La escasez deliberada de alimentos, medicinas y combustible por parte de las autoridades israelíes está asfixiando a Gaza 

Las autoridades israelíes deben poner fin a su castigo colectivo contra la población de Gaza y permitir de inmediato la entrada constante de suficientes suministros médicos y combustible. 

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Una familia palestina recoge una planta silvestre para alimentarse en Beit Lahia. Gaza, Palestina, febrero de 2025.
Una familia palestina recoge una planta silvestre para alimentarse en Beit Lahia. Gaza, Palestina, febrero de 2025. © Nour Alsaqqa/MSF

La población palestina está constantemente al borde de perder el acceso a la atención médica vital y al agua potable debido a las acciones deliberadas de las autoridades israelíes. Esta política restringe la entrada de suministros médicos y combustible al mínimo indispensable y a su antojo.  

Si bien esta estrategia crea la ilusión de que la ayuda fluye hacia la Franja de Gaza impide, en la práctica, que la respuesta humanitaria alcance incluso el mínimo necesario para una población que depende completamente de la asistencia. Las autoridades israelíes deben poner fin a su castigo colectivo contra la población de Gaza y permitir de inmediato la entrada constante de suficientes suministros médicos y combustible. 

Durante la última semana, hemos visto una gran afluencia de pacientes heridos, muchos de los cuales han sufrido lesiones traumáticas. En el hospital de campaña que  Médicos Sin Fronteras (MSF) temenos en Deir Al-Balah, en el centro de Gaza, el número de pacientes con heridas de bala aumentó un 190% en comparación con la semana anterior.  

 

Hanan, recoge malva (khubeiza), una planta silvestre comestible, de las ruinas de Beit Lahia.
Con las fronteras de Gaza cerradas desde el 2 de marzo de 2025 y la ayuda totalmente restringida, las familias desplazadas dependen de la recolección de alimentos para cubrir sus necesidades básicas. febrero 2025. © Nour Alsaqqa/MSF

 

Clínicas como la de Jan Yunis (Khan Younis) y la de Deir Al-Balah registraron su mayor afluencia semanal hasta la fecha. Después de tres meses de bloqueo total, y a pesar de que Israel afirma haber abierto corredores para suministros, los insumos que tenemos en MSF se están agotando críticamente debido a las continuas restricciones impuestas a la entrada de bienes. 

“Nos falta todo: insumos médicos como gasas, medicamentos y alimentos para nuestros pacientes. Esto también incluye alimentos terapéuticos para personas con desnutrición, especialmente niños y niñas”, afirma Katja Storck, responsable de actividades de enfermería en Jan Yunis.  

Además de los suministros médicos cruciales, el peligrosamente bajo nivel de combustible es una gran preocupación para la población de Gaza, ya que alimenta las plantas de desalinización de donde proviene gran parte del agua potable. Las y los palestinos de toda la Franja ya han visto disminuir significativamente su acceso al agua. Sin combustible, millones de personas quedarán atrapadas sin agua potable.  

Asimismo, el combustible alimenta todo el sistema sanitario: equipos médicos, aire acondicionado, ascensores, concentradores de oxígeno, respiradores y el almacenamiento en cadena de frío para medicamentos y vacunas. Incluso las ambulancias tendrán que permanecer detenidas, impidiendo el traslado de personas gravemente enfermas y heridas. 

“Los recién nacidos en las unidades de cuidados intensivos neonatales son a menudo demasiado pequeños para respirar por sí mismos, necesitan respiradores y oxígeno para sobrevivir. Pero recientemente la falta de combustible ha hecho que la electricidad del hospital de maternidad de Al-Helou, en el norte de Gaza, se haya cortado varias veces, lo que ha desconectado los respiradores y el oxígeno y ha puesto en peligro inmediato la vida de los bebés”, afirma Amy Low, jefa del equipo médico en la ciudad de Gaza.

Ayer, la ONU logró recuperar 280,000 litros de combustible de las reservas que se encuentran atascadas en una zona de exclusión en Rafah, después de que las autoridades israelíes denegaran 12 solicitudes previas. Ante la escasez de combustible, los equipos de Al-Helou, donde trabajan nuestros equipos en la sala de maternidad, tuvieron que cerrar temporalmente los ascensores del hospital para racionar las reservas. 

“La farsa de sólo permitir suministros médicos y de combustible en el último minuto ante un desastre inminente no es más que una curita sobre una herida abierta. Hay que acabar con el uso de la ayuda como arma de guerra”, asevera Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de MSF en Gaza. “Ningún plan militarizado desarrollado por una parte beligerante, como el que estamos presenciando con la Fundación Humanitaria de Gaza, puede sustituir la labor de las agencias humanitarias independientes”, concluye. 

Nuestros equipos están presenciando patrones que coinciden con los de un genocidio en Gaza. Las matanzas, la destrucción de infraestructura civil vital y las severas restricciones a los suministros de combustible y a la entrega de ayuda humanitaria son acciones deliberadas.  

Israel está desmantelando sistemáticamente las condiciones necesarias para la vida palestina. 

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