Gaza: “el plan usa la ayuda para desplazar a la población por la fuerza como parte de lo que parece una estrategia de limpieza étnica”

Christopher Lockyear, secretario general de MSF, sobre la deshumanizadora e ineficaz iniciativa de militarizar la ayuda en Gaza

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Niños y niñas sostienen sus ollas vacías en una cocina comunitaria en el norte de Gaza, Palestina, febrero de 2025.
Niños sostienen sus ollas vacías en una cocina comunitaria en el norte de Gaza, Palestina, febrero de 2025. © Nour Alsaqqa/MSF

La siguiente declaración de Christopher Lockyear, Secretario General de Médicos Sin Fronteras, describe por qué el enfoque de la Fundación Humanitaria de Gaza para distribuir ayuda en Gaza, Palestina, es peligroso e imprudente.

“El desastroso comienzo de la distribución de alimentos coordinada por la recién creada Fundación Humanitaria de Gaza ha confirmado que el plan estadounidense-israelí para instrumentalizar la ayuda es ineficaz. El 27 de mayo, la primera tarde de distribución en Rafah, al sur de Gaza, decenas de personas resultaron heridas por disparos mientras se distribuían, en medio del caos, cantidades totalmente insuficientes de suministros básicos para seguir con vida.

La población palestina —privada de alimentos, agua y ayuda médica durante casi tres meses— fueron acorraladas por vallas mientras esperaban recibir artículos de primera necesidad para sobrevivir. Se trata de un crudo recordatorio del trato deshumanizador impuesto por las autoridades israelíes durante más de 19 meses.

Bajo este enfoque, peligroso e imprudente, los alimentos no se distribuyen donde más se necesitan, sino que se dirigen únicamente a las zonas donde las fuerzas israelíes deciden amontonar a la población. Esto significa que los más vulnerables —especialmente las personas mayores o con discapacidad— no tienen prácticamente ninguna posibilidad de acceder a los alimentos que necesitan de forma desesperada.

La afirmación de que este mecanismo carente de principios y fallido es necesario para evitar el desvío de la ayuda es falsa. Desde el comienzo de la guerra, Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos tratado directamente a los pacientes cuando hemos podido introducir suministros en la Franja de Gaza. Esta iniciativa parece una cínica estratagema para fingir el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario. En la práctica, utiliza la ayuda como herramienta para desplazar a la población por la fuerza, como parte de lo que parece ser una estrategia más amplia de limpieza étnica en la Franja de Gaza, y para justificar la continuación de una guerra sin límites.

 

Una niña de 5 meses tratada por desnutrición aguda grave. Su madre la llevó al hospital Nasser, apoyado por MSF, en Jan Yunis para que la trataran de gastroenteritis, allí detectaron que estaba gravemente desnutrida. Fotografía tomada el 1 de mayo.
Una niña de 5 meses tratada por desnutrición aguda grave. Su madre la llevó al hospital Nasser, apoyado por MSF, en Jan Yunis para que la trataran de gastroenteritis, allí detectaron que estaba gravemente desnutrida. Fotografía tomada el 1 de mayo. © Nour Alsaqqa/MSF

 

Mientras tanto, el sistema humanitario se ve estrangulado por las restricciones que se le imponen. Las autoridades israelíes han permitido la entrada en Gaza de un goteo de camiones de ayuda, sólo para obstruirlos inmediatamente después del paso fronterizo, impidiendo que la ayuda vital llegue a las personas que más la necesitan, entre ellas, niños y mujeres embarazadas y lactantes.

Obligar a las organizaciones humanitarias a trasladar cantidades tan insuficientes de ayuda cuando el asedio israelí ha creado una situación de necesidad y desesperación insoportables está dando lugar a saqueos. Esta es la consecuencia de una sociedad llevada al borde del abismo, cuyo tejido social ha sido destrozado por la violencia y las privaciones incesantes. El resultado son más muertes y heridos que podrían haberse evitado, y la imposibilidad de entregar la ayuda de una manera que respete la dignidad de las personas. Esto forma parte de una táctica más amplia para reforzar una narrativa unilateral: la única forma de brindar ayuda es militarizarla.

Junto con las órdenes de desplazamiento y las campañas de bombardeos que matan a civiles, convertir la ayuda en arma de esta manera puede constituir crímenes contra la humanidad. Sólo un alto al fuego duradero y la apertura inmediata de las fronteras de Gaza a la ayuda humanitaria —incluyendo alimentos, suministros médicos, combustible y equipamiento— pueden aliviar esta catástrofe provocada por el hombre”.

 

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