Gaza: La desnutrición aguda alcanza un máximo histórico en dos instalaciones de MSF 

Los equipos de MSF en Gaza están presenciando un aumento drástico y sin precedentes de la desnutrición aguda entre la población palestina.

Un miembro del personal de MSF organiza a los pacientes para que vean al personal médico en la clínica de MSF en la ciudad de Gaza, en el norte de Gaza, Palestina, junio de 2025.
Un miembro del personal de MSF organiza a los pacientes para que vean al personal médico en la clínica de MSF en la ciudad de Gaza, en el norte de Gaza, Palestina, junio de 2025. © Nour Alsaqqa/MSF

Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza están presenciando un aumento drástico y sin precedentes de la desnutrición aguda entre la población palestina. En la clínica Al-Mawasi, en el sur de Gaza, y en nuestra clínica en la ciudad de Gaza, en el norte, estamos observando el mayor número de casos de desnutrición jamás registrado por nuestros equipos en la Franja. Se debe permitir urgentemente la entrada de alimentos y suministros médicos a la Franja. 

 

Una madre palestina, identificada como Donia Alouf, de 33 años, y su hijo Ahmed, de un año, fueron diagnosticados con desnutrición. Donia recibe atención médica en una clínica de Gaza en la ciudad de Gaza. Está embarazada de ocho meses y también padece desnutrición aguda.
Donia, una madre palestina recibe atención médica en una clínica de Gaza en la ciudad de Gaza. Está embarazada de ocho meses y también padece desnutrición. © Nour Alsaqqa/MSF

 

Más de 700 mujeres embarazadas y lactantes, y cerca de 500 niños y niñas con desnutrición grave y moderada, se encuentran actualmente inscritos en centros de alimentación terapéutica ambulatoria en ambas clínicas. El número de pacientes inscritos en nuestra clínica de MSF en la ciudad de Gaza casi se cuadriplicó en menos de dos meses, pasando de 293 casos en mayo a 983 a principios de julio. De esta cohorte de julio, 326 son menores de entre seis y 23 meses.  

“Es la primera vez que presenciamos una magnitud tan grave de casos de desnutrición en Gaza”, afirma Mohammed Abu Mughaisib, coordinador médico adjunto de MSF en Gaza. “La hambruna en Gaza es intencionada; podría terminar mañana si las autoridades israelíes permiten la entrada de alimentos a gran escala”.  

La desnutrición en Gaza es el resultado de decisiones deliberadas y calculadas por parte de las autoridades israelíes: restringir la entrada de alimentos al mínimo indispensable para la sobrevivencia, dictar y militarizar los medios de distribución, todo ello mientras se destruye la mayor parte de la capacidad local de producción alimentaria.  

 

Una trabajadora de salud comunitaria de MSF explica a los pacientes los datos sobre la desnutrición antes de ingresar para el chequeo en la clínica de MSF en Gaza, en la ciudad de Gaza.
Una trabajadora de salud comunitaria de MSF explica a los pacientes los datos sobre la desnutrición antes de ingresar para el chequeo en la clínica de MSF en Gaza, en la ciudad de Gaza. © Nour Alsaqqa/MSF

 

Las personas arriesgan sus vidas a corto plazo para obtener raciones de comida insuficientes, mientras se produce un colapso generalizado del sistema: la contaminación de las aguas residuales se produce debido a la destrucción de la infraestructura, las restricciones de combustible limitan la producción de agua potable y las pésimas condiciones de vida en los campos sobrepoblados afectan la salud de las personas y comprometen su sistema inmune.  

“Debido a la desnutrición generalizada entre las mujeres embarazadas y a los deficientes servicios de agua y saneamiento, muchos bebés nacen prematuramente”, afirma Joanne Perry, médica de MSF. “Nuestra unidad de cuidados intensivos neonatales [en el hospital Al-Helou] está gravemente saturada, hay hasta cuatro o cinco bebés compartiendo una sola incubadora”. 

“Esta es mi tercera vez en Gaza y nunca había visto algo así”, dice el Dr. Perry. “Las madres me piden comida para sus hijas e hijos; las mujeres con seis meses de embarazo a menudo no pesan más de 40 kilogramos. La situación es extremadamente crítica”.  

Antes de octubre de 2023, Gaza dependía en gran medida de la entrada de bienes y suministros del exterior, con un promedio de 500 camiones entrando a la Franja cada día. Desde el 2 de marzo, no han entrado ni siquiera 500 camiones en total. Con los cruces fronterizos para la ayuda frecuentemente cerrados u operando con fuertes limitaciones, y con la producción local de alimentos casi imposible debido a las continuas hostilidades y la destrucción, los mercados están vacíos o los alimentos disponibles son inasequibles para la mayoría.  

 

Un niño palestino que sufre desnutrición se somete a un chequeo médico en una clínica de MSF en la ciudad de Gaza.
Un niño palestino que sufre desnutrición se somete a un chequeo médico en una clínica de MSF en la ciudad de Gaza. © Nour Alsaqqa/MSF

 

Inevitablemente, los precios de los alimentos se han disparado en Gaza, dejando incluso los productos básicos fuera del alcance de la mayoría de las personas. Por ejemplo, un kilogramo de azúcar cuesta en promedio 766 dólares estadounidenses, mientras que un kilogramo de papas o harina cuesta casi 30 dólares, según el Programa Mundial de Alimentos. Debido a esto, muchas familias sobreviven con una sola ración de comida al día —a menudo solo arroz, lentejas o pasta— sin acceso a pan, verduras frescas ni suficientes proteínas.  

Los padres y madres también se saltan comidas deliberadamente para alimentar a sus hijos e hijas. Incluso las mujeres con desnutrición, que sí reciben alimentos terapéuticos, terminan dándoles sus propios suplementos terapéuticos.  

“Soy madre y no puedo culparles porque yo haría lo mismo”, afirma Nour Nijim, supervisora del equipo de enfermería de MSF. “Pero me siento impotente como profesional de la salud. Las personas tienen hambre y nos pide alimentos terapéuticos, pero no tenemos suficientes y solo podemos prescribirlos a personas con diagnóstico de desnutrición”.  

Los pacientes con desnutrición aguda que atendemos son solo la parte visible de una crisis mucho mayor. En las clínicas donde MSF trabajamos, los pacientes heridos mendigan comida en lugar de medicinas y sus heridas no cicatrizan debido a la deficiencia de proteínas. Nuestros equipos médicos observan una rápida pérdida de peso, infecciones prolongadas y fatiga visible entre los pacientes y sus cuidadores.  

Desde Médicos Sin Fronteras pedimos urgentemente que haya un acceso humanitario sin restricciones, un flujo sostenido de alimentos y ayuda médica a Gaza y que se proteja a la población civil. 

 

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