Honduras: Un año innovando para la prevención del dengue, Zika y chikungunya 

Desde un enfoque comunitario y articulado con las autoridades sanitarias, Médicos Sin Fronteras(MSF) ha trabajado en la capital del país con tres métodos alternativos para reducir el impacto de estas enfermedades sobre la salud de la población. 

David, promotor de salud de MSF, conversa con una vecina de la comunidad para informarle sobre la liberación de mosquitos con Wolbachia que MSF planea realizar en esta zona de Tegucigalpa.
David, promotor de salud de MSF, conversa con una vecina de la comunidad para informarle sobre la liberación de mosquitos con Wolbachia que MSF planea realizar en esta zona de Tegucigalpa. © María Chavarría / MSF

Con la visión de que Honduras sea un país libre de dengue y otras enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, Médicos Sin Fronteras (MSF) inició en 2023 un proyecto en algunas áreas de Tegucigalpa para la implementación de técnicas alternativas de control vectorial que sean replicables y sostenibles. Tras un año de trabajo colaborativo con las comunidades y autoridades locales, la organización médico-humanitaria ha logrado aplicar tres métodos preventivos en tres áreas de la capital del país que tienen las mayores tasas de incidencia. 

El dengue es una enfermedad endémica en Honduras que requiere de mayores esfuerzos para combatir su impacto en la salud de la población. En 2023, a escala nacional se reportaron más de 34,050 casos, mientras que en los primeros cinco meses del 2024 se han registrado más de 20,400. Ante esta situación, MSF ha presentado a la Secretaría de Salud posibles alternativas para aliviar la carga de las emergencias epidemiológicas desde un enfoque preventivo. 

Una familia que recibió información sobre el proyecto wolbachia y arbovirus por parte de los equipos de Médicos Sin Fronteras en Honduras.
Una familia que recibió información sobre el proyecto wolbachia y arbovirus por parte de los equipos de Médicos Sin Fronteras en Honduras. © Maria Chavarria/MSF

 

En agosto de 2023, MSF comenzó a trabajar en la zona de El Manchén, un área con un aproximado de 88,000 habitantes que históricamente se ha visto afectada por esta enfermedad, con la liberación de mosquitos con Wolbachia del World Mosquito Program (WMP) y el apoyo en el seguimiento diagnóstico del Laboratorio de investigaciones en microbiología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Este método consiste en el uso de mosquitos portadores de la bacteria Wolbachia que, al estar dentro del vector Aedes aegypti, reduce significativamente la propagación de los virus que causan el dengue, Zika y chikingunya.  

En seis meses, MSF logró liberar más de ocho millones de mosquitos y desarrolló una estrategia de liberación comunitaria con la participación de 51 personas voluntarias que accedieron a criar los mosquitos en sus hogares, lo que permitió la colocación de 417 frascos contenedores de Wolbachia. Además, se alcanzaron a más de 17,468 personas con la promoción de salud comunitaria. 

“En esta primera fase, gracias a este trabajo articulado entre las autoridades de salud, la comunidad, la UNAH y junto con el WMP, ahora vemos un promedio del 82.7% de presencia de Wolbachia en los mosquitos de la zona intervenida. Sin embargo, todavía no podemos hablar de una disminución de casos. Esto ocurrirá de seis meses a un año después de haber finalizado las liberaciones de los mosquitos”, resalta Edgard Boquin, coordinador del proyecto Prevención de Arbovirus de MSF en Tegucigalpa. 

Para el caso de Wolbachia, actualmente la organización se encuentra trabajando en la identificación de espacios estratégicos, como las instituciones encargadas de los programas de control vectorial de arbovirosis,  para compartir los primeros resultados de la implementación y abogar por que se adopten estos métodos en lugares estratégicos para lograr un mayor impacto en la lucha contra las arbovirosis. 

Los mosquitos con Wolbachia se están criando en el insectario de MSF y serán liberados en un barrio de Tegucigalpa durante un periodo de seis meses.
Los mosquitos con Wolbachia se criaron en el insectario de MSF y fueron liberados en un barrio de Tegucigalpa durante un periodo de seis meses. @ Martín Cálix / MSF

 

En abril de 2024, MSF comenzó con la implementación de otros dos métodos de prevención para los próximos seis meses en otras dos áreas de intervención. Con un fuerte componente de participación comunitaria, el equipo de promoción de salud y rociado han logrado llegar a más de 3,900 casas y cerca de 24,000 personas alcanzadas en las colonias de la Joya y el Edén. 

El primero de ellos es el Rociado Residual Intradomiciliario (o IRS por sus siglas en inglés), una técnica que la organización ha utilizado en otros contextos con alta incidencia de dengue y malaria. Esto consiste en aplicar un insecticida —no tóxico— en las paredes adentro de las viviendas para eliminar los mosquitos que posan en estas superficies. 

El otro método consiste en el uso de un disco de Pririproxifen o PPF, una técnica que tiene la función de disminuir el desarrollo de las larvas de mosquitos. Este disco, que se deja en diferentes contenedores de agua, interrumpe el ciclo de vida del mosquito evitando que alcancen la etapa adulta y que puedan reproducirse. 

“Con estas intervenciones buscamos cumplir tres objetivos específicos: demostrar la eficacia y necesidad de la implementación de técnicas alternativas en zonas altamente afectadas, asegurar la cogestión de la comunidad para la sostenibilidad y el refuerzo a los sistemas de vigilancia epidemiológica y entomológica. Los primeros resultados se obtendrán a finales de julio de 2024. MSF considera importante en la situación actual promover la implementación de estos métodos complementarios de control vectorial tanto en Honduras como en otros países de la región”, resalta Boquin.

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