fuera del acuerdo con el Fondo Mundial. 

Estudios recientes han demostrado que, con suficiente demanda y mayor competencia, se podrían producir versiones genéricas de lenacapavir a un precio aproximado de 40 dólares estadounidenses al año, comparable al precio actual de la PrEP oral.  

Gilead no ha publicado información sobre precios para países de ingresos bajos y medios. El precio ofrecido en el mercado estadounidense es de 42,250 dólares estadounidenses al año para el tratamiento y de 28,218 dólares estadounidenses para la PrEP. Los recortes en la financiación mundial de la salud, que afectan gravemente a los servicios de prevención del VIH para poblaciones clave y comunidades vulnerables, amenazan la capacidad de los programas para adquirir lenacapavir. 

Si bien el Fondo Mundial tiene el objetivo declarado de llegar a 2 millones de personas con el lenacapavir, esto representaría solo una fracción del objetivo incumplido de ONUSIDA de 21 millones para 2025, y la propia organización se enfrenta a importantes déficits de financiación.  

Es necesario abordar las brechas de financiación, la eliminación de las condiciones restrictivas de las licencias y la facilitación de la competencia de genéricos para garantizar que se pueda llegar a comunidades más amplias con el lenacapavir. Esto, a su vez, reduciría el precio del fármaco y permitiría su uso más amplio entre las personas que lo necesitan. 

“Gilead solo habla de la equidad y el acceso, pero impone restricciones a los posibles productores de genéricos que minimizarán la expansión de este fármaco revolucionario, protegiendo y maximizando sus ganancias. Instamos a esta farmacéutica estadounidense a eliminar los obstáculos a la concesión de licencias para garantizar que el medicamento alcance su máximo impacto potencial en la reducción de la epidemia del VIH. Al mismo tiempo, instamos a los gobiernos y a los donantes mundiales enfocados a la salud a que asignen más fondos para facilitar y mantener la adquisición y distribución del lenacapavir para las personas con mayor riesgo de contraer el VIH mediante el desarrollo de mercados de genéricos asequibles y sostenibles”, asevera el Dr. Tom Ellman, director de la Unidad Médica de África Austral (SAMU) de MSF. 

 

 

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