Iniciamos una campaña de “prueba y tratamiento” contra la hepatitis C

En Médicos Sin Fronteras iniciamos una gran campaña de “prueba y tratamiento” contra la hepatitis C en medio de la crítica falta de opciones de tratamiento para la población rohinyas de Cox’s Bazar, Bangladesh.

Una enfermera de MSF recolecta muestras para análisis de carga viral como parte de una campaña a gran escala de "prueba y tratamiento" lanzada por MSF en los campos rohinya.
Una enfermera de MSF recolecta muestras para análisis de carga viral como parte de una campaña a gran escala de "prueba y tratamiento" lanzada por MSF en los campos rohinya. © Tania Sultana/MSF
  • En Médicos Sin Fronteras iniciamos una campaña a gran escala de “prueba y tratamiento” para la hepatitis C en los campos de refugiados de Cox’s Bazar en Bangladesh, con el objetivo de tratar a 30,000 personas para finales de 2026.
  • Abordar la epidemia generalizada de hepatitis C entre los rohingya en los campos es un desafío, considerando la limitada disponibilidad de atención en los campos.
  • La campaña incluirá investigaciones para analizar los desafíos y proponer soluciones para la prueba y el tratamiento de la hepatitis C.

Para hacer frente a los preocupantes niveles de hepatitis C en los campos para personas refugiadas rohinyas de Cox’s Bazar, Bangladesh, 30,000 personas recibirán atención para finales de 2026, a medida que en Médicos Sin Fronteras (MSF) amplíamos significativamente nuestros programas de tratamiento. La iniciativa mejora el acceso a la atención de la hepatitis C para un grupo de personas apátridas que están particularmente expuestas a esta enfermedad curable, pero potencialmente mortal.

 

Enfermeras de MSF recolectan muestras de sangre de pacientes en los campos de refugiados rohinya como parte de una campaña de detección y tratamiento de la hepatitis C. Bangladesh, abril de 2025.
Enfermeras de MSF recolectan muestras de sangre de pacientes en los campos de refugiados rohinya como parte de una campaña de detección y tratamiento de la hepatitis C. Bangladesh, abril de 2025. © Tania Sultana/MSF

 

Los equipos de MSF han estableciendo tres centros especializados en el tratamiento de la hepatitis C dentro de las instalaciones de salud existentes dentro de los campos, como parte de una campaña de “prueba y tratamiento” que cubre aproximadamente a un tercio de todas las personas que viven con hepatitis C en los campos.  

Entre octubre de 2020 y diciembre de 2024, MSF habíamos tratado a más de 10,000 personas con hepatitis C en nuestras clínicas en los campos de Jamtoli y en el Hospital de la Colina. Sin embargo, un estudio de MSF de 2023 publicado el mes pasado en The Lancet Gastroenterology & Hepatology descubrió que casi uno de cada cinco adultos –unas 86,000 personas– vive con una infección crónica activa, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de una respuesta más sólida. 

“El acceso a la atención de la hepatitis C en los campos, donde más de un millón de personas refugiadas han estado viviendo durante los últimos ocho años, ha sido extremadamente limitado”, afirma el Dr. Wasim Firuz, coordinador médico adjunto de MSF.

“El tratamiento de la hepatitis C no forma parte del paquete de atención médica que brindan los centros de salud sobrecargados. Tampoco se permite a las personas salir libremente de los campos para acceder a la atención médica, e incluso si pudieran, es poco probable que pudieran pagar el costo del tratamiento”. 

 

El equipo de MSF quiere trabajar para erradicar el virus de la hepatitis C, garantizando que aproximadamente un tercio de los pacientes con hepatitis C positiva inicien el tratamiento y previniendo nuevos contagios.
El equipo de MSF trabaja para erradicar el virus de la hepatitis C, garantizando que aproximadamente un tercio de los pacientes con hepatitis C positiva inicien el tratamiento y previniendo nuevos contagios. © Tania Sultana/MSF

 

Las duras condiciones de vida en los campos hacinados y la falta de acceso a la atención médica o su reducida prestación y la falta de un estatus legal que restringe gravemente sus derechos básicos, han hecho que las personas refugiadas rohingyas sean más vulnerables a las infecciones, incluyendo la hepatitis C, en Myanmar y Bangladesh. Nuestra encuesta encontró que la exposición a prácticas médicas inseguras durante décadas, como las inyecciones terapéuticas, podría ser la razón principal de la transmisión de esta enfermedad transmitida por la sangre dentro de los campos.  

En respuesta a nuestro programa ampliado, los equipos realizan pruebas de detección sistemáticas en la comunidad para identificar de forma proactiva a las personas con hepatitis C, una enfermedad que no muestra ningún signo ni síntoma en su primera fase. A las pruebas rápidas les sigue la confirmación de laboratorio en los centros de tratamiento recientemente establecidos en Balukhali, Jamtoli y en el Hospital de la Colina. También estamos realizando una campaña integral de concientización sanitaria, que incluye el suministro de medicamentos para el tratamiento de la hepatitis C y el intercambio de mensajes de prevención y asesoramiento sobre la adherencia al tratamiento a los adultos.  

“Ante la ausencia de otras alternativas a la atención de la hepatitis C para decenas de miles de personas en los campos, estamos llevando a cabo este aumento sustancial de nuestra capacidad de tratamiento”, dice el Dr. Firuz. “Nuestro objetivo es llegar a 30,000 personas con atención curativa para finales de 2026. Esta expansión representa un paso vital para prevenir la propagación de la hepatitis C, especialmente a las generaciones más jóvenes”.  

 

El equipo de MSF está evaluando el número de personas a las que cada centro de detección de la hepatitis C puede llegar eficazmente.
El equipo de MSF evalúa el número de personas a las que cada centro de detección de la hepatitis C puede llegar eficazmente. © Tania Sultana/MSF

 

No obstante, la lucha contra esta epidemia generalizada de hepatitis C plantea retos considerables debido a la limitada capacidad de la respuesta sanitaria general en los campos. MSF llevaremos a cabo investigaciones para analizar estos desafíos y encontrar soluciones como parte de nuestra respuesta.  

“Si bien estamos intensificando los esfuerzos y trabajando en coordinación con otras organizaciones, las limitaciones de la respuesta sanitaria, incluyendo la falta de personal, equipo y recursos entre los socios, representan un obstáculo importante”, explica el Dr. Firuz. “Nuestra campaña es temporal y no erradicará la hepatitis C en los campos. La atención a la hepatitis C debe continuar durante y después del final de esta campaña. Una vez más, hacemos un llamado a otros socios sanitarios y a la comunidad internacional para que prioricen la creación de una estrategia integral para reducir el impacto devastador de esta enfermedad en esta comunidad”, concluye.

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